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Capítulo
25: Complicaciones…
Edward pov.
Hicimos el
amor dos veces y no podía estar más feliz…
Esta vez
habíamos hecho el amor con rudeza, pero siempre sintiendo el amor del otro en
todo momento.
-¿Tienes
hambre?- le dije mientras le secaba todo el cuerpo.
Habíamos acabado
sudorosos y exhaustos por el sexo…
-Si, más
bien lo tiene tu hijo- me dijo burlona y me besó con dulzura en los labios- Te
amo- me sonrió y se levantó del váter, dónde estaba sentada, y se fue hacia la
habitación.
Yo me sequé
y salí a la habitación con una toalla enrollada en mi cintura.
-¿Cómo te
ha ido hoy?- le dije mientras sacaba mi bóxer del cajón.
-Muy bien-
me sonrió y se puso un camisón de seda rosa que le quedaba demasiado bien…-
Eleazar me ha regalado muchas cosas Edward, pero sobretodo hay una que es mi
favorita sin duda- dijo soñadora mientras se tocaba su pequeña tripita.
-Te amo- me
acerqué a ella y le puse mis manos encima de las suyas- Ha crecido- le dije con
una sonrisa y ella me sonrió de manera que debería ser ilegal.
-Si…- dijo con
voz quebrada y yo la miré- Soy tan feliz Edward- me abrazó y pude sentir su
delicioso aroma de fresas impactar en mi cara.
-No te
imaginas lo que te amo mi vida, eres lo mejor que me ha pasado nunca- me besé
en los labios y ella me respondió con una preciosa sonrisa.
-Ven, tengo
que enseñarte el regalo estrella de Eleazar- me sonrió y me cogió de la mano
para que me sentase en la cama.
Se dirigió
hacia unas bolsas que había al lado del armario y que ahora me había percatado
de ellas y se agachó para cogerlas.
-Mira- me
dijo sonriente mientras sacaba un precioso osito de peluche blanco.
-Es
precioso- le dije mirándolo fijamente y ella me lo entregó con su sonrisa
intachable- ¿Esas son tus iniciales?- dije tocando las patitas del osito.
-Si, era
mío cuando era pequeña, fue un regalo de mi madre antes de morir y por alguna
circunstancia que no sé, lo perdí- dijo sentándose a mi lado.
-¿Y cómo lo
ha conseguido Eleazar?
-No tengo
ni idea, no ha querido decírmelo, pero intuyo que lo ha cogido sin permiso para
poder restaurarlo, de todas formas las fechas cuadran- yo la miré extrañado-
Si, lo perdí hace dos meses y medio, cuando supe que estaba embarazada.
-Joder…
pues si que ha sido sigiloso Eleazar…- dije dejando el osito encima de la cama.
-Si…- miró
las bolsas y comenzó a sacar cosas.
-No sé
dónde vamos a meter todo esto…- dije mirando todo con adoración.
Ella soltó
una carcajada, pero de repente me miró con sorpresa e intriga.
Joder…
había metido la pata… ya era hora de enseñarle la sorpresa…
-¿A qué te
refieres…?- dijo con su perfecta ceja alzada.
-Ven, ahora
lo verás- le cogí su suave mano y nos encaminamos hacia la habitación que
esperaba que no hubiese abierto…
-¿La
habitación de invitados?- dijo extrañada y yo asentí.
-Bueno… eso
era hasta hace unas semanas…- dije dedicándole una sonrisa torcida y abrí la
puerta de la habitación…
Bella soltó
mi mano y se tapó la boca con ambas manos mirando todo con determinación.
La
habitación era blanca completamente, con detalles dorados y celestes, igualando
con la alfombra blanca del suelo. Los estampados eran nubes difuminadas en
cualquier lugar.
Totalmente
precioso…
La cunita
estaba justo en el centro, de madera clara y las sábanas blancas con encajes.
Justo detrás se encontraba el enorme ventanal y al lado izquierdo estaba un
enorme armario del mismo color que la cuna, con las puertas abiertas dejando
ver todo lo que tenía…
Decir que
tenía de todo era quedarse corto… Desde pañales a tetillas de todos los tamaños
posibles… Sin duda, mi madre y mi hermanita estaban en todos los detalles… Al
lado estaba el mueble para cambiar los pañales y la pequeña bañerita, todo
meticulosamente puesto.
Y lo que
llamó mi atención fue una mecedora que estaba en el lado derecho, del mismo
color que la cuna…
Inmediatamente
me imaginé a mi preciosa esposa dándole el pecho a mi hijo. Sin duda sería la
imagen más bonita que vería en toda mi vida.
Bella
avanzó por la habitación y tocó suavemente la madera de la cuna.
-Es tan
suave…
-¿Te gusta?
-Edward…-
susurró con lágrimas en los ojos y yo inmediatamente la abracé desde la espalda-
Es… precioso…- dijo sin dejar de mirar la habitación.
-Si- le
dije besándole el cuello.
-Gracias,
Edward, gracias- dijo mientras se volvía y me abrazaba con fuerza- Es perfecto…
-Me alegro
de que te guste.
-Todo grita
a Esme y a Alice por donde mires…- yo sonreí en respuesta sabiendo que era
verdad.
-Si, han
hecho un buen trabajo- le besé en la frente.
-¿Cuándo lo
han hecho?
-En nuestra
luna de miel, quería que fuese una sorpresa- le sonreí y ella me sonrió.
-Lo ha
sido- dijo mirando a la mecedora.
-Ya te
imagino dándole el pecho a nuestro hijo ahí sentada…- dije señalando la fina
mecedora.
-Si- me
miró y me sonrió feliz- Te amo- me abrazó de nuevo- No sabes lo feliz que me
haces cada día- yo sonreí feliz y la apreté contra mi pecho- Al parecer todos
quieren que sea un niño por los tonos celestes de la habitación- yo sonreí
feliz.
-Pues yo
no, yo quiero que sea una princesita tan hermosa como su madre- le besé en la
frente y ella me besó la barbilla.
-No, será
un precioso niño con ojos verdes y el pelo cobrizo tan rebelde como el de su
padre- dijo feliz y yo sonreí.
En ese
momento su tripa rugió.
-Vamos a
comer- le dije separándome de ella y mirando su preciosa cara.
-Si- echó
un último vistazo a la habitación y la cerró con cuidado.
Nos
encaminamos hacia la cocina y le ayudé a sacar la cena del horno.
-Mañana
llamaré a Esme y a Alice- dijo mientras cortaba el pastel de berenjenas.
-Estarán
deseando, esta mañana me llamó Alice para preguntarme cuánto estaba esperando
para enseñarte la habitación…- rodé los ojos y Bella soltó una carcajada.
-Ya me la imagino…- cogimos todo y nos
sentamos en la mesa de la cocina.
Comenzamos
a comer y todo estaba delicioso.
-Está
delicioso- dije mirándola con intensidad y ella me sonrió.
-¿Qué tal
te ha ido en el hospital?
-Bastante
liado… he tenido dos operaciones y muchas urgencias…
-Tienes que
estar agotado…
-Bueno… no
contaba con el ejercicio extra cuando he llegado a casa…- le dije con voz
pícara y ella me miró con deseo.
-Creo que
te debo un masaje cariño- dijo con voz sensual levantándose del asiento con
elegancia y avanzando hacia mí.
-No hace
falta, lo que quiero es que descanses, demasiado tengo ya con soportar que
trabajes…
-Oh, vamos
Edward, sabes que mi trabajo me sirve para distraerme, ¿qué haría aquí todo el
día?
-Pues
descansar.
-¿No crees
que tendré bastante tiempo para descansar los próximos cinco meses?- la miré
con sorpresa…
¿Acaso
dejaría el trabajo en un mes?
-¿Vas a
dejar de trabajar en un mes?- dije con voz emocionada, no lo pude evitar…
-Si- me
sonrió y me besó en la frente.
-Gracias mi
amor, de verdad que me quedo más tranquilo- la cogí de la cintura y la senté a
horcajadas encima de mí.
-De todas
formas iré esporádicamente en estos meses para las reuniones del señor Andrew-
dijo firmemente- No quiero que seas posesivo Edward, sabes que soy bastante
mayorcita para saber lo que hago- yo sólo pude asentir.
-No puedo
evitarlo- le besé en los labios y ella me abrazó.
-No seas
bobo, sabes que estoy perfectamente bien, eres tan pesado como Eleazar… Por
Dios… no estoy enferma joder…
-¿También
te dice Eleazar lo mismo que yo, no?- dije con una sonrisa triunfal y ella se
separó un poco de mí.
-No
exactamente, me dice que no me altere, ya sabes como es…
Si… claro
que lo sabía… me lo decía todos los días.
-Quiero
chocolate- demandó de repente y se levantó como un posesa hacia el mueble donde
guardábamos todos los dulces…
-Joder… eso
es un puto arsenal de chocolate- dije mirando el mueble a reventar de todo tipo
de chocolate…
-Si… no sé
que me pasa Edward… pero tengo ganas de comer chocolate a todas horas…- dijo
antes de meterse un trozo en la boca, cerró los ojos y gimió de placer al
degustarlo…
-Joder… ¿todo
tienes que hacerlo jodidamente sexy?- me levanté y le lamí el labio inferior
lleno de chocolate.
-Te amo- me
besó y pude degustar de su boca el delicioso sabor del chocolate.
-¿Vamos a
la cama?- Bella asintió llevándose un trozo de chocolate con ella.
Recogí
todos los platos y los vasos para meterlos en el lavavajillas y apagué las
luces y me dirigí hacia nuestra habitación.
-¿Estás
cansada?
-No mucho…-
dijo sentándose en la cama- Mañana te enseñaré la sillita para el coche que me
ha regalado Eleazar, es preciosa- le sonreí y ella me devolvió la sonrisa.
-Me
encantaría- le sonreí y me puse a su lado.
-Ven, te
voy a hacer un masaje doctor Cullen- dijo con voz profesional y yo asentí con
una sonrisa.
Se puso
detrás de mí, con las rodillas en el colchón y puso sus delicadas manos en mi
espalda.
Cuando sus
manos apretaron en mi espalda me relajé por completo, sintiendo un infinito
placer de relax.
-Tienes
unas manos perfectas- dije con los ojos cerrados.
-Bueno…
sabes que siempre he tenido buena fama de masajista- dijo burlona y yo sonreí.
-Si,
deseaba que fuese cada viernes para que me dieses uno de tus masajes- recordé
sonriente.
Cuando
éramos unos críos, y no tan críos, esperaba que Bella estuviese libre de sus
estudios, al igual que yo, y que viniera a mi casa para que me diese un masaje
cada viernes.
-Ya no
tendrás que esperar cada viernes, ahora estaré siempre a tu lado- me besó
detrás de la oreja y yo me volví para besarle con todo el amor que sentía.
Ella por su
parte me dio un beso voraz y nos recostamos en el cómodo colchón.
-Hasta
mañana preciosa- la besé y le acaricié el vientre suavemente- Hasta mañana
pequeño- me acerqué a su tripita y la besé con adoración.
-Hasta
mañana mi amor- me besó en el tope de mi cabeza y se recostó cómodamente en la
almohada- Te amo- susurró antes de sentir su respiración acompasada.
Cogí las
mantas y la tapé con suavidad. Cogí su cabeza delicadamente y la puse en mi
pecho y la abracé con mucho amor.
-Te amo
princesa- le besé en el pelo y pronto caí en la inconsciencia.
Bella pov.
Me desperté
en los brazos de mi precioso esposo y sonreí viendo su cara totalmente
relajada.
Era
precioso.
Su pelo rebelde
le caía por la frente de manera inocente, sus largas pestañas marcaban una
línea perfecta y su perfecta boca estaba entreabierta.
No pude
resistirme a besarle y me levanté con cuidado para ducharme.
Me duché
rápidamente y salí envuelta en una toalla hacia la habitación, viendo que
todavía dormía Edward como un bebé…
Cuánto
deseaba que mi bebé fuera un niño, que fuese exactamente igual que su padre...
Miré el
reloj y me di cuenta que había madrugado demasiado.
Me puse un
tanga rojo y un camisón del mismo tono y me encaminé hacia la cocina para
desayunar, me estaba muriendo de hambre…
En el
camino me encontré con Yuna.
-Hola cariño-
la cogí y la besé con dulzura, provocando que me lamiera en toda la cara.
Le puse su
comida en su cuenco y el cambié el cacharro del agua y me metí en la boca una
galleta inmediatamente, no quería que las náuseas volvieran…
Hice mis
tortitas preferidas con sirope de chocolate, por supuesto, además de café, y me
encaminé hacia la habitación para despertar a mi Adonis.
Abrí la
puerta con cuidado y lo pude ver en mi sitio, con su cara en mi almohada.
Sonreí como una idiota.
-Edward- lo
zarandeé suavemente y él no respondía…- Amor, despierta- le dije antes de
besarle suavemente en los labios.
De repente
cogió mi cintura y me puso a horcajadas encima de él.
-Buenos
días preciosa- me besó en los labios, aún sin abrir los ojos.
-Buenos
días guapo- sonreí y le besé suavemente en los labios.
Puso su
cara en mi cuello y aspiró sonoramente.
-Tu olor es
delicioso…- susurró y me besó en el cuello, provocando un escalofrío por mi
parte, noté su sonrisa sobre mi piel…- Eres tan delicada…
-Y tú eres tan
galán- le dije burlona y se separó de mí y me miró por primera vez.
-Te amo- me
besó de nuevo y me miró fijamente- No puedo tener mejor despertar- me sonrió de
lado y yo le besé.
-Vamos, el
desayuno se enfría- me fui a quitar de encima de su cuerpo, pero él me agarró
suavemente.
-¿Desde que
hora estás despierta?- alzó una ceja y yo rodé los ojos.
-Desde
temprano.
-¿Cuánto es
eso de temprano?- ahí estamos con lo mismo…
-Hace una
hora…- me miró no creyéndose nada- Quizás dos…- dije rindiéndome y él me miró amenazante…
-Bella, no
quiero que te levantes tan temprano no tienes necesidad, tienes que descansar y…-
mis dedos se posaron en sus labios para poder callarlo…
-Shhh,
Edward no te preocupes tanto por mí, estoy bien y me hace feliz hacerte el
desayuno mi amor, no te enfades- le besé suavemente y pude sentir que su cuerpo
se relajaba- No sé cómo te pondrás cuando esté de siete meses…- le dije
mientras me levantaba.
-Pues
volverme loco con la mujer tan terca que tengo- me sonrió y supe que había
ganado esta batalla.
Se levantó
y se dirigió al baño.
-Voy a
preparar el café- dije mientras salía de la habitación y pude escuchar “maldita
terquedad…”, no pude evitar sonreír…
Estaba
terminando de echar la leche en el vaso cuando sentí sus brazos rodearme la
cintura.
-Buenos
días bebé- me giró y se puso a la altura de mi vientre para besarlo- Te amo- le
susurró con una sonrisa y a mi se me escapó una lágrima de felicidad.
-Te amo- le
susurré con voz débil y él me miró de inmediato.
-¡¿Qué te
pasa?!- dijo levantándose para ponerse a mi altura.
-Nada,
estoy tan feliz…- lo abracé y él me dedicó la sonrisa más hermosa de todas.
-Yo también
mi vida, me has hecho el hombre más feliz del mundo.
Terminé de
preparar el café y desayunamos con total tranquilidad.
-Nunca
cambiarán el sabor de estas tortitas…- dijo Edward antes de meterse un último
trozo en la boca.
-Me alegro
de que te guste- le sonreí y me levanté para tomarme las vitaminas prenatales.
-Si te
notas algo raro con esas vitaminas me lo dices, ¿vale?
-¿Debería
de notar algo raro?- me asusté inconscientemente.
-No mi
amor, no te preocupes- se acercó a mí y me abrazó- Lo que pasa que como has
tenido náuseas, pueden volverte a aparecer al haberlas cambiado.
-Si es por
eso no me preocupa, la madre de mi doctor cañón me ha dado una recomendación
eficaz- dije sonriendo de manera perversa.
-A sí que…
¿tu doctor cañón?- yo asentí con una sonrisa burlona- Vaya… tendrás que
presentármelo para dejarle en claro que eres totalmente mía- me dio un beso
voraz y apretó mis nalgas con dulzura. Yo por mi parte me restregué un poco
contra él- Estoy intentando no tirar todo lo de la mesa para hacerte el amor,
así que por favor no me provoques…
-Quizás
quiera provocarte Doctor Cullen…- le pasé mis dedos por sus pectorales desnudos
y gruñó por lo bajo.
-Eres muy
provocativa señora de Cullen- me besó rudamente y gemí en respuesta.
Abrí los
ojos cuando Edward se dirigió a mi cuello para besarlo con besos húmedos.
Miré el
reloj de la cocina y marcaban las ocho de la mañana…
-Mi amor…-
no contestó…- Mi amor- seguía besándome en el cuello- Edward…
-¿Uhmmm?-
murmuró sin despegar sus labios de la piel de mi escote.
-¿A qué
horas tienes que estar en el hospital?
-A las ocho
y cuarto, hay tiempo…- dijo separándose a regañadientes y de nuevo me volví a
besar en los labios.
-Edward-
intenté separarme de él, pero seguía besándome- ¡Edward!- le grité y él se
separó de mí al instante.
-¿Qué te
pasa mujer?
-Son las
ocho y cinco mi amor- dije inocentemente y él abrió los ojos con incredulidad,
dirigió su mirada al reloj y rodó los ojos…
-Joder…
todo por tu culpa- dijo antes de besarme- Tú tienes la culpa de ser tan sexy-
dijo con una sonrisa burlona antes de irse hacia la habitación para vestirse.
Yo sólo pude sonreír.
Recogí
todos los platos y los vasos del desayuno y los coloqué en el lavavajillas y lo
encendí.
Me estaba recogiendo
el pelo en un moño informal cuando mi Dios griego se estaba poniendo el abrigo
gris que tanto me gustaba.
-Mi amor,
después te llamaré- me besó ligeramente y recogió el maletín- Hoy comeremos
juntos- me guiñó y abrió la puerta de la entrada.
-Ten mucho cuidado,
llámame cuando llegues.
-¿Quién se
preocupa ahora?- alzó una ceja y yo le sonreí- Te amo.
-Tonto- le
dije antes de cerrar la puerta al verle entrar por el ascensor.
Sonreí y
pude ver a Yuna que me movía su rabito como una posesa.
-¿Qué pasa
mi amor?- me acerqué a ella y la cogí en brazos. Me ladró eufórica y yo le
sonreí- Si, ahora nos iremos de paseo- me lamió la cara y la dejé en el suelo.
Me encaminé
hacia la habitación y abrí las persianas y las ventanas para airear el olor a
sexo que tenía la habitación… Sonreí como un imbécil al recordar la noche
anterior…
Cogí unos
pantalones rojos pitillo y una camisa verde oscuro de punto.
Me vestí y
pude comprobar que la camisa hacía que se me transparentara toda la parte del
abdomen, y me encantó el contraste de la piel blanca de mi cuerpo con el verde
de la camisa.
Me recogí
un moño informal, pero elegante y me puse mis perlas en las orejas. Después me
maquillé suavemente y me puse mis altos tacones rojos.
-Creces por
días cariño- dije mirando hacia mi vientre mientras me tocaba la tripita que ya
se podía apreciar con claridad.
Cogí mi bolso de desigual y me encaminé hacia
el salón.
-Yuna,
vamos- le dije cogiendo la correa de encima de la mesita de la entrada. Yuna me
obedeció y se puso a mi lado para que le pusiese la correa.
Me puse mi
abrigo verde oscuro y salí de casa con las llaves en la mano.
Bajé en el
ascensor y salí pitando hacia la calle, ya que me temía que la pobre de Yuna no
podría soportar más hacer sus necesidades…
En ese
momento sonó mi teléfono.
-Hola mi amor- la inconfundible voz de mi
Adonis provocó una sonrisa por mi parte.
-Hola
cariño, ¿has llegado ya?
-Si, acabo de llegar- dijo seguro con una
sonrisa.
-Ya me
quedo más tranquila- en ese momento se escuchó el ladrido de Yuna hacia un
perro enorme.
-Por lo que escucho estás sacando a Yuna, ¿no?
-Si, no para
de ladrarle a todo lo que se mueve…- Edward soltó una carcajada.
-Es tan salvaje como mi bella esposa-
sonreí como una idiota.
-No me
hagas tener que demostrártelo Doctor Cullen- dije con voz sensual y pude
escuchar un gruñido.
-No me provoques Isabella- uf… mi nombre
completo en sus labios era algo totalmente pecaminoso…
-No
susurres mi nombre de esa manera, vas a hacer que vaya al hospital y me suba
encima de ti para hacerte el amor…
-Joder…- susurró y yo sonreí triunfal- No te escaparás de mis garras Isabella…-
joder… otra vez no…
-Eso espero
doctor cañón, te llamo luego, te amo.
-Y yo a ti, preciosa- y colgué.
Después de
una media hora, que hizo mucho pis y de todo… y de ladrarle a todos los pájaros
que volaban en el cielo, parecía que eso era un hábito para ella, volvimos a
casa de nuevo.
Decidí
llamar a Esme y a Alice para agradecerle todo lo de la habitación.
-¿Bella?- dijo la inconfundible voz de
Carliste.
-Hola
Carliste- sonreí.
-¿Pasa algo?- dijo asustado y yo rodé los
ojos… la preocupación excesiva de Edward tenía dueño…
-No,
Carliste, no te preocupes- le tranquilicé- Llamaba para hablar con Esme.
-Oh, claro, ahora mismo te paso con ella.
-Vale,
gracias.
-¿Edward está en el hospital ya?
-Si, ¿por
qué?
-Bueno… hoy creo que me dará caña por llegar
tarde…- dijo burlón y yo solté una carcajada.
-Ya…
-Carliste pásame ya con Bella- escuché a
Esme de fondo y no pude más que sonreír.
-Bueno hija, te dejo, cuídate y cuida a mi
nieto.
-Siempre-
le dije segura y pude notar su risa al otro lado del teléfono.
-Buenos días Bella, ¿cómo estás?
-Hola Esme,
perfectamente bien, ¿y tú?
-Muy bien hija, con mucho trabajo, pero bien-
me dijo feliz.
-No
deberías de trabajar tanto, no lo necesitas.
-Lo sé, pero es que no puedo evitarlo, me
encanta mi profesión hija…
-Bueno… te
entiendo- le dije recordando el por qué iba todavía a mi trabajo…- Esme te
llamaba para darte las gracias por la preciosa habitación que habéis preparado
Alice y tú- le dije sonriente.
-Nada de gracias Bella, te mereces eso y
mucho más, no tendré vida para agradecerte el que estés al lado de mi hijo a
pesar de los acontecimientos.
-Créeme
cuando te digo que soy yo la afortunada, no podría encontrar un hombre mejor
Esme, es tan atento y caballeroso… aunque un poco pesado con lo de
sobreprotector…
-Me recuerda a Carliste, Bella… cuando estaba
embarazada, Carliste era igual de pesado, pero créeme cuando te digo que es
porque te ama tanto que no te quiere ver sufrir- me dijo con voz dulce, tan
maternal como siempre.
-Lo sé, soy
tan feliz Esme…- escuché una risilla por su parte y me acordé del color de la
habitación…- Al parecer tú y Alice pensáis que será un niño, ¿no?
-¿Por qué lo dices?
-Por el
color celeste de la habitación, sé que es neutral y que puede tenerlo una niña,
pero sé que tú también piensas que será un niño- escuché de nuevo su risa.
-Hija créeme cuando te digo que tienes todas
las papeletas para que sea un niño- dijo segura- Aunque da igual que sea niño o niña, lo que quiero es que nazca fuerte
y sano.
-Así será-
dije segura y sonreí feliz.
-Bueno cariño, te dejo que tengo que terminar
de decorar un salón en la Quinta Avenida- sonreí más anchamente, Esme era
toda una profesional.
-Si, yo
también me tengo que ir a trabajar, ya te llamaré, un beso.
-Adiós Bella, un beso para ti y para mi
hermoso nieto- sonreí de nuevo.
-Adiós Esme-
colgué y miré la hora en mi Iphone.
Las nueve y
media de la mañana…
Joder… ¿Las
nueve y media de la mañana?
Me quedaba
una media hora para atravesar la Quinta Avenida… la cual a esta hora estaría hasta
los topes del tráfico…
Y recordar
al “querido becario” me dejaba sin ganas de ir a trabajar, pero tenía que
hacerlo, miles de coches y un niñato de mierda no me intimidarían para hacer lo
que adoraba.
Decidí
llamar a Alice antes de irme a trabajar.
-Hola
Alice- le dije cuando descolgó.
Pude
escuchar un gemido bajo y me avergoncé totalmente…
¿Acaso
estaban…? Joder… tonta Bella… pues claro, ¿qué más estarían haciendo? ¿Jugar al
parchís?
-Bella…- jadeó mi amiga cogiendo el
teléfono con desesperación…
-Alice si te
pillo en un mal momento, déjalo, después te llamaré- estuve a punto de colgar,
pero mi amiga soltó un gritito de dolor…- ¿Alice qué te pasa?
-Estoy ahora mismo en la consulta con Carmen-
susurró.
-¿Acaso te
está matando?
-Mas o menos… al parecer Megan se mueve
demasiado y Carmen no puede verme por dentro demasiado bien…- jadeó de
nuevo.
-Madre mía…
¿quieres que vaya?
-No, no te preocupes, estoy rodeada de
hombres…- sonreí.
-¿Con quién
estás?
-Jasper, Edward y mi padre- jadeó de
nuevo- Joder… estoy duele como el demonio…
-Joder
Alice, ahora mismo voy para allá.
-No, Bells, de verdad no te preocupes, tú ve
a trabajar, que ahora me iré con Jasper a la clase de preparación al parto y
estaré ocupada como dos horas…
-Como
quieras, espero que se te pase el dolor rápido.
-Eso espero, porque le he dicho a Jasper que
va a tener que cortársela si quiere tocarme de nuevo…
Pude
escuchar una sonora carcajada proveniente de la preciosa boquita de mi hombre.
-No seas
tan mala con él, no se lo merece.
-Ya me lo dirás tú cuando te toque.
-Te llamaba
para decirte lo de la habitación de mi bebé- sonreí recordando ese maravilloso
espacio que en tan sólo seis meses lo ocuparía mi hijo…- Pero creo que te
llamaré más tarde….
-Si, por favor…- sentí un movimiento
extraño.
-Mi amor, ¿cómo estás?
-Hola mi
vida, muy bien, ahora me voy a la oficina.
-Ten mucho cuidado.
-Si, ten tú
más cuidado que Alice no coja a Jasper de las pelotas…- Edward soltó una
carcajada.
-Si…pobre Jasper, mi hermana está
insoportable con las putas hormonas.
-Espero que
no me digas eso a mí cuando esté así…
-Nunca podría- dijo seguro con una
sonrisa.
-Y bueno… ¿cómo
es eso de que la pequeña Megan se mueve demasiado?
-Pues eso… al parecer es tan revoltosa como
mi hermana y Carmen está intentando hacerle una exploración genital, pero es
imposible ahora mismo… La cabecita de Megan está totalmente en posición para
poder nacer ya y no puede revisarla…
-¿Me estás
diciendo que se puede adelantar el parto de Alice?- dije temerosa.
-Si- dijo con total tranquilidad.
-Pero
Edward, está de seis meses, ¿no tiene riesgo?
-No, no te preocupes, Megan pesa ahora mismo
dos kilos y medio, con ese peso puede nacer perfectamente. Es bastante grande
para su tiempo.
-Al parecer
los genes Cullen son enormes…- Edward soltó una risilla- ¿Alice sabe todo esto?
-No, yo lo sé porque he visto muchas mujeres
embarazadas cariño y no es el primer caso.
-Vaya…
pobre Alice… ¿entonces puede ponerse de parto hoy mismo?
-Hombre… hoy mismo no… pero puede ponerse en
dos semanas o tres…
-Joder…
pero si es muy pequeñita…
-Si… tendrá que estar en una incubadora, pero
no pasará nada, todavía no es seguro que nazca con ese tiempo…- suspiré de
alivio.
-Avísame
con lo que sea, ¿de acuerdo?
-Si, mi vida, no te preocupes.
-Después te
llamaré.
-Vale, te amo.
-Te amo.
Colgué la
llamada y no pude evitar pensar en la pobre Alice…
Cogí de
nuevo mi bolso y mis llaves y salí de casa pensando en mi pequeña amiga…
Ojalá que
no le pasara nada a mi sobrinita…
-Vaya, vaya…
pero si estás aquí…- no podía ser…
Esa voz…
Miré hacia
la dueña de aquella voz y allí estaba…
-Tanya…-
susurré con voz baja…
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Bueno chic@s la cosa se complica...
¿Qué pensáis que pasará con Alice? ¿Y con la llegada de Tanya?
Espero como siempre que disfrutéis leyéndolo, yo lo escribo con todo el amor y el cariño del mundo.
Yess, cariño, espero que lo disfrutes, sé cuánto te gusta esta historia y sabes que sin tus palabras de apoyo nada sería igual... Gracias por ser y existir amiga!!!
Gem, gracias por haber comentado en EL AMOR CONTRA TODO, le tienes que felicitar a Flopii, que fue quién escribió el capítulo ;) Muchas gracias nena por comentar, eres un sol!
Lumy,entiendo perfectamente que estés ocupada, yo lo puedo entender mejor que nadie ;) Espero que tengas un respiro y puedas leer los capítulos ;D Un besote guapa!
Mari, comentas en cada uno de los capítulos de mis fics y eso es algo que te lo agradezco de corazón amiga, muy pocas chic@s comentan, eso ya lo sabes... Muchísimas gracias por estar ahí siempre, muchos besos guapa!!!
Mari, comentas en cada uno de los capítulos de mis fics y eso es algo que te lo agradezco de corazón amiga, muy pocas chic@s comentan, eso ya lo sabes... Muchísimas gracias por estar ahí siempre, muchos besos guapa!!!
Y para tod@s las chic@s que aún no se atreven a comentar, bien por falta de tiempo o bien por falta de ganas, no importa, me hacéis falta, pero no por eso dejaré es escribir.
Un besazo a tod@s,
Romiina^.^
genial este capitulo me encanta esta historia no puedo esperar para saber que pasara con alice y sobre que sera la llegada de tanya me encanta y gracias por permitirnos leer tus historias me encantan
ResponderEliminarTe crees que eh creído que publiqué hace un rato que lo leí y vengo dandome cuenta que no lo hice????!!!, es el colmo!! jajaja estoy tan embobada leyendo que no estoy muy consiente de lo demás jajajaj xD.
ResponderEliminarFuff si ha quedado fantástico es poco decir!!!, mira que me traes de un ala con este fan fic, tiene lo suyo y vaya que cuando te leo me inspira a escribir más y más.
Hermosa, no sabes lo feliz que me hace tener tantas dedicatorias en tu blog!!!, espero que muy pronto y o pueda terminar mi cap, para publicar nuestro divino fic!! que ya extraño realizar!.
Muchos besos y abrazos a mi hermana que adoro! <3.
Te quiere:
Yess*,*
Romi: Aqui estoy un poco ausente, pero, no perdida. Me encanto que lindo la parte del Desayuno, fue un momento bien tierno y lo del Bebe de Alice. Wao que bien lo haces, te felicito.
ResponderEliminarBesos Nena