sábado, 19 de mayo de 2012

INOLVIDABLE


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Capítulo 25: Complicaciones…

Edward pov.

Hicimos el amor dos veces y no podía estar más feliz…
Esta vez habíamos hecho el amor con rudeza, pero siempre sintiendo el amor del otro en todo momento.
-¿Tienes hambre?- le dije mientras le secaba todo el cuerpo.
Habíamos acabado sudorosos  y exhaustos por el sexo…
-Si, más bien lo tiene tu hijo- me dijo burlona y me besó con dulzura en los labios- Te amo- me sonrió y se levantó del váter, dónde estaba sentada, y se fue hacia la habitación.
Yo me sequé y salí a la habitación con una toalla enrollada en mi cintura.
-¿Cómo te ha ido hoy?- le dije mientras sacaba mi bóxer del cajón.
-Muy bien- me sonrió y se puso un camisón de seda rosa que le quedaba demasiado bien…- Eleazar me ha regalado muchas cosas Edward, pero sobretodo hay una que es mi favorita sin duda- dijo soñadora mientras se tocaba su pequeña tripita.
-Te amo- me acerqué a ella y le puse mis manos encima de las suyas- Ha crecido- le dije con una sonrisa y ella me sonrió de manera que debería ser ilegal.
-Si…- dijo con voz quebrada y yo la miré- Soy tan feliz Edward- me abrazó y pude sentir su delicioso aroma de fresas impactar en mi cara.
-No te imaginas lo que te amo mi vida, eres lo mejor que me ha pasado nunca- me besé en los labios y ella me respondió con una preciosa sonrisa.
-Ven, tengo que enseñarte el regalo estrella de Eleazar- me sonrió y me cogió de la mano para que me sentase en la cama.
Se dirigió hacia unas bolsas que había al lado del armario y que ahora me había percatado de ellas y se agachó para cogerlas.
-Mira- me dijo sonriente mientras sacaba un precioso osito de peluche blanco.
-Es precioso- le dije mirándolo fijamente y ella me lo entregó con su sonrisa intachable- ¿Esas son tus iniciales?- dije tocando las patitas del osito.
-Si, era mío cuando era pequeña, fue un regalo de mi madre antes de morir y por alguna circunstancia que no sé, lo perdí- dijo sentándose a mi lado.
-¿Y cómo lo ha conseguido Eleazar?
-No tengo ni idea, no ha querido decírmelo, pero intuyo que lo ha cogido sin permiso para poder restaurarlo, de todas formas las fechas cuadran- yo la miré extrañado- Si, lo perdí hace dos meses y medio, cuando supe que estaba embarazada.
-Joder… pues si que ha sido sigiloso Eleazar…- dije dejando el osito encima de la cama.
-Si…- miró las bolsas y comenzó a sacar cosas.
-No sé dónde vamos a meter todo esto…- dije mirando todo con adoración.
Ella soltó una carcajada, pero de repente me miró con sorpresa e intriga.
Joder… había metido la pata… ya era hora de enseñarle la sorpresa…
-¿A qué te refieres…?- dijo con su perfecta ceja alzada.
-Ven, ahora lo verás- le cogí su suave mano y nos encaminamos hacia la habitación que esperaba que no hubiese abierto…
-¿La habitación de invitados?- dijo extrañada y yo asentí.
-Bueno… eso era hasta hace unas semanas…- dije dedicándole una sonrisa torcida y abrí la puerta de la habitación…
Bella soltó mi mano y se tapó la boca con ambas manos mirando todo con determinación.
La habitación era blanca completamente, con detalles dorados y celestes, igualando con la alfombra blanca del suelo. Los estampados eran nubes difuminadas en cualquier lugar.
Totalmente precioso…
La cunita estaba justo en el centro, de madera clara y las sábanas blancas con encajes. Justo detrás se encontraba el enorme ventanal y al lado izquierdo estaba un enorme armario del mismo color que la cuna, con las puertas abiertas dejando ver todo lo que tenía…
Decir que tenía de todo era quedarse corto… Desde pañales a tetillas de todos los tamaños posibles… Sin duda, mi madre y mi hermanita estaban en todos los detalles… Al lado estaba el mueble para cambiar los pañales y la pequeña bañerita, todo meticulosamente puesto.
Y lo que llamó mi atención fue una mecedora que estaba en el lado derecho, del mismo color que la cuna…
Inmediatamente me imaginé a mi preciosa esposa dándole el pecho a mi hijo. Sin duda sería la imagen más bonita que vería en toda mi vida.
Bella avanzó por la habitación y tocó suavemente la madera de la cuna.
-Es tan suave…
-¿Te gusta?
-Edward…- susurró con lágrimas en los ojos y yo inmediatamente la abracé desde la espalda- Es… precioso…- dijo sin dejar de mirar la habitación.
-Si- le dije besándole el cuello.
-Gracias, Edward, gracias- dijo mientras se volvía y me abrazaba con fuerza- Es perfecto…
-Me alegro de que te guste.
-Todo grita a Esme y a Alice por donde mires…- yo sonreí en respuesta sabiendo que era verdad.
-Si, han hecho un buen trabajo- le besé en la frente.
-¿Cuándo lo han hecho?
-En nuestra luna de miel, quería que fuese una sorpresa- le sonreí y ella me sonrió.
-Lo ha sido- dijo mirando a la mecedora.
-Ya te imagino dándole el pecho a nuestro hijo ahí sentada…- dije señalando la fina mecedora.
-Si- me miró y me sonrió feliz- Te amo- me abrazó de nuevo- No sabes lo feliz que me haces cada día- yo sonreí feliz y la apreté contra mi pecho- Al parecer todos quieren que sea un niño por los tonos celestes de la habitación- yo sonreí feliz.
-Pues yo no, yo quiero que sea una princesita tan hermosa como su madre- le besé en la frente y ella me besó la barbilla.
-No, será un precioso niño con ojos verdes y el pelo cobrizo tan rebelde como el de su padre- dijo feliz y yo sonreí.
En ese momento su tripa rugió.
-Vamos a comer- le dije separándome de ella y mirando su preciosa cara.
-Si- echó un último vistazo a la habitación y la cerró con cuidado.
Nos encaminamos hacia la cocina y le ayudé a sacar la cena del horno.
-Mañana llamaré a Esme y a Alice- dijo mientras cortaba el pastel de berenjenas.
-Estarán deseando, esta mañana me llamó Alice para preguntarme cuánto estaba esperando para enseñarte la habitación…- rodé los ojos y Bella soltó una carcajada.
 -Ya me la imagino…- cogimos todo y nos sentamos en la mesa de la cocina.
Comenzamos a comer y todo estaba delicioso.
-Está delicioso- dije mirándola con intensidad y ella me sonrió.
-¿Qué tal te ha ido en el hospital?
-Bastante liado… he tenido dos operaciones y muchas urgencias…
-Tienes que estar agotado…
-Bueno… no contaba con el ejercicio extra cuando he llegado a casa…- le dije con voz pícara y ella me miró con deseo.
-Creo que te debo un masaje cariño- dijo con voz sensual levantándose del asiento con elegancia y avanzando hacia mí.
-No hace falta, lo que quiero es que descanses, demasiado tengo ya con soportar que trabajes…
-Oh, vamos Edward, sabes que mi trabajo me sirve para distraerme, ¿qué haría aquí todo el día?
-Pues descansar.
-¿No crees que tendré bastante tiempo para descansar los próximos cinco meses?- la miré con sorpresa…
¿Acaso dejaría el trabajo en un mes?
-¿Vas a dejar de trabajar en un mes?- dije con voz emocionada, no lo pude evitar…
-Si- me sonrió y me besó en la frente.
-Gracias mi amor, de verdad que me quedo más tranquilo- la cogí de la cintura y la senté a horcajadas encima de mí.
-De todas formas iré esporádicamente en estos meses para las reuniones del señor Andrew- dijo firmemente- No quiero que seas posesivo Edward, sabes que soy bastante mayorcita para saber lo que hago- yo sólo pude asentir.
-No puedo evitarlo- le besé en los labios y ella me abrazó.
-No seas bobo, sabes que estoy perfectamente bien, eres tan pesado como Eleazar… Por Dios… no estoy enferma joder…
-¿También te dice Eleazar lo mismo que yo, no?- dije con una sonrisa triunfal y ella se separó un poco de mí.
-No exactamente, me dice que no me altere, ya sabes como es…
Si… claro que lo sabía… me lo decía todos los días.
-Quiero chocolate- demandó de repente y se levantó como un posesa hacia el mueble donde guardábamos todos los dulces…
-Joder… eso es un puto arsenal de chocolate- dije mirando el mueble a reventar de todo tipo de chocolate…
-Si… no sé que me pasa Edward… pero tengo ganas de comer chocolate a todas horas…- dijo antes de meterse un trozo en la boca, cerró los ojos y gimió de placer al degustarlo…
-Joder… ¿todo tienes que hacerlo jodidamente sexy?- me levanté y le lamí el labio inferior lleno de chocolate.
-Te amo- me besó y pude degustar de su boca el delicioso sabor del chocolate.
-¿Vamos a la cama?- Bella asintió llevándose un trozo de chocolate con ella.
Recogí todos los platos y los vasos para meterlos en el lavavajillas y apagué las luces y me dirigí hacia nuestra habitación.
-¿Estás cansada?
-No mucho…- dijo sentándose en la cama- Mañana te enseñaré la sillita para el coche que me ha regalado Eleazar, es preciosa- le sonreí y ella me devolvió la sonrisa.
-Me encantaría- le sonreí y me puse a su lado.
-Ven, te voy a hacer un masaje doctor Cullen- dijo con voz profesional y yo asentí con una sonrisa.
Se puso detrás de mí, con las rodillas en el colchón y puso sus delicadas manos en mi espalda.
Cuando sus manos apretaron en mi espalda me relajé por completo, sintiendo un infinito placer de relax.
-Tienes unas manos perfectas- dije con los ojos cerrados.
-Bueno… sabes que siempre he tenido buena fama de masajista- dijo burlona y yo sonreí.
-Si, deseaba que fuese cada viernes para que me dieses uno de tus masajes- recordé sonriente.
Cuando éramos unos críos, y no tan críos, esperaba que Bella estuviese libre de sus estudios, al igual que yo, y que viniera a mi casa para que me diese un masaje cada viernes.
-Ya no tendrás que esperar cada viernes, ahora estaré siempre a tu lado- me besó detrás de la oreja y yo me volví para besarle con todo el amor que sentía.
Ella por su parte me dio un beso voraz y nos recostamos en el cómodo colchón.
-Hasta mañana preciosa- la besé y le acaricié el vientre suavemente- Hasta mañana pequeño- me acerqué a su tripita y la besé con adoración.
-Hasta mañana mi amor- me besó en el tope de mi cabeza y se recostó cómodamente en la almohada- Te amo- susurró antes de sentir su respiración acompasada.
Cogí las mantas y la tapé con suavidad. Cogí su cabeza delicadamente y la puse en mi pecho y la abracé con mucho amor.
-Te amo princesa- le besé en el pelo y pronto caí en la inconsciencia.

Bella pov.

Me desperté en los brazos de mi precioso esposo y sonreí viendo su cara totalmente relajada.
Era precioso.
Su pelo rebelde le caía por la frente de manera inocente, sus largas pestañas marcaban una línea perfecta y su perfecta boca estaba entreabierta.
No pude resistirme a besarle y me levanté con cuidado para ducharme.
Me duché rápidamente y salí envuelta en una toalla hacia la habitación, viendo que todavía dormía Edward como un bebé…
Cuánto deseaba que mi bebé fuera un niño, que fuese exactamente igual que su padre...
Miré el reloj y me di cuenta que había madrugado demasiado.
Me puse un tanga rojo y un camisón del mismo tono y me encaminé hacia la cocina para desayunar, me estaba muriendo de hambre…
En el camino me encontré con Yuna.
-Hola cariño- la cogí y la besé con dulzura, provocando que me lamiera en toda la cara.
Le puse su comida en su cuenco y el cambié el cacharro del agua y me metí en la boca una galleta inmediatamente, no quería que las náuseas volvieran…
Hice mis tortitas preferidas con sirope de chocolate, por supuesto, además de café, y me encaminé hacia la habitación para despertar a mi Adonis.
Abrí la puerta con cuidado y lo pude ver en mi sitio, con su cara en mi almohada. Sonreí como una idiota.
-Edward- lo zarandeé suavemente y él no respondía…- Amor, despierta- le dije antes de besarle suavemente en los labios.
De repente cogió mi cintura y me puso a horcajadas encima de él.
-Buenos días preciosa- me besó en los labios, aún sin abrir los ojos.
-Buenos días guapo- sonreí y le besé suavemente en los labios.
Puso su cara en mi cuello y aspiró sonoramente.
-Tu olor es delicioso…- susurró y me besó en el cuello, provocando un escalofrío por mi parte, noté su sonrisa sobre mi piel…- Eres tan delicada…
-Y tú eres tan galán- le dije burlona y se separó de mí y me miró por primera vez.
-Te amo- me besó de nuevo y me miró fijamente- No puedo tener mejor despertar- me sonrió de lado y yo le besé.
-Vamos, el desayuno se enfría- me fui a quitar de encima de su cuerpo, pero él me agarró suavemente.
-¿Desde que hora estás despierta?- alzó una ceja y yo rodé los ojos.
-Desde temprano.
-¿Cuánto es eso de temprano?- ahí estamos con lo mismo…
-Hace una hora…- me miró no creyéndose nada- Quizás dos…- dije rindiéndome y él me miró amenazante…
-Bella, no quiero que te levantes tan temprano no tienes necesidad, tienes que descansar y…- mis dedos se posaron en sus labios para poder callarlo…
-Shhh, Edward no te preocupes tanto por mí, estoy bien y me hace feliz hacerte el desayuno mi amor, no te enfades- le besé suavemente y pude sentir que su cuerpo se relajaba- No sé cómo te pondrás cuando esté de siete meses…- le dije mientras me levantaba.
-Pues volverme loco con la mujer tan terca que tengo- me sonrió y supe que había ganado esta batalla.
Se levantó y se dirigió al baño.
-Voy a preparar el café- dije mientras salía de la habitación y pude escuchar “maldita terquedad…”, no pude evitar sonreír…
Estaba terminando de echar la leche en el vaso cuando sentí sus brazos rodearme la cintura.
-Buenos días bebé- me giró y se puso a la altura de mi vientre para besarlo- Te amo- le susurró con una sonrisa y a mi se me escapó una lágrima de felicidad.
-Te amo- le susurré con voz débil y él me miró de inmediato.
-¡¿Qué te pasa?!- dijo levantándose para ponerse a mi altura.
-Nada, estoy tan feliz…- lo abracé y él me dedicó la sonrisa más hermosa de todas.
-Yo también mi vida, me has hecho el hombre más feliz del mundo.
Terminé de preparar el café y desayunamos con total tranquilidad.
-Nunca cambiarán el sabor de estas tortitas…- dijo Edward antes de meterse un último trozo en la boca.
-Me alegro de que te guste- le sonreí y me levanté para tomarme las vitaminas prenatales.
-Si te notas algo raro con esas vitaminas me lo dices, ¿vale?
-¿Debería de notar algo raro?- me asusté inconscientemente.
-No mi amor, no te preocupes- se acercó a mí y me abrazó- Lo que pasa que como has tenido náuseas, pueden volverte a aparecer al haberlas cambiado.
-Si es por eso no me preocupa, la madre de mi doctor cañón me ha dado una recomendación eficaz- dije sonriendo de manera perversa.
-A sí que… ¿tu doctor cañón?- yo asentí con una sonrisa burlona- Vaya… tendrás que presentármelo para dejarle en claro que eres totalmente mía- me dio un beso voraz y apretó mis nalgas con dulzura. Yo por mi parte me restregué un poco contra él- Estoy intentando no tirar todo lo de la mesa para hacerte el amor, así que por favor no me provoques…
-Quizás quiera provocarte Doctor Cullen…- le pasé mis dedos por sus pectorales desnudos y gruñó por lo bajo.
-Eres muy provocativa señora de Cullen- me besó rudamente y gemí en respuesta.
Abrí los ojos cuando Edward se dirigió a mi cuello para besarlo con besos húmedos.
Miré el reloj de la cocina y marcaban las ocho de la mañana…
-Mi amor…- no contestó…- Mi amor- seguía besándome en el cuello- Edward…
-¿Uhmmm?- murmuró sin despegar sus labios de la piel de mi escote.
-¿A qué horas tienes que estar en el hospital?
-A las ocho y cuarto, hay tiempo…- dijo separándose a regañadientes y de nuevo me volví a besar en los labios.
-Edward- intenté separarme de él, pero seguía besándome- ¡Edward!- le grité y él se separó de mí al instante.
-¿Qué te pasa mujer?
-Son las ocho y cinco mi amor- dije inocentemente y él abrió los ojos con incredulidad, dirigió su mirada al reloj y rodó los ojos…
-Joder… todo por tu culpa- dijo antes de besarme- Tú tienes la culpa de ser tan sexy- dijo con una sonrisa burlona antes de irse hacia la habitación para vestirse. Yo sólo pude sonreír.
Recogí todos los platos y los vasos del desayuno y los coloqué en el lavavajillas y lo encendí.
Me estaba recogiendo el pelo en un moño informal cuando mi Dios griego se estaba poniendo el abrigo gris que tanto me gustaba.
-Mi amor, después te llamaré- me besó ligeramente y recogió el maletín- Hoy comeremos juntos- me guiñó y abrió la puerta de la entrada.
-Ten mucho cuidado, llámame cuando llegues.
-¿Quién se preocupa ahora?- alzó una ceja y yo le sonreí- Te amo.
-Tonto- le dije antes de cerrar la puerta al verle entrar por el ascensor.
Sonreí y pude ver a Yuna que me movía su rabito como una posesa.
-¿Qué pasa mi amor?- me acerqué a ella y la cogí en brazos. Me ladró eufórica y yo le sonreí- Si, ahora nos iremos de paseo- me lamió la cara y la dejé en el suelo.
Me encaminé hacia la habitación y abrí las persianas y las ventanas para airear el olor a sexo que tenía la habitación… Sonreí como un imbécil al recordar la noche anterior…
Cogí unos pantalones rojos pitillo y una camisa verde oscuro de punto.
Me vestí y pude comprobar que la camisa hacía que se me transparentara toda la parte del abdomen, y me encantó el contraste de la piel blanca de mi cuerpo con el verde de la camisa.
Me recogí un moño informal, pero elegante y me puse mis perlas en las orejas. Después me maquillé suavemente y me puse mis altos tacones rojos.
-Creces por días cariño- dije mirando hacia mi vientre mientras me tocaba la tripita que ya se podía apreciar con claridad.
 Cogí mi bolso de desigual y me encaminé hacia el salón.
-Yuna, vamos- le dije cogiendo la correa de encima de la mesita de la entrada. Yuna me obedeció y se puso a mi lado para que le pusiese la correa.
Me puse mi abrigo verde oscuro y salí de casa con las llaves en la mano.
Bajé en el ascensor y salí pitando hacia la calle, ya que me temía que la pobre de Yuna no podría soportar más hacer sus necesidades…
En ese momento sonó mi teléfono.
-Hola mi amor- la inconfundible voz de mi Adonis provocó una sonrisa por mi parte.
-Hola cariño, ¿has llegado ya?
-Si, acabo de llegar- dijo seguro con una sonrisa.
-Ya me quedo más tranquila- en ese momento se escuchó el ladrido de Yuna hacia un perro enorme.
-Por lo que escucho estás sacando a Yuna, ¿no?
-Si, no para de ladrarle a todo lo que se mueve…- Edward soltó una carcajada.
-Es tan salvaje como mi bella esposa- sonreí como una idiota.
-No me hagas tener que demostrártelo Doctor Cullen- dije con voz sensual y pude escuchar un gruñido.
-No me provoques Isabella- uf… mi nombre completo en sus labios era algo totalmente pecaminoso…
-No susurres mi nombre de esa manera, vas a hacer que vaya al hospital y me suba encima de ti para hacerte el amor…
-Joder…- susurró y yo sonreí triunfal- No te escaparás de mis garras Isabella…- joder… otra vez no…
-Eso espero doctor cañón, te llamo luego, te amo.
-Y yo a ti, preciosa- y colgué.
Después de una media hora, que hizo mucho pis y de todo… y de ladrarle a todos los pájaros que volaban en el cielo, parecía que eso era un hábito para ella, volvimos a casa de nuevo.
Decidí llamar a Esme y a Alice para agradecerle todo lo de la habitación.
-¿Bella?- dijo la inconfundible voz de Carliste.
-Hola Carliste- sonreí.
-¿Pasa algo?- dijo asustado y yo rodé los ojos… la preocupación excesiva de Edward tenía dueño…
-No, Carliste, no te preocupes- le tranquilicé- Llamaba para hablar con Esme.
-Oh, claro, ahora mismo te paso con ella.
-Vale, gracias.
-¿Edward está en el hospital ya?
-Si, ¿por qué?
-Bueno… hoy creo que me dará caña por llegar tarde…- dijo burlón y yo solté una carcajada.
-Ya…
-Carliste pásame ya con Bella- escuché a Esme de fondo y no pude más que sonreír.
-Bueno hija, te dejo, cuídate y cuida a mi nieto.
-Siempre- le dije segura y pude notar su risa al otro lado del teléfono.
-Buenos días Bella, ¿cómo estás?
-Hola Esme, perfectamente bien, ¿y tú?
-Muy bien hija, con mucho trabajo, pero bien- me dijo feliz.
-No deberías de trabajar tanto, no lo necesitas.
-Lo sé, pero es que no puedo evitarlo, me encanta mi profesión hija…
-Bueno… te entiendo- le dije recordando el por qué iba todavía a mi trabajo…- Esme te llamaba para darte las gracias por la preciosa habitación que habéis preparado Alice y tú- le dije sonriente.
-Nada de gracias Bella, te mereces eso y mucho más, no tendré vida para agradecerte el que estés al lado de mi hijo a pesar de los acontecimientos.
-Créeme cuando te digo que soy yo la afortunada, no podría encontrar un hombre mejor Esme, es tan atento y caballeroso… aunque un poco pesado con lo de sobreprotector…
-Me recuerda a Carliste, Bella… cuando estaba embarazada, Carliste era igual de pesado, pero créeme cuando te digo que es porque te ama tanto que no te quiere ver sufrir- me dijo con voz dulce, tan maternal como siempre.
-Lo sé, soy tan feliz Esme…- escuché una risilla por su parte y me acordé del color de la habitación…- Al parecer tú y Alice pensáis que será un niño, ¿no?
-¿Por qué lo dices?
-Por el color celeste de la habitación, sé que es neutral y que puede tenerlo una niña, pero sé que tú también piensas que será un niño- escuché de nuevo su risa.
-Hija créeme cuando te digo que tienes todas las papeletas para que sea un niño- dijo segura- Aunque da igual que sea niño o niña, lo que quiero es que nazca fuerte y sano.
-Así será- dije segura y sonreí feliz.
-Bueno cariño, te dejo que tengo que terminar de decorar un salón en la Quinta Avenida- sonreí más anchamente, Esme era toda una profesional.
-Si, yo también me tengo que ir a trabajar, ya te llamaré, un beso.
-Adiós Bella, un beso para ti y para mi hermoso nieto- sonreí de nuevo.
-Adiós Esme- colgué y miré la hora en mi Iphone.
Las nueve y media de la mañana…
Joder… ¿Las nueve y media de la mañana?
Me quedaba una media hora para atravesar la Quinta Avenida… la cual a esta hora estaría hasta los topes del tráfico…
Y recordar al “querido becario” me dejaba sin ganas de ir a trabajar, pero tenía que hacerlo, miles de coches y un niñato de mierda no me intimidarían para hacer lo que adoraba.
Decidí llamar a Alice antes de irme a trabajar.
-Hola Alice- le dije cuando descolgó.
Pude escuchar un gemido bajo y me avergoncé totalmente…
¿Acaso estaban…? Joder… tonta Bella… pues claro, ¿qué más estarían haciendo? ¿Jugar al parchís?
-Bella…- jadeó mi amiga cogiendo el teléfono con desesperación…
-Alice si te pillo en un mal momento, déjalo, después te llamaré- estuve a punto de colgar, pero mi amiga soltó un gritito de dolor…- ¿Alice qué te pasa?
-Estoy ahora mismo en la consulta con Carmen- susurró.
-¿Acaso te está matando?
-Mas o menos… al parecer Megan se mueve demasiado y Carmen no puede verme por dentro demasiado bien…- jadeó de nuevo.
-Madre mía… ¿quieres que vaya?
-No, no te preocupes, estoy rodeada de hombres…- sonreí.
-¿Con quién estás?
-Jasper, Edward y mi padre- jadeó de nuevo- Joder… estoy duele como el demonio…
-Joder Alice, ahora mismo voy para allá.
-No, Bells, de verdad no te preocupes, tú ve a trabajar, que ahora me iré con Jasper a la clase de preparación al parto y estaré ocupada como dos horas…
-Como quieras, espero que se te pase el dolor rápido.
-Eso espero, porque le he dicho a Jasper que va a tener que cortársela si quiere tocarme de nuevo…
Pude escuchar una sonora carcajada proveniente de la preciosa boquita de mi hombre.
-No seas tan mala con él, no se lo merece.
-Ya me lo dirás tú cuando te toque.
-Te llamaba para decirte lo de la habitación de mi bebé- sonreí recordando ese maravilloso espacio que en tan sólo seis meses lo ocuparía mi hijo…- Pero creo que te llamaré más tarde….
-Si, por favor…- sentí un movimiento extraño.
-Mi amor, ¿cómo estás?
-Hola mi vida, muy bien, ahora me voy a la oficina.
-Ten mucho cuidado.
-Si, ten tú más cuidado que Alice no coja a Jasper de las pelotas…- Edward soltó una carcajada.
-Si…pobre Jasper, mi hermana está insoportable con las putas hormonas.
-Espero que no me digas eso a mí cuando esté así…
-Nunca podría- dijo seguro con una sonrisa.
-Y bueno… ¿cómo es eso de que la pequeña Megan se mueve demasiado?
-Pues eso… al parecer es tan revoltosa como mi hermana y Carmen está intentando hacerle una exploración genital, pero es imposible ahora mismo… La cabecita de Megan está totalmente en posición para poder nacer ya y no puede revisarla…
-¿Me estás diciendo que se puede adelantar el parto de Alice?- dije temerosa.
-Si- dijo con total tranquilidad.
-Pero Edward, está de seis meses, ¿no tiene riesgo?
-No, no te preocupes, Megan pesa ahora mismo dos kilos y medio, con ese peso puede nacer perfectamente. Es bastante grande para su tiempo.
-Al parecer los genes Cullen son enormes…- Edward soltó una risilla- ¿Alice sabe todo esto?
-No, yo lo sé porque he visto muchas mujeres embarazadas cariño y no es el primer caso.
-Vaya… pobre Alice… ¿entonces puede ponerse de parto hoy mismo?
-Hombre… hoy mismo no… pero puede ponerse en dos semanas o tres…
-Joder… pero si es muy pequeñita…
-Si… tendrá que estar en una incubadora, pero no pasará nada, todavía no es seguro que nazca con ese tiempo…- suspiré de alivio.
-Avísame con lo que sea, ¿de acuerdo?
-Si, mi vida, no te preocupes.
-Después te llamaré.
-Vale, te amo.
-Te amo.
Colgué la llamada y no pude evitar pensar en la pobre Alice…
Cogí de nuevo mi bolso y mis llaves y salí de casa pensando en mi pequeña amiga…
Ojalá que no le pasara nada a mi sobrinita…
-Vaya, vaya… pero si estás aquí…- no podía ser…
Esa voz…
Miré hacia la dueña de aquella voz y allí estaba…
-Tanya…- susurré con voz baja…


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Bueno chic@s la cosa se complica...
¿Qué pensáis que pasará con Alice? ¿Y con la llegada de Tanya?
Espero como siempre que disfrutéis leyéndolo, yo lo escribo con todo el amor y el cariño del mundo.
Yess, cariño, espero que lo disfrutes, sé cuánto te gusta esta historia y sabes que sin tus palabras de apoyo nada sería igual... Gracias por ser y existir amiga!!!
Gem, gracias por haber comentado en EL AMOR CONTRA TODO, le tienes que felicitar a Flopii, que fue quién escribió el capítulo ;) Muchas gracias nena por comentar, eres un sol!
Lumy,entiendo perfectamente que estés ocupada, yo lo puedo entender mejor que nadie ;) Espero que tengas un respiro y puedas leer los capítulos ;D Un besote guapa!
Mari, comentas en cada uno de los capítulos de mis fics y eso es algo que te lo agradezco de corazón amiga, muy pocas chic@s comentan, eso ya lo sabes... Muchísimas gracias por estar ahí siempre, muchos besos guapa!!!
Y para tod@s las chic@s que aún no se atreven a comentar, bien por falta de tiempo o bien por falta de ganas, no importa, me hacéis falta, pero no por eso dejaré es escribir.
Un besazo a tod@s,
Romiina^.^


3 comentarios:

  1. genial este capitulo me encanta esta historia no puedo esperar para saber que pasara con alice y sobre que sera la llegada de tanya me encanta y gracias por permitirnos leer tus historias me encantan

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  2. Te crees que eh creído que publiqué hace un rato que lo leí y vengo dandome cuenta que no lo hice????!!!, es el colmo!! jajaja estoy tan embobada leyendo que no estoy muy consiente de lo demás jajajaj xD.

    Fuff si ha quedado fantástico es poco decir!!!, mira que me traes de un ala con este fan fic, tiene lo suyo y vaya que cuando te leo me inspira a escribir más y más.

    Hermosa, no sabes lo feliz que me hace tener tantas dedicatorias en tu blog!!!, espero que muy pronto y o pueda terminar mi cap, para publicar nuestro divino fic!! que ya extraño realizar!.

    Muchos besos y abrazos a mi hermana que adoro! <3.
    Te quiere:
    Yess*,*

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  3. Romi: Aqui estoy un poco ausente, pero, no perdida. Me encanto que lindo la parte del Desayuno, fue un momento bien tierno y lo del Bebe de Alice. Wao que bien lo haces, te felicito.
    Besos Nena

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*..Diosas del Crepúsculo..*