viernes, 13 de abril de 2012

MEZCLA DE SENTIMIENTOS


************************************
*********************************
Capítulo 12: Lo eres todo.

Bella pov.

Sabía que me había comportado como una auténtica perra por haberle amenazado de esa manera, pero los nervios pudieron con mi autocontrol y no pude evitarlo. Se suponía que era una sorpresa y no podía enterarse hasta que llegara la hora.
Y además me gustaba ser mala y perra…
Sonreí ante este último pensamiento y me metí de nuevo en la habitación de Alice mirando de reojo a mi osito… Estaba flipando con mi comportamiento, pero era necesario. Llegué a la cama y Alice me miró con una sonrisa.
-¿Qué te ha pasado ahí afuera?- dijo señalando al pasillo.
-Nada, no puedo permitir que escuchen nuestras conversaciones- susurré bajito para que no se enteraran los chicos.
-No se han enterado de nada, seguro que han subido cuando Rose se ha puesto histérica por su pelo- dijo soltando una carcajada- Has sido mala- de nuevo soltó otra carcajada y yo no pude evitar soltar otra.
-Como sea, se lo merecía por tener poco tacto con un tema tan delicado- dije con elegante educación y Alice rio más por mi excelente demostración.
-Voy a ver a los chicos, yo ya he terminado con mi maleta- dijo saliendo de la habitación.
Me levanté y me dirigí a mi maleta, guardé mejor la caja de preservativos, que me había dado Rose, y el conjunto sexy al fondo de la maleta. Cuando terminé, cerré la cremallera y cogí un donuts mientras sacaba la maleta de la habitación de Alice.
-Bebé, ¿necesitas ayuda?- solté la maleta del susto que me había dado… joder, no me lo esperaba…
-¿Por qué coño tienes que aparecer así?- dije con una mano en el pecho y mi donut en la otra…
-Estaba muy pensativa mi amor- me dijo cogiéndome de la cintura y pegándome a su cuerpo- Tienes azúcar en los labios…- susurró antes de pasar su lengua por toda la extensión de mis labios, incluido la comisura de éstos…
-Joder…- gemí y él sonrió con picardía. Junté nuestros labios y él me alzó sin ninguna dificultad para poder tener mejor acceso a mis labios y cuello.
-Chicos…- dijo la voz de la enana, pero Emmett no me soltó.
-Emmett… le dije mirando esos ojos azules que ardían de pasión…
-Joder… ¿qué quieres enana?- le dijo sin despegar sus labios de los míos.
-Eh… ¿Qué no vamos?- dijo sarcástica y yo no pude evitar soltar una fuerte carcajada.
-Vamos, tenemos tiempo- le besé por última vez antes de dejarme en el suelo.
-Eso espero…- me dio una nalgada y me guiñó burlón.
-Ey- dije quejándome, pero en realidad me encantaba que hiciera eso.
-Sabes que te gusta- susurró en mi oído y después lo lamió completamente, antes de coger mi maleta y bajar por las escaleras con una sonrisa traviesa…
-Joder…- susurré más en gemido que otra cosa.
-Vamos, tendrás tiempo- me dijo mi querida cuñada agarrándome del brazo con mucha fuerza para su cuerpo tan pequeño… Yo sólo pude asentir y volvimos a su habitación- Vale, ahora nos vestiremos- dijo soltando mi mano y dirigiéndose a tu enorme armario…
A pesar del primer aniversario de la muerte de mis papás, hoy me sentía liberada y con fuerzas para hacer cualquier cosa, ya había estado bastante deprimida en clases como para amargarle las vacaciones a mis amigos, no me lo perdonaría nunca, por eso había sacado fuerzas de donde nos las tenía para pasar este día lo mejor posible…
La verdad que este día jamás lo olvidaría, pero ya no había vuelta atrás, mis padres siempre estaban en mis pensamientos, pero no por eso no seguiría mi vida hacia delante, las interminables conversaciones con Esme y Carliste me habían servido de mucho, gracias a ellos había aprendido muchas cosas nuevas y se los agradecía en el alma, sin olvidar las palabras de consuelo y ánimo que me daba mi osito todos los días, de verdad que no tenía vida para agradecerles todo lo que habían hecho por mí.
Mi estancia en la casa de los Cullen había sido fructífera, jamás me sentí sola y era lo que necesitaba, era verdad que a veces quería estar sola, pero no pasaba ni cinco minutos sin que llamara a mi osito para hacerme compañía, él con su típica sonrisa de niño pequeño asentía con alegría y nos quedábamos ahí, sin siquiera hablar, disfrutando de la compañía del otro.
Era lo mejor que me había pasado nunca.
Y después estaba el tema de la herencia, mi papá había puesto a mi nombre todos sus bienes materiales, como bien me había informado Carliste, pero también una pensión mensual de una cantidad enorme de dinero hasta que cumpliera los 18 años y desde ahí podía hacerme cargo de las acciones de papá y de todo el dinero que disponía. Pensión que no tocaba, ya que Carliste así lo había decidido, por lo que tan sólo tenía gastos para mis caprichos, que eran pocos, sólo se limitaban a comprarme ropa, en realidad bastante, gracias a Alice, aunque casi siempre pagaba ella con muecas y reproches por mi parte, y a cuidar mi flamante Audi, lo quería, era el coche que me había regalado mi padre y le tenía demasiado cariño.
-La tierra llamando a Bella- dijo Alice pasando sus pequeñas manos por delante de mi rostro y por primera vez la miré.
-¿Qué?- dije con una ceja alzada.
-Llevo más de cinco minutos llamándote, ya iba a llamar a un psiquiátrico para que te internaran- dijo con una maliciosa sonrisa y yo sonreí. Era inevitable sonreír con las cosas que se le ocurrían a la enana…
-Estaba pensando- dije lo obvio.
-¿Si? ¿No me digas? No lo había notado…- dijo sarcástica- Anda, toma, ponte esto- dijo dándome un vestido blanco de punto.
-Es precioso.
-Lo sé y lo rematarás con esto- dijo dándome unas sandalias marrones con mucho tacón.
-¿Es esto necesario?- dije señalando los mortales zapatos.
-Oh, vamos, creí que ya los soportabas y te encantaban- dijo melodramática.
-Si, bueno, me gustan, pero voy a conducir por dos horas, ¿no crees que es un poco exagerado?
-No, son muy cómodas, ya lo verás- dijo sacando su ropa. Yo sólo asentí y me dirigí al baño para vestirme.
La verdad es que el vestido me quedaba de muerte…
Se ceñía a mi cuerpo sin ser exagerado, sólo marcando las suaves curvas que tenía y haciendo que mi figura fuera más esbelta aún.
Cogí mi pelo y me hice una trenza desenfadada a un lado de mi cara y me maquillé un poco, gracias a las innumerables sesiones de Alice, había aprendido mucho sobre el tema maquillaje/peluquería/moda, ahora me alegraba…
Me puse las sandalias y las verdad es que eran súper cómodas, me extrañé muchísimo, con 10 cm de tacón, era imposible que fueran cómodas… Me quité una para mirar la marca y ahí estaba…
Joder…
¿Cuánto se había gastado la enana en esto?
-ALICE- dije histérica, saliendo con un zapato puesto y otro en la mano, obviamente cojeando.
-¿Qué pasa?- dijo inocente- ¿A qué son cómodas?- dijo acercándose a mí- Veo que te han servido de mucho mis consejos- dijo señalando mi peinado y mi cara, pero yo tenía la sangre que me hervía por el cuerpo.
-Alice, ¡¡¡SON DE CHANNEL!!!- grité desesperada y la enana asintió sonriente- Quita esa sonrisa de tu cara, te ha tenido que costar una fortuna, no puedo aceptarlas- dije haciendo el amago de quitarme la que tenía puesta en el pie. 
-No te quitarás esa sandalia- dijo cogiéndome del brazo- La aceptarás y punto, ya tendrás tiempo de replicarme lo que quieras, pero ahora calladita estás mas guapa- dijo sentándome en la cama y quitándome la otra sandalia de la mano. Me la puso sin ninguna dificultad y sonrió feliz- Estás perfecta- dijo abrazándome- Acéptalas, por favor- me suplicó con esa cara de pena que sólo ella sabía hacer y como siempre tuve que asentir.
-Esta bien…- suspiré cansada de que siempre se saliese con la suya y me levantó de la cama con un fuerte jalón.
-Vamos- dijo sonriente y me fijé en que las maletas de ella y Rose ya no estaban en la habitación- Las maletas las ha bajado Jasper- dijo como si leyera mis pensamientos y yo asentí.
Me fijé en la vestimenta de Alice y me encantó.
-Estás muy guapa enana- le dije mirando el precioso vestido rosa que llevaba con las sandalias bajas doradas.
-Gracias- sonrió y bajamos las escaleras agarradas de la mano.
Miré al frente y ahí estaban todos, pero sólo me fijé en mi osito…
Me miraba con mucho deseo de arriba abajo, sin ser discreto en absoluto y cómo me gustaba que me comiera con la mirada…
-Hermosa- me susurró lentamente para que leyera sus labios y yo sonreí feliz.
-Estáis guapísimas- dijo Esme con su particular cariño maternal. Primero le dio dos besos a su hija y después se acercó a mí.
-Espero que te lo pases genial, cariño- me besó en ambas mejillas y me estrechó en su cuerpo- Tengo una cosa para ti, Rose y Jasper ya lo tienen y sólo faltas tú- se separó de mí y me tendió una caja de terciopelo rojo.
-No puedo aceptarlo, Esme, es demasia…- me cortó.
-Shh, nada de eso, toma y póntelo, seguro que te gustará- me dijo con una sonrisa y yo asentí.
Abrí la delicada caja y lo que vi me fascinó…
Era un colgante de oro blanco finísimo con la insignia Cullen justo en el centro. La cadena era una espiral y tenía diamantes que formaban la palabra “Cullen”.
-Esme, es…- dije tocando el delicado colgante.
-Es para ti- me dijo con una sonrisa- Todos los integrantes de la familia lo tienen- me volvió a sonreír- Pero cada uno está personalizado, detrás de cada insignia se encuentra el nombre de cada uno- me dijo cogiendo el colgante y volviendo la insignia- ¿Ves? El tuyo pone Bella.
Yo me abalancé a ella con cuidado para que no se me cayera el colgante y ella me respondió gustosa.
-Gracias Esme, significa mucho para mí- dije con el corazón en un puño.
-Tú sí que significas mucho para nosotros, no sabemos que habríamos hecho sin ti- me besó en la frente y miré a su lado para encontrarme con los ojos azules, iguales a los de Emmett, de Carliste.
-Bella- me llamó y yo enrosqué mis brazos alrededor de su cuello- Espero que disfrutes de este fin de semana, te mereces eso y mucho más- dijo estrechándome en su pecho.
-Gracias por todo Carliste- le besé en la mejilla sin ninguna dificultad por mis altos zapatos y sonreí feliz.
Emmett se me acercó y su exquisito perfuma inundó mis fosas nasales.
-Estás perfecta bebé- me besó en la frente y cogió el colgante de la caja con mucho cuidado, muy raro en él, aunque Emmett me había demostrado ser la persona más cuidadosa en innumerables ocasiones. Se puso detrás de mi y deslizó el fino colgante por mi cuello- Hueles de maravilla…- dijo aspirando mi cuello mientras cerraba el cierre del colgante y me estremecí… Su cálido aliento era dulce y enloquecedor…
-Gracias- le dije con una sonrisa volviéndome hacia él.
-Te queda genial- dijo mirando el colgante y mi sonrisa se ensanchó.
-Vamos chicos- dijo Esme besando a cada uno de sus hijos y a su yerno y a su nuera- Espero que os divirtáis, llamadme todos los días, no me hagáis tener que ir hasta allí para pegaros con el zapato- dijo sonriente y todos estallamos en carcajadas, Esme no era capaz ni de hacerle daño a una mosca…
 -Chicos si tenéis algún problema no dudéis en llamarnos, ¿está bien?- dijo Carliste mientras nos montábamos en el coche.
Las chicas vendrían conmigo y los chicos en el jeep de Emmett.
-Bella ten mucho cuidado- me dijo mi osito preocupado- No sé por qué coño mi hermana te ha puesto esos zapatos sabiendo que ibas a conducir…- dijo mirando a su hermana con cara asesina.
-Emmett- lo llamé para que centrara toda su atención en mí- No es la primera y va a ser la última vez que conduzca con unos zapatos mortales- sonrió y era lo que estaba buscando.
-Te amo- me besó ligeramente en los labios y se encaminó hacia su jeep.
-No puede ser más perfecto…- susurré mirando los cuatro aros de mi volante, algo típico en Audi.
-Oh, la zorrona está sensible…- dijo Rose con burla.
-Rubita más vale que te calles o lo de tu pelo no será nada en comparación con lo que te haga- dije girándome hacia el asiento trasero, donde se encontraba.
-Zorra…- susurró y yo sonreí.
-Bien- me volví y Esme y Carliste se acercó a nosotras.
-Chicas tened mucho cuidado- dijo Carliste.
-Si- le sonreí y él me devolvió la sonrisa.
-Cuando lleguéis, llamad por favor- dijo Esme desesperada.
-Si, Esme, no te preocupes- saqué la cabeza por al ventana y le besé en ambas mejillas- Te quiero mucho- sonrió y me besó en la frente.
Arranqué mi hermoso Audi TT y dejé a Emmett delante, ya que él era el único que sabía el camino, yo era la primera vez que iba.
Alice puso el cd de música en la ranura y pronto rihanna se escuchó por todos los altavoces, mientras que Rose se hacía la manicura.
-¿Cómo coño puedes hacerte la manicura ahora?- dije mirándola por el espejo retrovisor.
-Práctica, además, si la “señorita sensible” no me hubiera arruinado mi hermoso pelo, lo habría hecho antes- dijo envenenada y yo sólo pude sonreír al igual que Alice.
-Te lo merecías y lo sabes- dije segura y mi mirada fue hasta el espejo retrovisor del jeep.
Emmett no paraba de mirarme con mucho deseo, recorriendo desde mis ojos hasta mi canalillo y eso me estaba encendiendo cada vez más…
Me pasé la lengua por toda la extensión de mi boca de manera provocativa y Emmett se mordió el labio, en un claro signo de desesperación…
Estábamos jugando con fuego, lo sabía, pero era de lo que tenía ganas…
-¿Queréis?- dijo Alice cogiendo un paquete de patatas y refrescos.
-Mas te vale no ensuciarme el tapizado enana- dije cogiendo una patata y lamiéndola suavemente mientras miraba hacia los ardientes ojos de mi novio.
En ese momento sonó mi móvil y lo cogí, dándome igual de la prohibición que era eso.
-Estás jugando con fuego bebé- me dijo la voz ronca de Emmett.
-Es lo que provocas- dije sin más, mientras le miraba con lujuria.
-Te terminarás quemando- advirtió y cómo me encendió esas palabras…
-Es lo que quiero- le dije colgando con una sonrisa en mis labios.
-¿Quién era?- me dijo Alice con una ceja alzada.
-Una conversación caliente en toda regla- dijo Rose cortándome y acertando de lleno, como siempre…
-¿Tú no estabas con los esmaltes de uñas o qué rubita?- dije cambiando de tema.
-No me cambies de tema, lo sabes perfectamente- dijo dirigiendo su mirada de nuevo hacia sus manos y yo suspiré tranquila al ver que no seguiría con la conversación.
Después de tres horas y media, gracias a un atasco de cojones, de charlas sin descanso por parte de Alice, de quejas por parte de Rose porque se pintaba de todo menos las uñas y de miradas furtivas por el espejo retrovisor del jeep, llegamos a la bendita casa.
 -Puto atasco…- susurré bajándome del coche y mi osito vino hasta mi para besar mis labios.
-Te amo- dijo antes de unir de nuevo nuestros labios.
-Y yo a ti- dije muy contenta.
-¿Qué tal el viaje?- preguntó Jasper.
-Pues obviando el puto atasco, las interminables charlas de tu novia y las quejas de tu hermana, de puta madre- dije sonriente.
-Y la caliente conversación, que no se te olvide- dijo la rubia acercándose a su novio para comerle todo el morro.
-Rose, contrólate, hay una cama arriba esperándote- dije con una sonrisa y sin más cogió al pobre Edward y se lo llevó hasta la casa…
Menos mal que Edward era el que tenía las llaves, si no habría hubiera saltado la enredadera que colgaba de la terraza de una habitación, supuse.
-Putas hormonas…- susurré y mi osito me miraba divertido- ¿Qué?
-Que eres irresistible- me dijo antes de besar mis labios y me apretó el trasero con ambas manos y yo gemí en respuesta.
Nos separamos por falta de aire y miré a mi alrededor y me fijé que Alice y Jasper también se habían ido…
-¿Vamos?- le dije cogiendo su mano y él asintió.
Nos encaminamos hacia la casa cogidos de la mano y entramos por la puerta abierta. El salón no podía ser más perfecto…
Estaba decorado en tonos amarillos y anaranjados, que contrastaban a la perfección con todos los muebles de madera. Había dos enormes sofás con tres butacas individuales a cada lado, por lo que cabía un sinfín de personas… Justo en delante de los sofás había una mesa de té baja y enfrente de ésta se encontraba un plasma de mínimo 50 pulgadas, enorme…
En el lado izquierdo, estaba la mesa comedor con una barra americana, que daba a la cocina y en el fondo, había un enorme ventanal con puertas dobles que daban a la playa.
-Es alucinante- dije acercándome al ventanal.
-Sabía que te gustaría- me dijo mi osito cogiéndome por la cintura y besando mi cuello.
-Gracias- me volví a él y le besé en los labios con mucha dulzura.
-No me las des, te lo mereces todo preciosa- me besó de nuevo y puso sus manos en ambas partes de mi cara- ¿Cómo lo llevas?- susurró separándose un poco de mí para mirarme directamente a los ojos.
Sabía a lo que se refería, hoy era el primer aniversario de la muerte de mis padres, en realidad de mi padre, porque el de mi madre sería una semana después, pero igualmente para mí era de los dos…
-Bien, ya no duele tanto como antes- le dije pegando mi cuerpo al suyo- Gracias a ti y a todos, lo he podido superar con más facilidad- le dije abrazando su enorme cuerpo- No sé cómo os voy a agradecer todo lo que habéis hecho por mí- sollocé contra su cuello, mojando su camisa con gruesas lágrimas.
-Shh, no tienes que agradecer nada mi vida- me estrechó aún más contra su cuerpo- No llores, sabes lo mal que me siento al verte así- ahora me separó de él y limpió mis lágrimas con sus pulgares- Sólo quiero que te olvides un poco del día de hoy y que empecemos a divertirnos como siempre lo hemos hecho- me besó en la frente- Sé que te tienes que desahogar, pero por favor que no dure demasiado, ¿vale?- me dijo con voz llena de dulzura y comprensión. Yo sólo asentí y sollocé  nuevamente.
Tenía que sacar todo el dolor que tenía en estos momentos y como siempre en presencia de mi osito, sabía lo mal que se sentía por sentirse inútil por no poder hacer nada por mí, pero sus dulces palabras y sus suaves masajes en mi espalda me tranquilizaban.
Me llevó hacia uno de los sofás y me puso encima de él. Así estuvimos como mínimo una hora, no había señales de los chicos, por lo que me imaginé que nos estarían dando nuestra privacidad.
-¿Estás mejor?- me dijo cuando dejé de sollozar. Yo sólo asentí y me acurruqué en su pecho con pena. No quería dar el numerito aquí, se supone que sería un fin de semana lleno de alegrías y emociones, pero me había sido imposible derrumbarme, ahora estaba mucho mejor y sólo quería divertirme y estar todo el tiempo posible con mi osito- ¿Te apetece una ducha?- yo asentí rápidamente y él me besó en tope de la cabeza y se levantó conmigo sin ninguna dificultad.
Subimos las escaleras y entramos en una habitación que ponía Cullen/Swan…
Al parecer las chicas lo tenían todo controlado.
Emmett abrió la puerta para mí y me deleite con tanta hermosura…
La enorme cama estaba justo en el centro, de la que colgaba un fino dosel blanco perla, parecido a las camas de las princesas… A la izquierda había un enorme ventanal que daba a una enorme terraza con vistas a la playa y a la derecha se encontraba una puerta, lo que supuse sería el baño.
-Es precioso…- dije andando hacia la enorme cama y toqué el fino dosel.
-Te amo- me besó con mucho amor, sin rastro de deseo o lujuria por su parte, era lo que ahora mismo necesitaba.
-Te amo- susurré sobre sus labios y me sentó en la cama.
-Voy a por las maletas- me dijo dándome un beso en la frente y salió de la habitación.
Sabía lo que le pasaba, se estaba controlando y yo no se lo estaba poniendo fácil, pero ahora no quería que se controlase, ahora quería que se dejase llevar…
Me quité las altas sandalias y las dejé en el suelo. Me encaminé hacia la puerta que había y efectivamente era el baño.
Estaba totalmente equipado con todo lo que podía haber… Un enorme mueble, donde se encontraba el lavabo y toallas dobladas delicadamente, una bañera enorme y lo que de verdad me gustó fue el enorme jacuzzi que se encontraba en un lugar apartado…
Iba a ser mágico…
-¿Te gusta?- susurró Emmett a mis espaldas y yo asentí sin dejar de mirar al jacuzzi.
-Es absolutamente genial- me volví y le besé con todo el amor que sentía en estos momentos.
-Espero que este fin de semana sea especial para ti- me susurró antes de besarme y desde luego que lo sería… Mi sorpresa sería esta misma noche…
-Lo será osito- le dije acariciando sus enormes brazos con el simple toque de mis dedos y él gruñó por lo bajo.
-Me provocas demasiado para tu propio bien- me dijo con voz llena de deseo y decidí no ser mala y parar en mi tarea…
La verdad era que Emmett se estaba controlando demasiado, sabía que le importaba que estuviera lista, pero yo lo estaba desde hacia mucho tiempo ya, tan sólo era que lo quería hacer especial.
-Te dejo ducharte- dijo saliendo del baño con un autocontrol increíble- Iré a buscar a los chicos para hacer la barbacoa- me sonrió y cerró la puerta tras de sí.
-Bien…- murmuré dirigiéndome a mi maleta.
Cogí mi bikini azul y un vestido a juego, seguro que me apetecía bañarme y me encaminé para darme mi necesitada ducha.
Me duché y lloré de nuevo… El agua las disimulaba, pero seguro que se me notaría en los ojos cuando saliese…
Después de más o menos una hora en la que intenté tranquilizarme, y gracias a Dios, con éxito, salí y me envolví en una toalla, miré por la pequeña ventana y me fijé que ya era de noche…
Bien… los chicos deberían de estar esperándome ya…
Miré mi reflejo en el espejo y sorprendentemente no había ni rastro de mis lágrimas… Menos mal… no quería que nadie se diese cuenta…
Me vestí con mi bikini y la verdad era demasiado revelador… Era tipo tanga y encima la parte de arriba era diminuta en comparación con mis pechos… pero ese era mi objetivo… hacer que el autocontrol de mi osito estallara al fin…
-Eres mala…- susurré a la imagen del espejo y sonreí con picardía.
Me puse el vestido y salí del baño para coger unas sandalias planas. Cuando estaba terminando de amarrar la cinta que iba a mi tobillo, se escucharon golpes e la puerta.
-Pasa- grité mientras me levantaba.
-¿Qué tal estás?- dijo Rose cuando entró en la habitación. Se acercó a mí y me abrazó.
-Bien- dije con ánimo, pero ella me separó suavemente para mirarme a los ojos.
-Has llorado, ¿verdad?- la miré horrorizada, se suponía que no se me notaba…- No se te nota, pero te conozco demasiado bien- me dijo con una sonrisa y yo asentí.
-Necesitaba desahogarme a solas, no quería que Emmett me viera en este estado- dije apretándome más a su cuerpo- Se pone muy triste y ya es hora que mi vida cambie a una nueva vida, en la que no haya más dolo y lágrimas- dije segura y Rose sonrió.
-Así me gusta- dijo besando mi mejilla- Ahora vamos, la cena nos espera, los chicos se han encargado de todo- me dijo cogiendo mi mano y encaminándonos hacia fuera de la habitación.
-¿Qué habéis estado haciendo?
-Bueno… además de follar cinco veces con Edward…- me tapé los oídos inmediatamente- Oh, vamos, no seas cría, ya me contarás cuando lo pruebes…- dijo dándome un golpe con su cadera.
-Como sea, no quiero detalles- dije segura y Rose asintió.
-Está bien, además de eso, hemos sacado las maletas de los coches y hemos sacado toda la carne para la barbacoa y ahora están en el patio delantero con vistas a la playa, ¿qué te parece?- dijo sonriente mientras salíamos al patio.
-Genial- dije sonriente y lo primero que vi fue a Emmett, que me miraba con pena e ilusión. No lo dudé en ningún momento y corrí hacia él. Él abrió sus brazos con una sonrisa y le abracé con todo mi ser- Perdóname- dije impregnándome de su aroma.
-¿Por qué?- dijo mirándome incrédulo.
-Por haber estado tanto tiempo sin ti, pero lo necesitaba…
La verdad era que esta había sido la primera vez que no lo había llamado después de cinco minutos de soledad, pero hoy era necesario.
-No te preocupes tonta- me besó en la nariz- Pero la verdad que te he echado mucho de menos- me besó en los labios y yo me estreché más en su fuerte pecho, ahí me di cuenta de que estaba sin camiseta…
Ni que decir que en este último año, Emmett había aumentado su musculatura considerablemente…
Su espalda y su pecho eran interminables y sus brazos eran más grandes que mis muslos…
Era absolutamente bueno…
-Estás muy bueno…- le susurré sexymente mordiendo el lóbulo de su oreja…
-No me hagas esto Bella…- me dijo desesperado y yo me separé, faltaba muy poco para que fuese buena…
-Vamos a cenar- le guiñé un ojo y él negó con la cabeza divertido.
-¿Estás bien?- me dijo Alice cuando me senté en la silla y yo asentí.
-No te preocupes, me he retrasado en la ducha más de la cuenta- era medio verdad… pero obviaría el tema de que había llorado
Miré a nuestro alrededor y los chicos nos miraban con alegría. Yo les sonreí y comenzamos a comer mientras hablábamos de los que íbamos a hacer en estos días.
-Yo quiero ir a hacer senderismo- dijo la rubia y todos dejamos de comer y la miramos incrédulos- ¿Qué? Hay que quemar todo lo que vamos a comer- dijo metiéndose una salchicha en la boca.
-Pensaba que lo ibas a quemar con sexo rubia- dije sonriendo como un angelito.
-Eso es parte del senderismo- dijo con una sonrisa pícara y todos soltamos una carcajada.
-Yo me apunto a ese senderismo entonces- dijo Edward mirando a su novia embobado.
-Yo paso, quiero ir al lago- dije mirando a mi osito y éste me sonrió.
-Bien, iremos entonces- me dijo besándome en la mejilla.
-Nosotros nos quedaremos en la playa- dijo la enana cogiendo la mano de Jazz.
-Vale, pues entonces mañana comeremos por separado- dijo Jazz con la tranquilidad que le caracterizaba.
-Si, aunque yo comeré de todo menos comida…- dijo la rubia bajando su mano y acariciando la parte baja de Edward…
-Rose en privado, no quiero traumas en mi mente…- dije volviendo la mirada hacia mi osito, que me miraba divertido.
-Como quieras, vamos guapo- dijo Rose levantándose y tirando del pobre Edward.
-Mañana nos veremos- dijo sonriente mientras se perdían escaleras arriba.
-Vaya dos…- susurré y todos asintieron.
Terminamos de comer y Alice y Jazz se fueron para ver una película al salón.
-Me apetece un baño- dije sentándome encima de él y Emmett me apretó contra su pecho.
-Nada me gustaría más- me dijo antes de pasar su lengua por mis labios y me levanté un poco para que mis piernas rodearan su cuerpo.
-Te amo- le dije acariciando su torso desnudo.
-Y yo a ti- me cogió de la nuca y comenzó a besar mi cuello mientras sentía su miembro crecer…
-Uhmmm…- gemí mientras restregaba mi sexo contra el suyo.
-Vamos a bañarnos o no podré parar…- dijo entre dientes con un autocontrol alucinante…
Bien… hoy sería la noche que pondría su autocontrol en juego.
Me llevó en brazos hasta la playa y me dejó en la suave arena.
-Mmmm, me encanta el olor a mar…- dije oliendo el delicioso aroma y Emmett me cogió por la cintura y me volvió a besar.
-Tú si que hueles bien- me besó de nuevo y nuestras lenguas comenzaron una batalla que ninguno de los dos estaba dispuesto a perder…
Lentamente me quitó el vestido y me quedé tan solo con el provocador bikini…
-Nena estás para comerte…- me dijo mirándome de arriba abajo con hambre en sus ojos y yo sonreí con malicia.
-Ven a comerme entonces…- dije antes de salir disparada hacia el oscuro mar, que iluminaba la hermosa luna llena.
Emmett salió corriendo detrás de mí con una sonrisa y me alcanzó rápidamente cuando estaba a punto de rozar el agua.
-Eres demasiado provocadora- me susurró en el oído y yo me estremecí ante el contacto de su dulce aliento en mi oído. Pegó su pecho en mi espalda y nos adentramos poco a poco en el mar.
Estaba muy excitado y eso me volvía loca…
Me giré y miré esos enormes pozos azules oscuros, que destilaban fuego.
-Qui… quiero decirte algo…- me ruboricé y agradecí que fuera de noche… Ahora era la misma niña vulnerable de hace un año, junto a mi osito era así siempre…
-Dime- dijo mirándome a los ojos con mucha intensidad.
-Estoy…- tranquilízate- Estoy preparada…- susurré muy bajito y creí que no lo había oído.
-¿De verdad?- me dijo cogiendo mi cara con ambas manos y pude ver amor puro en sus ojos.
-Si, es lo que quiero- le dije antes de juntar nuestros labios y él cogió mi cintura y me pegó más contra él.
-Gracias- susurró- Te prometo que jamás te arrepentirás- me dijo antes de besarme de nuevo y yo lo abracé con fuerza y con todo el amor que sentía.
Ahora estaba todo claro, lo quería en cuerpo y alma para siempre… 



***********************************************************************

Chicas otro capítulo de este intrigante fic, espero como siempre, que os guste!! La verdad, este fic me encanta al ser tan diferente del resto :D
Va dedicado en especial para mi niña, Yess cariño mil gracias por apoyarme siempre y considerarme una amiga a pesar de la distancia!!! TQM GUAPÍSIMA!!!
Chicas Yess y yo vamos a hacer un fic juntas, como ya os dije, el Two-Shot de DEJA VÚ DE UNA HISTORIA DE AMOR, es una introducción para este fic, se llama ¿AMARTE U ODIARTE?, Si, es muy intrigante :D ¿Os imagináis de que va? Bueno... no tendréis que esperar demasiado, mañana lo más seguro es que suba el primer capítulo!!!
Mil besos a todas,
Romiina^.^


3 comentarios:

  1. Oh Romm!!! gracias pro la dedicatoria hermosa, ah sido un capitulo magnifico, me robo el aliento, realmente tu manera de escribir siempre me envuelve y arrebata sonrisas!, me haz dejado picada como siempre!, espero leer más pronto.

    Y en cuanto a nuestro fic, uff!! muero de ansias por publicar, espero que sea bien recibido, te mando mi parte en la noche.

    Fuertes abrazos y besos amiga.
    Te quiero montones!.
    Yessi*.*

    ResponderEliminar
  2. Romi el capí estuvo perfecto. Me encanta el amor que irradian ambos y todo lo que hace Emmett para protegerla y hacerla feliz. Son una pareja hermosisima. La historia se pone cada vez mejor. Me encanta. Por otro lado, goce muchísimo por la forma tan directa en que Rose le dice sus cosas intimas a Bella, no sabes todo lo que me rei. Ansiosa por el próximo. Te envío muchos saludos, un abrazo!!!

    ResponderEliminar
  3. Romi!!! quiero el proximo xD jajajajaja realmente esta buenisimo... realmente es demasiado chistoso que rose no tenga ni lo más minimo de sutileza xD jajajaja.

    Bueno, estaré esperando el proximo ansiosa :) un beso, nos leemos bye

    ResponderEliminar

*..Diosas del Crepúsculo..*