**********************************
*******************************
Disclaimer: Algunos personajes pertenecen a la
maravillosa escritora S. Meyer, Yess y yo sólo hemos jugado con ellos y hacemos
lo que nuestra imaginación nos dicta.
Raiting: M.
************************************************************************
Capítulo
1: Nuestra primera vez.
Yess pov.
Estaba metida
literalmente en mi armario rebuscando el conjunto “perfecto”.
Hoy había quedado
con Emmett, Dios… era un sol… por décima vez en tan sólo dos semanas…
Nos habíamos visto
casi todos los días, en los ratos que yo tenía libre en la universidad y había
sido maravilloso… Pensaba que el mejor día de mi vida fue cuando me llevó a
aquel hermoso parque de atracciones, pero no, me equivocaba, Emmett Mc Carthy sabía
como sorprenderme siempre.
Todo el tiempo que
había pasado con él era especial, cada segundo y cada beso que me robaba…
-Dios…- suspiré y
salí de aquel desastroso armario y miré hacia la puerta encontrándome con la
mirada divertida de Romina.
-¿Qué pasa
Julieta?- dijo acercándose con su andar elegante- ¿No sabes qué ponerte para tu
día especial?- dijo alzando su perfecta ceja depilada y yo asentí lentamente.
Romina lo había
bautizado como el “día especial”, pues esta cita sería diferente, sería una
cita de verdad, no salidas informales, aunque la verdad era que no me quejaba…
Tendría salidas formales durante toda mi vida y sería la mujer más feliz de
mundo.
-Romi no tengo
nada que ponerme…- dije suspirando fuertemente y sentándome en mi cama.
-Shh, calma
pequeña, aquí está tu “Romi salvadora”- dijo haciendo comillas con sus dedos y
yo sólo pude soltar una carcajada. Era única, sabía qué decirme en cada momento.
Ese mote se lo había puesto hacía unos días, desde que siempre me encontraba el
conjunto perfecto para salir con Emmett o simplemente para dejarme los deberes
cuando me escaqueaba de alguna clase- Bien, veamos…- dijo avanzando hacia el
armario con una mano en su barbilla- Lo tengo desde hace días y pienso que hoy
es el día correcto- dijo abriendo su armario y sacando un precioso vestido
dorado- Toma, cariño, espero que te guste- dijo dejándolo con suavidad encima
de mi regazo.
-Oh, Romi, es… es
perfecto…- dije tocando la suave y fina tela del vestido- Pero te habrá costado
mucho dinero, no puedo aceptarlo…- dije mirándola con pena y ella me sonrió con
malicia.
-Bueno cariño, lo
que me ha costado no te lo diré, pero es fruto de una “niñita de papá”- dijo de
nuevo con una sonrisa y avanzó hacia mí y me abrazó- Nena, sólo quiero que seas
feliz y que ese hombre sepa valorar a una buena persona como tú- ya tenía
lágrimas rodando por mis mejillas… la abracé más fuerte aún- Te quiero mucho,
eso ya lo sabes, ahora dúchate y yo me encargaré del resto- se separó de mí
para besarme en mi mejilla derecha y guiñarme un ojo.
-Gracias amiga- la
volví a abrazar y pensé en lo dichosa que era por tenerla como amiga, era
genial, no sabía lo que hubiera hecho sin ella…
No me puedo
imaginar cómo sus padres se desentendieron de ella cuando sólo tenía diez años…
Por lo que me había contado, le habían dejado bastante dinero como para vivir
cómodamente durante diez vidas al menos, pero en realidad ella lo que quería
era el cariño de sus padres, no lo económico, aunque eso era antes, ahora no
quería saber nada de ellos, sólo se alegraba porque decían que “echaron un buen
polvo para concebir a tan perfecta criatura”, me reí ante ese pensamiento, mi
amiga era todo un caso…
-¿Se puede saber
de qué te ríes bipolar? Hace un momento estabas llorando como una magdalena y
ahora sonríes…
-De nada, señorita
“echaron un buen polvo para concebir a tan perfecta criatura”- dije sarcástica
y ella me lanzó un cojín mientras corría hacia el baño, que esquivé por unos
centímetros.
-Envidiosa- me
tiró otro cojín y éste acertó de lleno en mi cabeza.
-Auch- dije
tocando mi parte herida.
-Vamos, mueve ese
culo tan duro como el mío y dúchate o lo haré yo- dijo subiéndose la camisa
hasta los codos, como una madre enfadada con su hija.
Lo dicho… era todo
un caso.
-¿Sabes que a
pesar de tu arrogancia te quiero, verdad?
-Lo sé, lo sé-
dijo restándole importancia con la mano- Yo también te quiero mi Yessi- se
acercó a mí y nos fundimos en un abrazo fraternal, porque para mí era eso, la
hermana que nunca tuve.
Nos separamos y le
di un beso en la mejilla antes de meterme en el baño.
Intenté relajarme
por todos los medios, era la primera vez que no lo hacía con el agua hirviendo…
Sin duda, estaba más nerviosa de lo normal…
Cuando mis dedos
se arrugaron de estar tanto tiempo en contacto con el agua, salí de la ducha y
me envolví en una toalla. Salí hacia nuestra habitación y vi a Romi agachada
sacando una caja de zapatos de debajo de la cama, viéndosele el hermoso tatuaje
que tenía justo arriba de su trasero, era una mariposa preciosa con sus alas
extendidas.
-Aquí estáis…-
dijo sacando una caja completamente nueva y no sé por qué pero me olía que
habían sido comprados especialmente para mí.
A pesar de yo
pertenecer a una familia adinerada, Rom siempre me compraba de todo y no
aceptaba un no por respuesta, se parecía tanto a el personaje Alice de
Crespúsculo… Sonreí de nuevo.
-Estás muy
sonriente hoy- se acercó a mí y me sentó en “nuestra silla de estética”.
-Estoy ansiosa más
bien…- dije disfrutando de los suaves desenredos que me hacía en mi pelo
húmedo.
-Bueno…pues
relájate, ya sabes que tensa la piel no coge bien el maquillaje- dijo sus
eternas palabras y sonreí de nuevo, olvidándome un poco de la razón por la que
me estaba poniendo bella…
Me secó el pelo
con mucha delicadeza y después me cogió una cola alta para no tener ningún
obstáculo de mechones en mi cara. Cogió sus miles de neceseres llenos de cosas
de cosmética y comenzó a hacer un lienzo perfecto en mi cara.
De verdad que no
sabía que haría sin ella.
-Yo también he
quedado con Jazz…- dijo conversando por primera vez desde que me sentó.
-¿De verdad?- abrí
los ojos para ver su hermosa cara irradiando felicidad.
-Si, estoy tan
contenta Yess- dijo soñadora- Es un hombre tan apuesto y tan dulce…
-Pues espero
conocerlo pronto- dije entusiasmada.
-¿Para qué? ¿Para
qué te guste y me lo quites?- dijo fingiendo enfado- No- dijo con una sonrisa y
comenzó a delinear mis ojos, por lo que cerré mis ojos de nuevo.
-Ya sabes lo de
nuestro pacto, jamás podría hacer eso- dije muy segura recordando el pacto que
teníamos entre nosotras…
Jamás, por mucho
que nos gustase, estaríamos con un chico que haya estado con la otra, sería
como una traición y por un hombre, no echaríamos nuestra amistad por la borda…
-Lo sé cariño, es
broma- me besó en la frente con cuidado de no estropear nada- Tu maquillaje
está listo, ¿te gusta?
Abrí mis ojos y me
maravillé con lo que vi…
Mis párpados
estaban maquillados con dorados y rosas, destacando el raro color de mis ojos a
la perfección. Mi cara parecía la de una modelo salida de una revista y mis
labios estaban de un tono rosa muy pálido, pareciendo casi natural.
-Gracias…- susurré
emocionada y ella me miró feliz.
-Shh, lo
arruinarás- dijo señalando mi cara- Estás perfecta- sonrió de nuevo- Ahora te
ayudaré a ponerte el vestido y los zapatos, aunque tengo algo especial para
esta noche, presiento que será muy especial…- dijo esto último más para sí
misma que para mí.
Se alejó y se
metió, como yo lo había hecho momentos antes, en su armario y sacó una bolsa de
Victoria`s Secret…
¿Era lo que yo me
imaginaba que era?
-Toma- dijo
dejando la bolsa en mi regazo- Una noche especial, se merece detalles
especiales- dijo como si estuviera viendo lo que iba a pasar y yo no tenía ni
idea…
-¿Qué e… es?- dije
mirando la bolsa con determinación.
-Ábrelo, te
gustará- dijo segura y yo asentí.
Cuando saqué lo
que había no me lo podía creer…
Era un conjunto de
encaje negro muy fino, tan fino que la tela era transparente en los lugares
adecuados…
-Romi, es…- no
tenía palabras.
-¿Perfecto?
¿Genial? ¿Fantástico?- dijo sonriente- Ya me lo agradecerás mañana…
-Pero, ¿por qué
simulas que sabes lo que va a pasar? No sé si estoy preparada aún Romi…- dije
agachando la cabeza y mi amiga en un pestañeo estaba arrodillada enfrente de
mí.
-Sé lo que pasará…
ahora estás nerviosa y confusa, lo sé, pero créeme que cuando estés con él nada
ni nadie importará y sólo seréis tú y él- me dijo mientras cogía mis manos- Si
no estás preparada aún no tienes por qué hacerlo, pero sé que lo estás, lo amas
y es lo suficiente- me besó en ambas manos- Está demás que te diga que estaré
aquí pase lo que pase- me sonrió y yo la abracé.
-No sé qué haría
sin ti…- le susurré y ella me apretó más contra su cuerpo.
-Vamos, Romeo
estará en breve aquí- se separó de mí y me miró sonriente.
Me alisó
completamente todo el cabello, llegándome hasta la cintura, con suaves ondas en
cualquier lugar y me adentré en el baño para ponerme el conjunto tan atrevido…
Estaba mal que lo
dijera yo, pero… me quedaba de puta madre…
El tanga era
ajustado, pero sin ser excesivo y el sujetador tapaba lo justo y necesario…
Bien…
Después salí de
nuevo a la habitación y los ojos de Romina la delataron…
-Te ves
espectacular- y silbó como un camionero, yo no pude más que reírme y sonrojarme
un poco- Triunfarás nena- me guiñó un ojo y cogió el vestido de la cama y entre
las dos, lo colocamos perfectamente en mi cuerpo.
Me llegaba a medio
muslo y era totalmente hermoso…
Era palabra de
honor, realzando mis pechos considerablemente y tenía pequeños detalles rosas
debajo de éste, desde ahí caía en cascada hacia abajo, con la fina seda cayendo
transparente.
-Estás perfecta-
me dijo mi querida amiga mirándome por todos los lados posibles.
-Gracias a ti.
-Aunque falta lo
más importante- cogió los zapatos y me los tendió- Espero que te gusten- me
sonrió y yo cogí la caja con una sonrisa en mis labios.
Eran de Prada y eran
absolutamente perfectos…
Tenían un fino
tacón de unos 15 centímetros, dorados completamente, pero con piedrecitas rosas
en la parte del empeine, haciendo una fina trenza de piedras para sujetar todo
el pie completamente.
Sin poder esperar
más, me los puse y si eran bonitos en las manos, puestos eran una pasada…
La fina trenza de
piedrecitas de ajustaba muy bien por todo mi pie, llegando desde la tira de los
dedos hasta envolver delicadamente mi tobillo, abrochándola con una hebilla
pequeña.
-Son preciosos…-
me deleité con los zapatos, eran una pasada.
-Tú si que estás
preciosa- me besó en la mejilla y me sonrió- Tengo que empezar a arreglarme ya
o llegaré tarde…- dijo mirando su reloj de muñeca de colección.
-Espero que te lo
pases genial amiga- la abracé- Yo también estoy aquí para lo que quieras, te
quiero mucho cariño- le besé en ambas mejillas y le sonreí.
-Ugh, se me olvidaba
esto- dijo cogiendo un bolsito pequeño a juego con los zapatos.
-Recuérdame
regalarte el Audi de coleccionista de este año- dije mirando con mucha atención
al bolso, ella soltó una sonora carcajada.
-Lo pensaré, ya
sabes que soy débil con la marca Audi- le sonreí y ella hizo lo mismo.
Si ella supiera
que ya lo tenía comprado y esperando por ella aparcado abajo perfectamente…
-Gracias de nuevo-
le abracé de nuevo y en ese momento, sonó el timbre.
-No puedo recibir
a Romeo en estas fachas- dijo señalándose a sí misma con el conjunto deportivo
que llevaba.
-Pero si tú
siempre estás perfecta- dije sinceramente.
-Gracias, pero
también llego tarde para mi cita- me besó por última vez antes de avanzar hacia
el baño- Espero que te lo pases genial- me guiñó un ojo y cerró la puerta del
baño con cuidado.
-Vamos, eres
valiente…- susurré para mí misma acallando todos mis nervios.
Cogí un bolígrafo
y un papel y la bolsa con el conjunto de lencería para mi Romi, le escribí una
nota y sin que se diese cuenta, dejé la bolsa y la nota encima del mueble del
baño y cerré cuidadosamente.
Esperaba que le
gustase de corazón.
Salí de la
habitación y con andar elegante avancé hacia la puerta para abrirla.
-Buenas preciosa-
me besó ligeramente en los labios y su olor varonil se coló por mis fosas
nasales.
-Hola- dije
mirándolo con detenimiento, estaba guapísimo…- Estás muy guapo…
Llevaba unos
pantalones de mezclilla negros con una camisa blanca con los puños negros,
marcando sus enormes músculos.
Perfecto…
-Tú estás
preciosa, como siempre- me guiñó un ojo y me cogió la mano para besarla.
Yo se la cogí
gustosa y nos encaminamos hacia su enorme jeep.
-Espero que
disfrutes de esta noche preciosa- me ayudó a subir al jeep y me besó por última
vez en los labios antes de montarse él en el lado del conductor.
-Lo haré, sabes
que en tu compañía no podría ser de otra forma- me sonrió y me robó otro beso.
-Nunca me cansaré
de besarte, sabes tan bien…- me lamió el labio inferior y mis manos se
dirigieron automáticamente a su nuca, profundizando el beso, necesitando más de
él…
-Te quiero mucho
Emmett- le dije por primera vez y a él se le iluminó la cara formando su
perfecta sonrisa.
-Yo también
hermosa- me besó en la mano y me acerqué más a él para besarle de nuevo.
Estuvimos unos
minutos así, hasta que el calor empañó los cristales del coche y necesitamos
respirar…
-Me encantas- me
dijo con la frente pegada a la mía y yo sonreí feliz.
-Yo… dirás que es
muy pronto, pero me siento tan bien contigo Emmett…- le acaricié su ancho pecho
y él sonrió- Te quiero completamente para mí esta noche- me relamí los labios y
su mirada siguió todos mis movimientos, hasta que no lo pudo soportar más y se
abalanzó a mí con fiereza, pero siempre con dulzura.
De repente se
separó de mí y vi preocupación en sus ojos…
¿Qué le pasaría?
-Yess, verás…-
dijo nervioso y ahí supe que algo no andaba bien- No quiero que te apresures,
créeme que yo lo deseo tanto o más que tú, pero quiero hablarte de una cosa
antes, puede que cambies de opinión- me dijo serio y yo lo incité a continuar,
estaba muy nerviosa… ¿y si él no quería ya nada conmigo? Me aterró la idea…- No
es lo que piensas preciosa- me cogió ambas manos y las besó con mucha
delicadeza- Quería decírtelo en el restaurante, pero supongo que no importa,
cuanto antes lo sepas mejor…- me miró a los ojos intensamente.
-Emmett, por
favor, dime lo que sea- ya estaba dispuesta a salir de aquel coche y llorar
hasta no tener lágrimas en mis ojos…
-Me voy- dijo
apretando mis manos suavemente- Me voy de la ciudad porque tengo que terminar
la tesis de mecánica en Chicago…
No… esto no podía
estar pasándome a mí…
¿Qué se iba? ¿Por
qué no me lo había dicho antes?
-Te estarás
preguntando el por qué no te lo he dicho antes… verás… no sabía que me podía
tocar a mí, pero por mis altas notas me han mandado afuera, me he enterado hace
unas horas solamente…- su mirada se entristeció y a mí me partió el alma.
Dios… a pesar de
la pena y el dolor que sentía en estos momentos, la dulzura y la ternura
estaban impresas en mi cuerpo…
Otro me hubiera
llevado a cualquier hotel y me hubiera hecho el amor sin consideraciones del
día siguiente, sin que le importase si se iría o no…, pero aquí estaba el ser
más perfecto de todos, preocupándose por mí constantemente y diciéndomelo con
toda la comprensión posible.
-Gracias- le
susurré simplemente y lo abracé.
¿Cómo no me iba a
entregar a un ser tan perfecto como él?
Pues claro que lo
haría, lo haría y no me arrepentiría de nada, porque lo amaba, lo tenía asumido
desde ya, en realidad lo había sabido todo el tiempo, pero era una testaruda
que no quería ver más allá…
-¿Gracias?-
preguntó sorprendido y se separó de mí- Se supone que te tendrías que enfadar o
llorar, qué sé yo… todo menos un “gracias”- lo dicho… sencillamente tierno.
-Gracias por
habérmelo dicho, gracias por importarte demasiado por mí y gracias por estar
aquí conmigo- le dije apretando sus manos- Te mentiría si te dijera que no me
importa que no te vayas, es más, me importas demasiado, pero lo de esta noche
no lo cambiará nada ni nadie- le besé ligeramente en los labios- Te quiero
Emmett Mc Carthy- le dije sin más y lo besé con todo el amor que sentía.
-Yo también te
quiero preciosa, te prometo que estaremos en contacto, sólo será un año- me
susurró y nos besamos de nuevo.
Mañana lloraría y
patalearía como una niña pequeña por su partida, pero esta noche era nuestro y
nada ni nadie nos la iba a cambiar.
Arrancó el motor
con una preciosa sonrisa en sus labios y nos encaminamos hacia el restaurante.
Llegamos en poco
tiempo a un hotel- restaurante, era precioso… y cuando me fijé en el nombre
casi me dio un infarto…
-Emmett, esto vale
una fortuna- dije mirando el famoso hotel delante de mí.
-Te lo mereces
todo princesa- me besó en los labios y me guiñó un ojo.
-Gracias por esta
noche, gracias por todo- le abracé sintiendo su fuerte pecho en el mío, era
absolutamente perfecto- No te quiero perder…- susurré casi con lágrimas en los
ojos.
-Shh, no lo harás-
me separó de él y me sonrió- Te lo prometo- me besó ligeramente en los labios y
tiró de mí para adentrarnos en el cálido ambiente del restaurante.
Un señor muy
amable, nos indicó nuestra mesa y agarrados de la mano llegamos hasta ella y
separó la silla para mí, como todo un caballero.
-Gracias- susurré
anonadada de tanta hermosura… Él me sonrió galán y se sentó.
La velada fue
romántica, hermosa, detallista, fabulosa, fantástica… no había palabras para
describirla… Un perfecto se le asemejaba en algo.
-Cariño, no quiero
que te arrepientas de nada de esta noche- me dijo sincero mientras se levantaba
a la vez que yo.
-No lo haré,
vamos- dije burlona- Me haces sentir como la mala que quiere tenerte a la
fuerza…- le sonreí y él me sonrió más burlón que de costumbre.
-No podría negarme
ante tanta belleza- me acarició el brazo
y sentí un escalofrío por todo mi cuerpo… Yo le sonreí coqueta y le
arrebaté un beso cargado de deseo- Uhmm…- susurró sobre mis labios y yo se los
relamí- ¿Vamos?- dijo sin dejar de mirar mis labios.
-Por supuesto- le
agarré la mano y nos encaminamos hacia la recepción del hotel.
-Quiero la mejor
suite de todo el hotel- dijo sacando su tarjeta de crédito sin dejar de
mirarme.
-Eh, claro- dijo
la tonta chica mirando a mi chico más de la cuenta.
Mi chico… sonreí
como una idiota.
-Creo que voy a
tener que despedirme de lo lindo esta noche- le susurré muy cerca de su oído-
Porque no creo que no haya chica en Chicago que se te resiste- le sonreí y él
me sonrió para besarme apasionadamente.
-Ahora sólo tengo
ojos para ti hermosa- me besó en la punta de la nariz y muy pronto, gracias a
Dios, porque la recepcionista pensaba tenernos allí toda la noche, le entregó a
Emmett la tarjeta de la habitación y nos encaminamos hacia el ascensor.
Llegamos al último
piso sin dejar de besarnos en el camino y los besos cada vez eran más
ardientes…
-Te deseo- dijo
con la voz ronca y le mordí el labio inferior provocando un sonoro gemido por
su parte. Sonreí por causarle ese placer y me jaló con desesperación de la mano
para salir de aquel habitáculo, que parecía una sauna en vez de un ascensor y
nos paramos enfrente de la puerta de la habitación.
Emmett metió la
tarjeta en la ranura de la puerta y la abrió, lo siguiente que hice fue
llevarme las manos a la boca ante la maravilla que se ponía ante nosotros…
La habitación era
enorme e igual de hermosa…
Había un gran sofá
justo en medio de la sala, enfrente de un televisor de pantalla plana enorme,
con flores decoración por doquier. En el
lado izquierdo, se encontraba un ventanal enorme que daba a lo que parecía ser
una hermosa terraza, Emmett se adelantó a mis pensamientos y me cogió de la
mano para guiarme ante ese lugar que traía toda mi atención desde que lo había
visto.
La enorme luna
llena se centraba justo en medio del oscuro cielo, sin haber siquiera una
estrella, parecía irreal…
Me acerqué
instintivamente, soltando la mano de Emmett en un arrebato de melancolía y puse
mis manos en el barandal del balcón. Allí había una mesa blanca forjada al más
estilo de los años 80, igualando con las dos sillas.
Las flores no
faltaban en ningún lugar, destacando el olor de las rosas y del azahar.
-Es hermoso- dije mirando
todo el particular, sintiendo el frío ambiente de la noche y mi piel se puso de
gallina, pero no me importó.
-No tanto como tú-
me abrazó desde atrás y comenzó a besar mi cuello- Te prometo que no olvidarás
esta noche- dijo formando un camino inexistente en mi cuello con besos húmedos.
-Te aseguro que
jamás la olvidaré- me volví y miré esos
preciosos ojos azules- Jamás he estado con un chico de ese modo- dije diciendo
lo obvio y él me miró entre sorprendido y feliz.
-¿Jamás has hecho
el amor?- me dijo con ojos llameantes.
-Jamás- dije
ruborizada y agaché mi mirada. Él enseguida cogió mi mentón y me obligó a
mirarle.
-Gracias por
elegirme princesa, te prometo que no te haré daño- dicho esto me abalancé
totalmente encima de su cuerpo y lo besé con desesperación, esas palabras
habían calado hondo en mí.
Dios… ¿Se podía
ser más perfecto?
Absolutamente no.
Me alzó, porque ni
con tacones podía besarle en condiciones, y puse mis piernas alrededor de su
cintura.
-Te quiero- le
dije besando sus perfectos labios.
-Y yo a ti- dijo
antes de avanzar hacia el cálido ambiente del salón y noté que nos movíamos más
aún, a la habitación supuse- Jamás te olvidaré- me susurró y me dejó suavemente
en la cama.
Me miró una última
vez antes de que su mirada me recorriera entera y me sentí expuesta, pero por
primera vez, no tuve pudor y le sonreí con picardía.
-Eres hermosa- me
dijo colocando su cuerpo encima del mío con delicadeza, sin que soportara ni un
gramo de su peso y comenzó a besarme con delicadeza y a un ritmo mortalmente
lento.
Bajó hacia mi
cuello desnudo y se entretuvo mucho besándolo con besos húmedos y acariciando
todo mi cuerpo en el transcurso.
-Tu piel es
deliciosa- susurró en un gemido ronco y yo me encendí más, tanto que noté mi
sexo humedecerse al instante.
Su boca bajó aún
más para besar mis pechos por encima de la tela y gemí audiblemente, sentí cómo
sonreía y bajó más hasta la terminación de mi vestido, lo levantó sólo un poco
y besó la piel de mis muslos y mis pantorrillas. Sus manos se dirigieron hacia
la hebilla de mis zapatos y con una delicadeza imposible, desató mis zapatos y
los tiró en algún lugar de la habitación.
-Tus piernas son…
deliciosas…- gimió y ya no me pude quedar quieta…
Mis manos fueron a
su nuca y lo atraje hacia mí casi con rudeza y él sonrió con anticipación.
Seguidamente, mis manos bajaron hacia los botones de su camisa y se los quité
uno a uno con rapidez, no podía estar por más tiempo sin tocar ese cuerpo
perfecto…
Él al ver mi
desesperación, me incorporó sólo un poco, lo suficiente para bajar la
cremallera de mi vestido que se encontraba en mis espalda y la deslizó con
lentitud sin dejar de besar mi cuello. Se me erizó la piel completamente ante
su toque… Deslizó el vestido por todo mi cuerpo hasta sacarlo por mis pies y vi
fuego en sus ojos…
-Eres preciosa…-
me dijo mirándome todo el cuerpo y lo volví a coger de la nuca y lo besé.
-Necesito que me
hagas el amor ya- dije sintiendo la tremenda humedad en mi intimidad.
Él me miró y luego
me besó, desabrochando mi sujetador con facilidad, al tener el broche entre mis
pechos y los miró con deseo. No esperó mucho más antes de meterse uno de ellos
en la boca y el otro lo masajeó suavemente.
-Emmett…- gemí y
él arremetió aún más, succionando levemente-
Dios…- él sonrió contra mi piel y se dedicó al otro que pedía de su
atención desesperadamente.
Bajó por mi
cuerpo, sin dejar de besar mi piel y se entretuvo con el pircing de mi ombligo.
-Eres exquisita-
sentí su erección en mi muslo y gemí con anticipación.
Era enorme y lo
peor… ¿cabría eso dentro de mí?
Mi tanga
desapareció lentamente, al igual que toda mi ropa y sus dedos bajaron hasta mi
centro.
-Mmmm… estás tan
húmeda…- gimió mirando mi sexo y yo me incorporé para quitarle el molesto
pantalón y el bóxer.
Jalé del cinturón
como toda una experta y lo miré con deseo, él me acarició la cara con mucha
suavidad. Terminé de quitarle el pantalón y el bóxer y su erección saltó
deliciosamente.
-Es… es enorme-
dije mirando hacia su sexo y sentí una sonrisilla por su parte.
-No te preocupes,
no haré nada que tú no quieras- me besó y me tumbó con delicadeza- Además,
prometo no hacerte daño- dijo acariciando mi sexo con sus dos dedos.
-Te amo- le dije
por primera vez y él me sonrió y se acercó a mi oído.
-Yo también te amo
preciosa, no quiero perderte- dijo e introdujo un dedo en mi cavidad,
sintiéndose tan bien…
-Mmmmm…- cerré los
ojos y acerqué más su mano a mi sexo palpitante.
-Estás preparada
para mí…- gimió más alto e introdujo un segundo dedo, sintiéndose malditamente
bien.
-¡¡Emmett!!- grité
sintiendo espasmos por todo mi cuerpo, debido al orgasmo tan maravilloso…-
Hazme el amor, por favor- pedí con desesperación y él me miró directamente a
los ojos.
Cogió un
preservativo de su cartera y se lo puso en su prominente erección.
-Princesa, dime si
te duele, por favor- dijo sin dejar de mirarme intensamente a los ojos y poco a
poco de introdujo en mí, hasta que mi barrera se interpuso. Me pidió permiso
con la mirada y yo asentí con una sonrisa en mis labios. Él se adentró más en
mí con una lentitud imposible, acariciando mi cuerpo y besando mi cuello a la
par que me susurraba palabras hermosas.
Sentí un dolor
abrasador en mi centro y me tensé de inmediato.
-Hermosa, ¿te he
hecho daño?- dijo parando en seco y buscando mi mirada desesperado.
-Es un poco
incómodo, pero no te separes ahora, me estoy acostumbrando- dije antes de
cerrar los ojos y relajar mi cuerpo.
-No te preocupes,
es normal preciosa…- me besó en la frente y muy pronto, ese dolor abrasador dio
paso al mayor placer que había sentido más. Empujé mi cuerpo hacia el suyo,
haciendo que se adentrara lo que mi sexo podía abarcar y muy pronto comenzamos
un ritmo delicioso.
Fue dulce, atento,
delicado y perfecto. No puede imaginar una experiencia mayor a esa, nos
entregamos en cuerpo y alma, con sentimientos de por medio, jamás olvidaría
esta noche.
No sé en qué
momento nos quedamos dormidos, pero mi cabeza se apoyó en su fuerte pecho y me
dejé caer a la inconsciencia con la mayor sonrisa de toda mi vida…
Los molestos rayos
del sol dieron de lleno en mi cara y me removí incómoda al sentir ese calor
abrasador en mi cara…
Giré mi cara hacia
el otro lado y sentí un fuerte cuerpo debajo del mío. Abrí inmediatamente los
ojos y los recuerdos de esta maravillosa noche golpearon en mi mente.
Fue perfecto…
Miré a mi hombre con
amor y besé sus labios con suavidad para no despertarlo, me fijé en mi cuerpo
desnudo y estaba totalmente enredada en su cuerpo. Mis piernas estaban entre
las suyas y sus brazos rodeaban mi cintura delicadamente, posando su barbilla
en el tope de mi cabeza.
Sonreí y le besé
por última vez antes de levantarme con mucho cuidado para no despertarle. No
quería una despedida, no podría separarme de él si lo hacía, así que con
bolígrafo y papel en mano, me dispuse a escribir mi despedida.
Hermoso, perdona por no haberme quedado
para despedirme, pero si lo hago, no podré separarme de ti. No quiero que me
busques ni que me llames, al menos no por hoy, cuando esté lista lo haré yo,
sabrás de mí, de eso que no te quepa la menos duda.
Ha sido la mejor noche de toda mi vida, te
he entregado lo más sagrado y estoy feliz por haberlo hecho contigo, has sido
atento, romántico, dulce, tierno y simplemente perfecto. ¡¡GRACIAS!!
Jamás pensé que ibas a ser tan importante
para mí.
Te amo,
Yess.
Dejé la hoja de
papel en el lugar que había ocupado yo en la cama y me vestí rápidamente. Le
besé en la frente y salí de aquella habitación, dejando a medio corazón con él…
PVO
ROMINA
Mi mejor amiga Yess estaba inmersa en sus pensamientos las
últimas dos semanas, al igual que yo, ambas habíamos encontrado el amor en
aquella fiesta de bienvenida de la facultad, los días avanzaban presurosos, el
tiempo que pasaba con Jassper era tan largo pero corto a la vez, no sabía
describir correctamente como era tenerlo a mi lado, escuchar su voz o sonreír
ante su característica caballerosidad.
Hoy tendría mi doceava cita con él, las cosas se comenzaban
a volver un tanto formales, ya no podía pensar en nadie más sencillamente yo le
pertenecía en cuerpo y alma, en todo mi corazón no habitaba otro hombre y él lo
debía de saber.
Por ser viernes dejé dormir un poco más a la dormilona de mi
Yess, y me encaminé hacia la sala para llamarle a Jazz como ya era nuestra
costumbre, todos los días nos hablábamos en la mañana, nos veíamos casi siempre
en la tarde y en las noches me enviaba un dulce mensaje lleno de amor y
ternura.
-Hola amor-.
Susurró una voz aterciopelada al otro lado del teléfono, no se escuchaba para
nada adormilada a pesar de ser aún bastante temprano.
-Hola mi vida, ¿Qué tal amaneciste?-. Pregunté en medio de
un suspiro, cuando no estaba con él era como si me hiciera falta para poder
respirar plenamente.
-Muy bien preciosa
extrañándote, sin ti las horas se vuelven días y los días una eternidad-.
Dijo con tono sincero a lo que yo sonreí bobamente, no lo podía creer, la reina
rompe corazones estaba cayendo enamorada, y vaya que me estaba enamorando…
-Lo sé, para mí también es
difícil, ¿Te veré hoy?-. Pregunté ansiando recibir un sí.
-Por supuesto que sí,
paso por ti a las 4 tengo una sorpresa especial para hoy… te amo-. Dijo
Jazz al otro lado de la línea, mi corazón paró en seco de funcionar para
después reavivar su marcha en una cadena de erráticos latidos.
Yo no sabía cómo responder a lo que me acababa de decir, aún
no sabía si era amor lo que yo sentía o mejor dicho, aún no me atrevía a
aceptar que yo lo amé desde el segundo en el que su mirada me envolvió aquella
noche.
-Ñam… ¿Romi?-. Llamó Yess desde nuestra habitación, mientras
escuchaba como se acercaba con pasos vacilantes intentando no caerse.
-Mi cielo, te veo más tarde, te quiero muchísimo-. Le dije a
Jassper, quien en vez de responder molesto, sencillamente me dijo un “te amaré siempre”, antes de colgar, suspiré
con el corazón en mi mano y me levanté con un puchero en el rostro caminando
hacia la cocina.
-Dime nena-. Contesté buscando un cuenco para que
desayunáramos las frutillas que anoche habíamos picado.
-Quiero decirte algo-. Murmuró tallándose los ojos con
delicadeza mientras me sonreía tierna, para mi ella era como mi hermana, aunque
en ocasiones me mostraba un tanto maternal con ella. Yess vive sola desde los
15 años, sabe muy bien lo que es trabajar desde pequeña a pesar de que tiene
suficiente dinero como para vivir con lujos y comodidades.
-¿Qué pasa?-. Cuestioné un tanto inquieta.
-Tu novio y tú… ¿Ya son algo formal?-. Dijo bajando la
mirada, ella siempre se apena cuando habla de mi vida privada porque es muy
respetuosa, pero yo siempre le digo que ambas nos debemos de tener confianza,
nos tenemos la una a la otra.
-¿Dices que si lo amo, no es así?-. Respondí alzando una
ceja.
-Exacto-. Asintió sonrojada mientras se paraba de un brinco
del taburete de la cocina por su celular que vibraba en su bolsillo trasero.
-Yess… yo no quiero que me hiera, si se va no sé qué
pasaría, no sé si mi corazón lo soporte, hay tantas cosas que siento por él,
que creo que ni la palabra amor es suficiente para describirlo. Es todo para
mí-. Susurré casi inaudiblemente, a lo que Yess abrió los ojos como platos y
dio unos pequeños saltitos.
-El amor cuando es sincero no hiere Rom, no es cierto lo que
dicen que el amor duele y no es así; verás que todo pasará para bien, ten ánimo
hermosa-. Me incentivo mi amiga, como siempre con una palabra de aliento.
-Ahora, apúrate que es hora de arreglarnos nuestros galanes
no tardan en llegar, y no pienso dejar que nos vean en estas fachas, ¿o sí?-.
Sonrió burlona, mientras yo me levantaba mirándola juguetona mientras corría a
perseguirla por todo el piso, cuando creí ya no alcanzarla Yess derrapó y cayó
sobre su cama dejándome la oportunidad perfecta para darle un ataque de
cosquillas, provocando un sonrojo de parte de ambas por tanto reír y con
lágrimas corriendo por nuestras mejillas.
-Hay mi querida amiga, que fue hecha por un buen polvo de
tus padres-. Rió con ganas mientras yo la miraba risueña.
-Bipolar-. Le dije dándole un codazo en las costillas en son
amistoso.
-Ok, me iré a bañar antes de que me hagas algo, guarda
energías para tu cita cariño-. Dijo brincando de la cama mientras corría al
baño y echaba el pestillo a la puerta.
En lo que mi amiga salía del baño, rebusqué en el closet un
conjunto para mi cita, terminé por escoger un vestido rosa palo, con la espalda
descubierta únicamente con una fina tela transparente a tono del resto del
vestido, el frente tenía un escote en “U” dejando lucir toda la extensión de mi
cuello, toda la tela se ceñía perfectamente a mi cuerpo como un guante y para
rematar la ocasión me pondría unos zapatos Gucci color rosa con pequeñas
piedras de Swarovski haciendo una fina correa que envolvía mis dedos.
-Uff, tu hombre de desmayará al verte amiga-. Sonrío Yess
cuando ya estaba lista, mientras yo le entregaba sus zapatos Prada, su marca
favorita.
-Oye por cierto, ya me arreglaste a mí y tú aún no te
duchas, apresúrate, te quiero mucho hermana, cuídate y que todo vaya bien-.
Dijo mientras salía dando saltitos por la puerta, sonreí mientras me metía al
baño para darme una rápida ducha de agua tibia, sabía que si me bañaba con agua
caliente duraría demasiado y luego se me haría tarde, cuando menos pensé
llevaba media hora adentro de la ducha, por lo que salí me envolví en una
toalla y tomé un conjunto de lencería que mi amiga me había dejado sobre el
espejo del baño con una notita:
¡Hey
hermosa!,
Hoy
es un día especial, sabes que tú siempre me sorprendes pero hoy yo también
tenía listo algo para ti, en tu cama te dejo otro pequeño obsequio, al igual
que este de diseñador.
Muchos
abrazos.
Yess*.*
Salí a mi habitación rebuscando que es lo que me habría
dejado mi amiga, cuando miré mi cama me fije en un juego de llaves de un Audi,
no reconocí el colgante por lo que me asomé por la ventana viendo un gran Audi
último modelo color rojo champagne, maravillada con los ojos rasados de
lágrimas me dirigí a mi silla de estética, me maquillé suavemente y cambié.
-¡Toc, toc!-. Sonaron unos golpes sobre la puerta, con el
solo sonido supe de quien se trataba por lo que mi corazón comenzó a latir
emocionado, hoy me armaría de valor y le diría lo que realmente siento a
Jassper, ahora solo espero no sea demasiado pronto.
-¡Hola!-. Salude efusiva, mientras mi novio me tomaba en
brazos y daba vueltas conmigo.
-¿Cómo estas mi querida Kalisti?-. Sonreí por la manera en
la que Jazz pronunció mi nombre con vehemencia, pasión….
-Mejor ahora que estas aquí-. Susurré cerca de su oído,
mientras que notaba como él pasaba saliva con la respiración un tanto agitada
debido a la cercanía, de poco en poco nuestros rostros se fueron acercando
hasta que quedamos a unos escasos milímetros, sus ojos me pedían permiso de lo
que iba a pasar a continuación a lo que yo solo pude asentir levemente…
Su frente se recargó en la mía, y debido a mi estatura sus ojos quedaron
arriba de los míos notaba como ardían entre deseo y amor, bobamente suspire
dando el momento preciso para que nuestras bocas se unieran en un beso lento y
respetuoso que de poco en poco comenzó a subir de nivel, hasta que sentí que
mis pulmones reclamaban la falta de oxigeno y el resto de mi cuerpo ardía en
llamas; agitados nos separamos y sonreímos con complicidad, Jazz me tendió su
brazo que yo gustosa acepté y caminamos con cuidado hasta su BMW.
-Perdona-. Murmuró Jassper de repente, a lo que yo lo miré
confusa.
-¿Por qué?-. Inquirí aún sin comprender la disculpa.
-Eres una dama y el beso que te di y a donde te llevaré a cenar, no quiero que
te ofendan o sientas que te falté al respeto-. Dijo cabizbajo, a lo que yo lo
miré lleno de ternura y mi boca sin previo aviso ni permiso, habló lo que había
acallado por semanas:
-Jassper, tú eres la persona más gentil y caballerosa que eh
conocido jamás, en ningún momento me has faltado al respeto, siempre me estás
cuidando de una manera tan dulce… Cuando estoy contigo es como estar completa,
sabes que decir en qué momento y la manera de hacerlo, alguien que fácilmente
aprendí a amar-. Mi tono conforme avanzaba la oración iba disminuyendo, para
cuando llegamos a la palabra “amar” a duras penas yo misma me escuché, pero
debido al silencio que había en la carretera y que no traíamos la radio
encendida, mi novio lo escuchó claramente.
Me miró y aparcó el coche en una orilla de la carretera, me
miró con los ojos brillosos y con toda la devoción y cuidado, deposito un casto
beso sobre mi coronilla, no necesito más para hacer entender esto, que sin
palabras tan solo con miradas y gestos se decía… ese te amo que se acalla entre
caricias.
-¿Dónde cenaremos?-. Pregunté cuando el coche reanudó la
marcha y noté como la ciudad comenzaba a quedar atrás.
-Preparé una cena especial en mi casa, espero te agrade la
idea. Claro si no quieres pod…-. Corté a media frase a Jazz poniéndole un dedo
sobre los labios, mientras decía:
-Claro que quiero, nunca eh probado un guiso tuyo-.Sonreí
abiertamente, la noche aún no caía completamente pero la hora del crepúsculo ya
estaba presente y los tonos rosas, violetas, azules y amarillos ya inundaban
todo el paisaje dándole un toque mágico al trayecto.
Mi pecho sentía un peso menos ahora que me sabía
correspondida, sencillamente todo era miel sobre hojuelas.
Al poco rato una casa de estilo colonial se mostraba ante
mí, los finos acabados del porche junto la luz de vela que a lo lejos brillaba
daban la bienvenida a una casa que desbordaba calor hogareño.
-Tienes una casa preciosa-. Dije maravillada mientras miraba
con detalle cada cosa que mis ojos podían alcanzar a percibir en la distancia
que nos encontrábamos, en unos minutos ya estábamos a fuera de la puerta y un
delicioso aroma a lasaña vegetariana y clericot inundaban el aire.
-Gracias, pero no asemeja ni por asomo tu beldad-. Sonrío
deslumbrante, a lo que sentí que mis piernas se volvían de espuma sin poderme
levantar de mi asiento, un sonrojo inundó mis mejillas y Jazz me ayudó a bajar
del coche, ambos caminamos tomados de la mano hasta el comedor el cual tenía varios jarrones de rosas rojas y
blancas y velas aromáticas por doquier.
La cena pasó rápido y bastante amena, con Jazz podía hablar
de todo, sabía que él jamás se escandalizaría o me juzgaría a la ligera, era
como si pudiera ser completamente yo misma sin temor a ser dañada.
-Ven te tengo una sorpresa-. Dijo una vez que terminamos el
postre, se levantó me ayudó a recorrer mi silla y me tomó de la mano llevándome
hasta la sala donde nos esperaban unos cómodos sofás de cuero negro con una
guitarra recargada a su lado y el fuego de la chimenea dándole una luz ambarina
al lugar.
Por la ventana entraba de lleno la luz de la luna que a
estas horas ya estaba en su punto más alto, rodeada de las estrellas que
brillaban de una manera única y especial.
Me senté al centro de la sala sobre el tapete cerca del
fuego, mientras estiraba una mano para tomar un almohadón para recargar mi
espalda levemente, Jazz caminó lentamente hacia su guitarra y cuando volvió a
alzar la vista se quedó quieto durante unos instantes mirando todo como si
jamás hubiera visto nada de lo que ahí se encontraba… tras unos segundo caminó
hacia mí con una sonrisa cautivadora me besó en la mejilla, recorriendo su
camino de besos hasta llegar a mi oído donde susurro:
-Es el paisaje más perfecto que he visto jamás-. Dijo
mientras tomaba mi mano y me jalaba hasta su regazo, donde mi cabeza quedó
sobre su pecho, el lugar perfecto para escuchar su corazón, nos quedamos así
cayados, abrazados unos instantes no hacía falta rellenar el silencio.
Cuando me reincorporé un poco para poder mirar la chimenea,
Jassper tomó su guitarra y comenzó a cantar:
Déjame
ser tu héroe…
¿Tu
bailarías si yo te pidiera bailar?,
¿Correrías
sin nunca mirar atrás?,
¿Llorarías
si me ves llorar?,
Podrías
salvar mi alma esta noche…
¿Temblarías
si toco tus labios?,
¿Reirías?,
Por
favor dime esto…
¿Morirías
por la única persona que has amado?,
Envuélveme
en tus brazos esta noche…
Yo
puedo ser tu héroe,
Puedo
besar lejos del dolor,
Puedo
estar a tu lado por siempre
Y tú
podrás robar mi aliento…
¿Me
podrías jurar que siempre serás mía?,
¿Mentirías?,
¿Correrías
lejos?...
¿Es
que ya me hundí en lo profundo?,
¿Es
que ya perdí la mente?,
No
importa, tú estas aquí esta noche…
Yo
puedo ser tu héroe,
Puedo
besar lejos del dolor,
Puedo
estar a tu lado por siempre
Y tú
podrás robar mi aliento…
Yo
sólo quiero tenerte,
Yo
sólo quiero tenerte…
¿Es
que ya me hundí en lo profundo?,
¿Es
que ya perdí la mente?,
No
importa, tú estas aquí esta noche…
Yo
puedo ser tu héroe,
Puedo
besar lejos del dolor,
Puedo
estar a tu lado por siempre
Y tú
podrás robar mi aliento…
Yo
puedo ser tu héroe,
Puedo
besar lejos del dolor,
Puedo
estar a tu lado por siempre
Y tú
podrás robar mi aliento…
Yo
podría ser tu héroe…-. Cuando terminó de cantar y sus manos
tocaron el último acorde lágrimas de alegría comenzaron a descender por todo mi
rostro, tomé el cuello de la camisa de Jassper y lo jalé hasta mi, pasé mis
manos por su nuca y besé dulcemente sus labios, ambos de poco a poco profundizamos
el beso, el quitó la guitarra de su regazo poniéndome a mi rápidamente en él,
sus brazos rodearon mi cintura estrechándome en su cuerpo, nuestras
respiraciones se comenzaron a agitar y sentí que era el momento adecuado para
repetir aquellas palabras que tal vez no fueran lo suficientemente fuertes pero
eran las más descriptivas…
-Te amo-. Sus ojos se conectaron con los míos y lo vi venir
y decidí no detenerlo, dejé que el momento siguiera creciendo y siguiendo su
curso, los besos aumentaron de poco en poco hasta que Jazz quedó sobre de mi
apoyándose en sus codos a cada lado mío, sin cargarme ni un solo kilo de su
peso, sus manos recorrían dulces mi cabello con ternura mientras que las mías
acariciaban su rostro grabando el momento.
Unos minutos más tarde estábamos en su habitación, nuestra ropa había desaparecido y ambos nos
mirábamos el uno al otro con dulzura y pasión, los besos profundos, sus brazos
rodeándome, nuestra respiración agitada… sus manos que respetuosas únicamente
delineaban mi silueta… hasta que de poco en poco llegaron a mi última prenda,
la cual bajaron delicadamente, apenas me rozó y en mi cuerpo ya sentía un
estallido de sensaciones.
Poco a poco se acercó a mí, mi nuevo inquilino pidió permiso
para ingresar, una de sus piernas abrió las mías y de poco en poco se adentro
profundamente, hasta que la barrera de mi cuerpo se hizo presente… Jazz me miró
maravillado y yo sin aliento gesticulé un siempre seré tuya, con sumo cuidado
se deslizó aun más… el dolor llenó por unos instantes mi sistema causando que
una pequeña lágrima saliera de mis ojos, él me miró y con mucho amor limpió mi
lágrima con un beso… al poco rato otra sensación arrasó por completo, mis
piernas lo rodearon y comenzamos una danza acompasada, cautivadora… magistral,
era como bailar un tango apasionado y amoroso a la vez, estábamos entregándonos
por completo y sin duda no me arrepentiría.
El final llegaba, mi cuerpo con pequeños temblores lo
avisaba mientras me estrechaba, los últimos pasos de este baile llegaron,
llevándonos a ambos al cielo… nuestro cielo.
-¡Te amo!-. Gritamos a la par cuando el placer inundó
nuestro sistema, mientras que Jassper caía agotado sobre mi pecho conmigo en
mismas condiciones, ninguno se movió por un buen rato… estábamos completos por
fin.
Lo último que sentí fue el rozar suave de las sábanas
mientras me cubría, cayendo en un profundo y dulce sueño, resguardada en unos
brazos que por siempre iba a recordar…
Yo
puedo ser tu héroe,
Puedo
besar lejos del dolor,
Puedo
estar a tu lado por siempre
Y tú
podrás robar mi aliento…
Yo
puedo ser tu héroe,
Puedo
besar lejos del dolor,
Puedo
estar a tu lado por siempre
Y tú
podrás robar mi aliento…
Yo
podría ser tu héroe...
**************************************************************
Chicas capítulo 1 de esta misteriosa e intrigante historia :D Estoy muy emocionada, al igual que mi querida Yess, aunque sea con hermosas letras llenas de sentimiento, hacemos nuestro sueño realidad :D Espero que os guste el transcurso de la historia, lo hacemos con el corazón en la mano y espero que valoréis el esfuerzo y el trabajo que hacemos al escribirla ;)
Simplemente.... ESTOY EMOCIONADA POR ESTA HISTORIA :D
El siguiente capítulo lo subiré el jueves que viene, ése será el día de publicación del fic, de momento, uniremos los capítulos en 1, en vez de escribir uno Yess y otro yo. Así que, espero muchos comentarios para mi querida amiga Yess, se lo merece, ha escrito Lemmon, gracias a mí y se lo agradezco en el alma :D Te quiero mucho hermosa!!!
Romiina^.^
¿Qué decir que no haya dicho antes?, quedó de fabula rommi, ambas nos esforzamos bastante en realizar cada capi, espero lo disfruten y se unan a este sueño con tantos toques intrigantes :D.
ResponderEliminarUn millón de abrazos amiga y sabes que me encanta como escribes, siempre me arrebatas una sonrisa y me iluminas el corazón.
Besos.
Yess*.*
Romi y Yess un capitulo magistral. Me encanto de principio a fin. Tienen un talento hermosisimo. La historia promete mucho y siempre me tendran por aqui. Les deseo mucho éxito y un hermoso fin de semana. Un abrazo!!!!
ResponderEliminarPD: Disculpen la tardanza, pero estamos pintando en mi casa y se me hace a veces imposible conectarme.