sábado, 14 de abril de 2012

¿AMARTE U ODIARTE?


**********************************
*******************************
Disclaimer: Algunos personajes pertenecen a la maravillosa escritora S. Meyer, Yess y yo sólo hemos jugado con ellos y hacemos lo que nuestra imaginación nos dicta.
Raiting: M.

************************************************************************
Capítulo 1: Nuestra primera vez.

Yess pov.

Estaba metida literalmente en mi armario rebuscando el conjunto “perfecto”.
Hoy había quedado con Emmett, Dios… era un sol… por décima vez en tan sólo dos semanas…
Nos habíamos visto casi todos los días, en los ratos que yo tenía libre en la universidad y había sido maravilloso… Pensaba que el mejor día de mi vida fue cuando me llevó a aquel hermoso parque de atracciones, pero no, me equivocaba, Emmett Mc Carthy sabía como sorprenderme siempre.
Todo el tiempo que había pasado con él era especial, cada segundo y cada beso que me robaba…
-Dios…- suspiré y salí de aquel desastroso armario y miré hacia la puerta encontrándome con la mirada divertida de Romina.
-¿Qué pasa Julieta?- dijo acercándose con su andar elegante- ¿No sabes qué ponerte para tu día especial?- dijo alzando su perfecta ceja depilada y yo asentí lentamente.
Romina lo había bautizado como el “día especial”, pues esta cita sería diferente, sería una cita de verdad, no salidas informales, aunque la verdad era que no me quejaba… Tendría salidas formales durante toda mi vida y sería la mujer más feliz de mundo.
-Romi no tengo nada que ponerme…- dije suspirando fuertemente y sentándome en mi cama.
-Shh, calma pequeña, aquí está tu “Romi salvadora”- dijo haciendo comillas con sus dedos y yo sólo pude soltar una carcajada. Era única, sabía qué decirme en cada momento. Ese mote se lo había puesto hacía unos días, desde que siempre me encontraba el conjunto perfecto para salir con Emmett o simplemente para dejarme los deberes cuando me escaqueaba de alguna clase- Bien, veamos…- dijo avanzando hacia el armario con una mano en su barbilla- Lo tengo desde hace días y pienso que hoy es el día correcto- dijo abriendo su armario y sacando un precioso vestido dorado- Toma, cariño, espero que te guste- dijo dejándolo con suavidad encima de mi regazo.
-Oh, Romi, es… es perfecto…- dije tocando la suave y fina tela del vestido- Pero te habrá costado mucho dinero, no puedo aceptarlo…- dije mirándola con pena y ella me sonrió con malicia.
-Bueno cariño, lo que me ha costado no te lo diré, pero es fruto de una “niñita de papá”- dijo de nuevo con una sonrisa y avanzó hacia mí y me abrazó- Nena, sólo quiero que seas feliz y que ese hombre sepa valorar a una buena persona como tú- ya tenía lágrimas rodando por mis mejillas… la abracé más fuerte aún- Te quiero mucho, eso ya lo sabes, ahora dúchate y yo me encargaré del resto- se separó de mí para besarme en mi mejilla derecha y guiñarme un ojo.
-Gracias amiga- la volví a abrazar y pensé en lo dichosa que era por tenerla como amiga, era genial, no sabía lo que hubiera hecho sin ella…
No me puedo imaginar cómo sus padres se desentendieron de ella cuando sólo tenía diez años… Por lo que me había contado, le habían dejado bastante dinero como para vivir cómodamente durante diez vidas al menos, pero en realidad ella lo que quería era el cariño de sus padres, no lo económico, aunque eso era antes, ahora no quería saber nada de ellos, sólo se alegraba porque decían que “echaron un buen polvo para concebir a tan perfecta criatura”, me reí ante ese pensamiento, mi amiga era todo un caso…
-¿Se puede saber de qué te ríes bipolar? Hace un momento estabas llorando como una magdalena y ahora sonríes…
-De nada, señorita “echaron un buen polvo para concebir a tan perfecta criatura”- dije sarcástica y ella me lanzó un cojín mientras corría hacia el baño, que esquivé por unos centímetros.
-Envidiosa- me tiró otro cojín y éste acertó de lleno en mi cabeza.
-Auch- dije tocando mi parte herida.
-Vamos, mueve ese culo tan duro como el mío y dúchate o lo haré yo- dijo subiéndose la camisa hasta los codos, como una madre enfadada con su hija.
Lo dicho… era todo un caso.
-¿Sabes que a pesar de tu arrogancia te quiero, verdad?
-Lo sé, lo sé- dijo restándole importancia con la mano- Yo también te quiero mi Yessi- se acercó a mí y nos fundimos en un abrazo fraternal, porque para mí era eso, la hermana que nunca tuve.
Nos separamos y le di un beso en la mejilla antes de meterme en el baño.
Intenté relajarme por todos los medios, era la primera vez que no lo hacía con el agua hirviendo… Sin duda, estaba más nerviosa de lo normal…
Cuando mis dedos se arrugaron de estar tanto tiempo en contacto con el agua, salí de la ducha y me envolví en una toalla. Salí hacia nuestra habitación y vi a Romi agachada sacando una caja de zapatos de debajo de la cama, viéndosele el hermoso tatuaje que tenía justo arriba de su trasero, era una mariposa preciosa con sus alas extendidas.
-Aquí estáis…- dijo sacando una caja completamente nueva y no sé por qué pero me olía que habían sido comprados especialmente para mí.
A pesar de yo pertenecer a una familia adinerada, Rom siempre me compraba de todo y no aceptaba un no por respuesta, se parecía tanto a el personaje Alice de Crespúsculo… Sonreí de nuevo.
-Estás muy sonriente hoy- se acercó a mí y me sentó en “nuestra silla de estética”.
-Estoy ansiosa más bien…- dije disfrutando de los suaves desenredos que me hacía en mi pelo húmedo.
-Bueno…pues relájate, ya sabes que tensa la piel no coge bien el maquillaje- dijo sus eternas palabras y sonreí de nuevo, olvidándome un poco de la razón por la que me estaba poniendo bella…
Me secó el pelo con mucha delicadeza y después me cogió una cola alta para no tener ningún obstáculo de mechones en mi cara. Cogió sus miles de neceseres llenos de cosas de cosmética y comenzó a hacer un lienzo perfecto en mi cara.
De verdad que no sabía que haría sin ella.
-Yo también he quedado con Jazz…- dijo conversando por primera vez desde que me sentó.
-¿De verdad?- abrí los ojos para ver su hermosa cara irradiando felicidad.
-Si, estoy tan contenta Yess- dijo soñadora- Es un hombre tan apuesto y tan dulce…
-Pues espero conocerlo pronto- dije entusiasmada.
-¿Para qué? ¿Para qué te guste y me lo quites?- dijo fingiendo enfado- No- dijo con una sonrisa y comenzó a delinear mis ojos, por lo que cerré mis ojos de nuevo.
-Ya sabes lo de nuestro pacto, jamás podría hacer eso- dije muy segura recordando el pacto que teníamos entre nosotras…
Jamás, por mucho que nos gustase, estaríamos con un chico que haya estado con la otra, sería como una traición y por un hombre, no echaríamos nuestra amistad por la borda…
-Lo sé cariño, es broma- me besó en la frente con cuidado de no estropear nada- Tu maquillaje está listo, ¿te gusta?
Abrí mis ojos y me maravillé con lo que vi…
Mis párpados estaban maquillados con dorados y rosas, destacando el raro color de mis ojos a la perfección. Mi cara parecía la de una modelo salida de una revista y mis labios estaban de un tono rosa muy pálido, pareciendo casi natural.
-Gracias…- susurré emocionada y ella me miró feliz.
-Shh, lo arruinarás- dijo señalando mi cara- Estás perfecta- sonrió de nuevo- Ahora te ayudaré a ponerte el vestido y los zapatos, aunque tengo algo especial para esta noche, presiento que será muy especial…- dijo esto último más para sí misma que para mí.
Se alejó y se metió, como yo lo había hecho momentos antes, en su armario y sacó una bolsa de Victoria`s Secret…
¿Era lo que yo me imaginaba que era?
-Toma- dijo dejando la bolsa en mi regazo- Una noche especial, se merece detalles especiales- dijo como si estuviera viendo lo que iba a pasar y yo no tenía ni idea…
-¿Qué e… es?- dije mirando la bolsa con determinación.
-Ábrelo, te gustará- dijo segura y yo asentí.
Cuando saqué lo que había no me lo podía creer…
Era un conjunto de encaje negro muy fino, tan fino que la tela era transparente en los lugares adecuados…
-Romi, es…- no tenía palabras.
-¿Perfecto? ¿Genial? ¿Fantástico?- dijo sonriente- Ya me lo agradecerás mañana…
-Pero, ¿por qué simulas que sabes lo que va a pasar? No sé si estoy preparada aún Romi…- dije agachando la cabeza y mi amiga en un pestañeo estaba arrodillada enfrente de mí.
-Sé lo que pasará… ahora estás nerviosa y confusa, lo sé, pero créeme que cuando estés con él nada ni nadie importará y sólo seréis tú y él- me dijo mientras cogía mis manos- Si no estás preparada aún no tienes por qué hacerlo, pero sé que lo estás, lo amas y es lo suficiente- me besó en ambas manos- Está demás que te diga que estaré aquí pase lo que pase- me sonrió y yo la abracé.
-No sé qué haría sin ti…- le susurré y ella me apretó más contra su cuerpo.
-Vamos, Romeo estará en breve aquí- se separó de mí y me miró sonriente.
Me alisó completamente todo el cabello, llegándome hasta la cintura, con suaves ondas en cualquier lugar y me adentré en el baño para ponerme el conjunto tan atrevido…
Estaba mal que lo dijera yo, pero… me quedaba de puta madre…
El tanga era ajustado, pero sin ser excesivo y el sujetador tapaba lo justo y necesario…
Bien…
Después salí de nuevo a la habitación y los ojos de Romina la delataron…
-Te ves espectacular- y silbó como un camionero, yo no pude más que reírme y sonrojarme un poco- Triunfarás nena- me guiñó un ojo y cogió el vestido de la cama y entre las dos, lo colocamos perfectamente en mi cuerpo.
Me llegaba a medio muslo y era totalmente hermoso…
Era palabra de honor, realzando mis pechos considerablemente y tenía pequeños detalles rosas debajo de éste, desde ahí caía en cascada hacia abajo, con la fina seda cayendo transparente.
-Estás perfecta- me dijo mi querida amiga mirándome por todos los lados posibles.
-Gracias a ti.
-Aunque falta lo más importante- cogió los zapatos y me los tendió- Espero que te gusten- me sonrió y yo cogí la caja con una sonrisa en mis labios.
Eran de Prada y eran absolutamente perfectos…
Tenían un fino tacón de unos 15 centímetros, dorados completamente, pero con piedrecitas rosas en la parte del empeine, haciendo una fina trenza de piedras para sujetar todo el pie completamente.
Sin poder esperar más, me los puse y si eran bonitos en las manos, puestos eran una pasada…
La fina trenza de piedrecitas de ajustaba muy bien por todo mi pie, llegando desde la tira de los dedos hasta envolver delicadamente mi tobillo, abrochándola con una hebilla pequeña.
-Son preciosos…- me deleité con los zapatos, eran una pasada.
-Tú si que estás preciosa- me besó en la mejilla y me sonrió- Tengo que empezar a arreglarme ya o llegaré tarde…- dijo mirando su reloj de muñeca de colección.
-Espero que te lo pases genial amiga- la abracé- Yo también estoy aquí para lo que quieras, te quiero mucho cariño- le besé en ambas mejillas y le sonreí.
-Ugh, se me olvidaba esto- dijo cogiendo un bolsito pequeño a juego con los zapatos.
-Recuérdame regalarte el Audi de coleccionista de este año- dije mirando con mucha atención al bolso, ella soltó una sonora carcajada.
-Lo pensaré, ya sabes que soy débil con la marca Audi- le sonreí y ella hizo lo mismo.
Si ella supiera que ya lo tenía comprado y esperando por ella aparcado abajo perfectamente…
-Gracias de nuevo- le abracé de nuevo y en ese momento, sonó el timbre.
-No puedo recibir a Romeo en estas fachas- dijo señalándose a sí misma con el conjunto deportivo que llevaba.
-Pero si tú siempre estás perfecta- dije sinceramente.
-Gracias, pero también llego tarde para mi cita- me besó por última vez antes de avanzar hacia el baño- Espero que te lo pases genial- me guiñó un ojo y cerró la puerta del baño con cuidado.
-Vamos, eres valiente…- susurré para mí misma acallando todos mis nervios.
Cogí un bolígrafo y un papel y la bolsa con el conjunto de lencería para mi Romi, le escribí una nota y sin que se diese cuenta, dejé la bolsa y la nota encima del mueble del baño y cerré cuidadosamente.
Esperaba que le gustase de corazón.
Salí de la habitación y con andar elegante avancé hacia la puerta para abrirla.
-Buenas preciosa- me besó ligeramente en los labios y su olor varonil se coló por mis fosas nasales.
-Hola- dije mirándolo con detenimiento, estaba guapísimo…- Estás muy guapo…
Llevaba unos pantalones de mezclilla negros con una camisa blanca con los puños negros, marcando sus enormes músculos.
Perfecto…
-Tú estás preciosa, como siempre- me guiñó un ojo y me cogió la mano para besarla.
Yo se la cogí gustosa y nos encaminamos hacia su enorme jeep.
-Espero que disfrutes de esta noche preciosa- me ayudó a subir al jeep y me besó por última vez en los labios antes de montarse él en el lado del conductor.
-Lo haré, sabes que en tu compañía no podría ser de otra forma- me sonrió y me robó otro beso.
-Nunca me cansaré de besarte, sabes tan bien…- me lamió el labio inferior y mis manos se dirigieron automáticamente a su nuca, profundizando el beso, necesitando más de él…
-Te quiero mucho Emmett- le dije por primera vez y a él se le iluminó la cara formando su perfecta sonrisa.
-Yo también hermosa- me besó en la mano y me acerqué más a él para besarle de nuevo.
Estuvimos unos minutos así, hasta que el calor empañó los cristales del coche y necesitamos respirar…
-Me encantas- me dijo con la frente pegada a la mía y yo sonreí feliz.
-Yo… dirás que es muy pronto, pero me siento tan bien contigo Emmett…- le acaricié su ancho pecho y él sonrió- Te quiero completamente para mí esta noche- me relamí los labios y su mirada siguió todos mis movimientos, hasta que no lo pudo soportar más y se abalanzó a mí con fiereza, pero siempre con dulzura.
De repente se separó de mí y vi preocupación en sus ojos…
¿Qué le pasaría?
-Yess, verás…- dijo nervioso y ahí supe que algo no andaba bien- No quiero que te apresures, créeme que yo lo deseo tanto o más que tú, pero quiero hablarte de una cosa antes, puede que cambies de opinión- me dijo serio y yo lo incité a continuar, estaba muy nerviosa… ¿y si él no quería ya nada conmigo? Me aterró la idea…- No es lo que piensas preciosa- me cogió ambas manos y las besó con mucha delicadeza- Quería decírtelo en el restaurante, pero supongo que no importa, cuanto antes lo sepas mejor…- me miró a los ojos intensamente.
-Emmett, por favor, dime lo que sea- ya estaba dispuesta a salir de aquel coche y llorar hasta no tener lágrimas en mis ojos…
-Me voy- dijo apretando mis manos suavemente- Me voy de la ciudad porque tengo que terminar la tesis de mecánica en Chicago…
No… esto no podía estar pasándome a mí…
¿Qué se iba? ¿Por qué no me lo había dicho antes?
-Te estarás preguntando el por qué no te lo he dicho antes… verás… no sabía que me podía tocar a mí, pero por mis altas notas me han mandado afuera, me he enterado hace unas horas solamente…- su mirada se entristeció y a mí me partió el alma.
Dios… a pesar de la pena y el dolor que sentía en estos momentos, la dulzura y la ternura estaban impresas en mi cuerpo…
Otro me hubiera llevado a cualquier hotel y me hubiera hecho el amor sin consideraciones del día siguiente, sin que le importase si se iría o no…, pero aquí estaba el ser más perfecto de todos, preocupándose por mí constantemente y diciéndomelo con toda la comprensión posible.
-Gracias- le susurré simplemente y lo abracé.
¿Cómo no me iba a entregar a un ser tan perfecto como él?
Pues claro que lo haría, lo haría y no me arrepentiría de nada, porque lo amaba, lo tenía asumido desde ya, en realidad lo había sabido todo el tiempo, pero era una testaruda que no quería ver más allá…
-¿Gracias?- preguntó sorprendido y se separó de mí- Se supone que te tendrías que enfadar o llorar, qué sé yo… todo menos un “gracias”- lo dicho… sencillamente tierno.
-Gracias por habérmelo dicho, gracias por importarte demasiado por mí y gracias por estar aquí conmigo- le dije apretando sus manos- Te mentiría si te dijera que no me importa que no te vayas, es más, me importas demasiado, pero lo de esta noche no lo cambiará nada ni nadie- le besé ligeramente en los labios- Te quiero Emmett Mc Carthy- le dije sin más y lo besé con todo el amor que sentía.
-Yo también te quiero preciosa, te prometo que estaremos en contacto, sólo será un año- me susurró y nos besamos de nuevo.
Mañana lloraría y patalearía como una niña pequeña por su partida, pero esta noche era nuestro y nada ni nadie nos la iba a cambiar.
Arrancó el motor con una preciosa sonrisa en sus labios y nos encaminamos hacia el restaurante.
Llegamos en poco tiempo a un hotel- restaurante, era precioso… y cuando me fijé en el nombre casi me dio un infarto…
-Emmett, esto vale una fortuna- dije mirando el famoso hotel delante de mí.
-Te lo mereces todo princesa- me besó en los labios y me guiñó un ojo.
-Gracias por esta noche, gracias por todo- le abracé sintiendo su fuerte pecho en el mío, era absolutamente perfecto- No te quiero perder…- susurré casi con lágrimas en los ojos.
-Shh, no lo harás- me separó de él y me sonrió- Te lo prometo- me besó ligeramente en los labios y tiró de mí para adentrarnos en el cálido ambiente del restaurante.
Un señor muy amable, nos indicó nuestra mesa y agarrados de la mano llegamos hasta ella y separó la silla para mí, como todo un caballero.
-Gracias- susurré anonadada de tanta hermosura… Él me sonrió galán y se sentó.
La velada fue romántica, hermosa, detallista, fabulosa, fantástica… no había palabras para describirla… Un perfecto se le asemejaba en algo.
-Cariño, no quiero que te arrepientas de nada de esta noche- me dijo sincero mientras se levantaba a la vez que yo.
-No lo haré, vamos- dije burlona- Me haces sentir como la mala que quiere tenerte a la fuerza…- le sonreí y él me sonrió más burlón que de costumbre.
-No podría negarme ante tanta belleza- me acarició el brazo  y sentí un escalofrío por todo mi cuerpo… Yo le sonreí coqueta y le arrebaté un beso cargado de deseo- Uhmm…- susurró sobre mis labios y yo se los relamí- ¿Vamos?- dijo sin dejar de mirar mis labios.
-Por supuesto- le agarré la mano y nos encaminamos hacia la recepción del hotel.
-Quiero la mejor suite de todo el hotel- dijo sacando su tarjeta de crédito sin dejar de mirarme.
-Eh, claro- dijo la tonta chica mirando a mi chico más de la cuenta.
Mi chico… sonreí como una idiota.
-Creo que voy a tener que despedirme de lo lindo esta noche- le susurré muy cerca de su oído- Porque no creo que no haya chica en Chicago que se te resiste- le sonreí y él me sonrió para besarme apasionadamente.
-Ahora sólo tengo ojos para ti hermosa- me besó en la punta de la nariz y muy pronto, gracias a Dios, porque la recepcionista pensaba tenernos allí toda la noche, le entregó a Emmett la tarjeta de la habitación y nos encaminamos hacia el ascensor.
Llegamos al último piso sin dejar de besarnos en el camino y los besos cada vez eran más ardientes…
-Te deseo- dijo con la voz ronca y le mordí el labio inferior provocando un sonoro gemido por su parte. Sonreí por causarle ese placer y me jaló con desesperación de la mano para salir de aquel habitáculo, que parecía una sauna en vez de un ascensor y nos paramos enfrente de la puerta de la habitación.
Emmett metió la tarjeta en la ranura de la puerta y la abrió, lo siguiente que hice fue llevarme las manos a la boca ante la maravilla que se ponía ante nosotros…
La habitación era enorme e igual de hermosa…
Había un gran sofá justo en medio de la sala, enfrente de un televisor de pantalla plana enorme, con flores  decoración por doquier. En el lado izquierdo, se encontraba un ventanal enorme que daba a lo que parecía ser una hermosa terraza, Emmett se adelantó a mis pensamientos y me cogió de la mano para guiarme ante ese lugar que traía toda mi atención desde que lo había visto.
La enorme luna llena se centraba justo en medio del oscuro cielo, sin haber siquiera una estrella, parecía irreal…
Me acerqué instintivamente, soltando la mano de Emmett en un arrebato de melancolía y puse mis manos en el barandal del balcón. Allí había una mesa blanca forjada al más estilo de los años 80, igualando con las dos sillas.
Las flores no faltaban en ningún lugar, destacando el olor de las rosas y del azahar.
-Es hermoso- dije mirando todo el particular, sintiendo el frío ambiente de la noche y mi piel se puso de gallina, pero no me importó.
-No tanto como tú- me abrazó desde atrás y comenzó a besar mi cuello- Te prometo que no olvidarás esta noche- dijo formando un camino inexistente en mi cuello con besos húmedos.
-Te aseguro que jamás la olvidaré- me volví  y miré esos preciosos ojos azules- Jamás he estado con un chico de ese modo- dije diciendo lo obvio y él me miró entre sorprendido y feliz.
-¿Jamás has hecho el amor?- me dijo con ojos llameantes.
-Jamás- dije ruborizada y agaché mi mirada. Él enseguida cogió mi mentón y me obligó a mirarle.
-Gracias por elegirme princesa, te prometo que no te haré daño- dicho esto me abalancé totalmente encima de su cuerpo y lo besé con desesperación, esas palabras habían calado hondo en mí.
Dios… ¿Se podía ser más perfecto?
Absolutamente no.
Me alzó, porque ni con tacones podía besarle en condiciones, y puse mis piernas alrededor de su cintura.
-Te quiero- le dije besando sus perfectos labios.
-Y yo a ti- dijo antes de avanzar hacia el cálido ambiente del salón y noté que nos movíamos más aún, a la habitación supuse- Jamás te olvidaré- me susurró y me dejó suavemente en la cama.
Me miró una última vez antes de que su mirada me recorriera entera y me sentí expuesta, pero por primera vez, no tuve pudor y le sonreí con picardía.
-Eres hermosa- me dijo colocando su cuerpo encima del mío con delicadeza, sin que soportara ni un gramo de su peso y comenzó a besarme con delicadeza y a un ritmo mortalmente lento.
Bajó hacia mi cuello desnudo y se entretuvo mucho besándolo con besos húmedos y acariciando todo mi cuerpo en el transcurso.
-Tu piel es deliciosa- susurró en un gemido ronco y yo me encendí más, tanto que noté mi sexo humedecerse al instante.
Su boca bajó aún más para besar mis pechos por encima de la tela y gemí audiblemente, sentí cómo sonreía y bajó más hasta la terminación de mi vestido, lo levantó sólo un poco y besó la piel de mis muslos y mis pantorrillas. Sus manos se dirigieron hacia la hebilla de mis zapatos y con una delicadeza imposible, desató mis zapatos y los tiró en algún lugar de la habitación.
-Tus piernas son… deliciosas…- gimió y ya no me pude quedar quieta…
Mis manos fueron a su nuca y lo atraje hacia mí casi con rudeza y él sonrió con anticipación. Seguidamente, mis manos bajaron hacia los botones de su camisa y se los quité uno a uno con rapidez, no podía estar por más tiempo sin tocar ese cuerpo perfecto…
Él al ver mi desesperación, me incorporó sólo un poco, lo suficiente para bajar la cremallera de mi vestido que se encontraba en mis espalda y la deslizó con lentitud sin dejar de besar mi cuello. Se me erizó la piel completamente ante su toque… Deslizó el vestido por todo mi cuerpo hasta sacarlo por mis pies y vi fuego en sus ojos…
-Eres preciosa…- me dijo mirándome todo el cuerpo y lo volví a coger de la nuca y lo besé.
-Necesito que me hagas el amor ya- dije sintiendo la tremenda humedad en mi intimidad.
Él me miró y luego me besó, desabrochando mi sujetador con facilidad, al tener el broche entre mis pechos y los miró con deseo. No esperó mucho más antes de meterse uno de ellos en la boca y el otro lo masajeó suavemente.
-Emmett…- gemí y él arremetió aún más, succionando levemente-  Dios…- él sonrió contra mi piel y se dedicó al otro que pedía de su atención desesperadamente.
Bajó por mi cuerpo, sin dejar de besar mi piel y se entretuvo con el pircing de mi ombligo.
-Eres exquisita- sentí su erección en mi muslo y gemí con anticipación.
Era enorme y lo peor… ¿cabría eso dentro de mí?
Mi tanga desapareció lentamente, al igual que toda mi ropa y sus dedos bajaron hasta mi centro.
-Mmmm… estás tan húmeda…- gimió mirando mi sexo y yo me incorporé para quitarle el molesto pantalón y el bóxer.
Jalé del cinturón como toda una experta y lo miré con deseo, él me acarició la cara con mucha suavidad. Terminé de quitarle el pantalón y el bóxer y su erección saltó deliciosamente.
-Es… es enorme- dije mirando hacia su sexo y sentí una sonrisilla por su parte.
-No te preocupes, no haré nada que tú no quieras- me besó y me tumbó con delicadeza- Además, prometo no hacerte daño- dijo acariciando mi sexo con sus dos dedos.
-Te amo- le dije por primera vez y él me sonrió y se acercó a mi oído.
-Yo también te amo preciosa, no quiero perderte- dijo e introdujo un dedo en mi cavidad, sintiéndose tan bien…
-Mmmmm…- cerré los ojos y acerqué más su mano a mi sexo palpitante.
-Estás preparada para mí…- gimió más alto e introdujo un segundo dedo, sintiéndose malditamente bien.
-¡¡Emmett!!- grité sintiendo espasmos por todo mi cuerpo, debido al orgasmo tan maravilloso…- Hazme el amor, por favor- pedí con desesperación y él me miró directamente a los ojos.
Cogió un preservativo de su cartera y se lo puso en su prominente erección.
-Princesa, dime si te duele, por favor- dijo sin dejar de mirarme intensamente a los ojos y poco a poco de introdujo en mí, hasta que mi barrera se interpuso. Me pidió permiso con la mirada y yo asentí con una sonrisa en mis labios. Él se adentró más en mí con una lentitud imposible, acariciando mi cuerpo y besando mi cuello a la par que me susurraba palabras hermosas.
Sentí un dolor abrasador en mi centro y me tensé de inmediato.
-Hermosa, ¿te he hecho daño?- dijo parando en seco y buscando mi mirada desesperado.
-Es un poco incómodo, pero no te separes ahora, me estoy acostumbrando- dije antes de cerrar los ojos y relajar mi cuerpo.
-No te preocupes, es normal preciosa…- me besó en la frente y muy pronto, ese dolor abrasador dio paso al mayor placer que había sentido más. Empujé mi cuerpo hacia el suyo, haciendo que se adentrara lo que mi sexo podía abarcar y muy pronto comenzamos un ritmo delicioso.
Fue dulce, atento, delicado y perfecto. No puede imaginar una experiencia mayor a esa, nos entregamos en cuerpo y alma, con sentimientos de por medio, jamás olvidaría esta noche.
No sé en qué momento nos quedamos dormidos, pero mi cabeza se apoyó en su fuerte pecho y me dejé caer a la inconsciencia con la mayor sonrisa de toda mi vida…
Los molestos rayos del sol dieron de lleno en mi cara y me removí incómoda al sentir ese calor abrasador en mi cara…
Giré mi cara hacia el otro lado y sentí un fuerte cuerpo debajo del mío. Abrí inmediatamente los ojos y los recuerdos de esta maravillosa noche golpearon en mi mente.
Fue perfecto…
Miré a mi hombre con amor y besé sus labios con suavidad para no despertarlo, me fijé en mi cuerpo desnudo y estaba totalmente enredada en su cuerpo. Mis piernas estaban entre las suyas y sus brazos rodeaban mi cintura delicadamente, posando su barbilla en el tope de mi cabeza.
Sonreí y le besé por última vez antes de levantarme con mucho cuidado para no despertarle. No quería una despedida, no podría separarme de él si lo hacía, así que con bolígrafo y papel en mano, me dispuse a escribir mi despedida.

Hermoso, perdona por no haberme quedado para despedirme, pero si lo hago, no podré separarme de ti. No quiero que me busques ni que me llames, al menos no por hoy, cuando esté lista lo haré yo, sabrás de mí, de eso que no te quepa la menos duda.
Ha sido la mejor noche de toda mi vida, te he entregado lo más sagrado y estoy feliz por haberlo hecho contigo, has sido atento, romántico, dulce, tierno y simplemente perfecto. ¡¡GRACIAS!!
Jamás pensé que ibas a ser tan importante para mí.
Te amo,
Yess.

Dejé la hoja de papel en el lugar que había ocupado yo en la cama y me vestí rápidamente. Le besé en la frente y salí de aquella habitación, dejando a medio corazón con él…

PVO ROMINA

Mi mejor amiga Yess estaba inmersa en sus pensamientos las últimas dos semanas, al igual que yo, ambas habíamos encontrado el amor en aquella fiesta de bienvenida de la facultad, los días avanzaban presurosos, el tiempo que pasaba con Jassper era tan largo pero corto a la vez, no sabía describir correctamente como era tenerlo a mi lado, escuchar su voz o sonreír ante su característica caballerosidad.
Hoy tendría mi doceava cita con él, las cosas se comenzaban a volver un tanto formales, ya no podía pensar en nadie más sencillamente yo le pertenecía en cuerpo y alma, en todo mi corazón no habitaba otro hombre y él lo debía de saber.
Por ser viernes dejé dormir un poco más a la dormilona de mi Yess, y me encaminé hacia la sala para llamarle a Jazz como ya era nuestra costumbre, todos los días nos hablábamos en la mañana, nos veíamos casi siempre en la tarde y en las noches me enviaba un dulce mensaje lleno de amor y ternura.
-Hola amor-. Susurró una voz aterciopelada al otro lado del teléfono, no se escuchaba para nada adormilada a pesar de ser aún bastante temprano.
-Hola mi vida, ¿Qué tal amaneciste?-. Pregunté en medio de un suspiro, cuando no estaba con él era como si me hiciera falta para poder respirar plenamente.
-Muy bien preciosa extrañándote, sin ti las horas se vuelven días y los días una eternidad-. Dijo con tono sincero a lo que yo sonreí bobamente, no lo podía creer, la reina rompe corazones estaba cayendo enamorada, y vaya que me estaba enamorando…
-Lo sé, para mí también es  difícil, ¿Te veré hoy?-. Pregunté ansiando recibir un sí.
-Por supuesto que sí, paso por ti a las 4 tengo una sorpresa especial para hoy… te amo-. Dijo Jazz al otro lado de la línea, mi corazón paró en seco de funcionar para después reavivar su marcha en una cadena de erráticos latidos.
Yo no sabía cómo responder a lo que me acababa de decir, aún no sabía si era amor lo que yo sentía o mejor dicho, aún no me atrevía a aceptar que yo lo amé desde el segundo en el que su mirada me envolvió aquella noche.
-Ñam… ¿Romi?-. Llamó Yess desde nuestra habitación, mientras escuchaba como se acercaba con pasos vacilantes intentando no caerse.
-Mi cielo, te veo más tarde, te quiero muchísimo-. Le dije a Jassper, quien en vez de responder molesto, sencillamente me dijo un “te amaré siempre”, antes de colgar, suspiré con el corazón en mi mano y me levanté con un puchero en el rostro caminando hacia la cocina.
-Dime nena-. Contesté buscando un cuenco para que desayunáramos las frutillas que anoche habíamos picado.
-Quiero decirte algo-. Murmuró tallándose los ojos con delicadeza mientras me sonreía tierna, para mi ella era como mi hermana, aunque en ocasiones me mostraba un tanto maternal con ella. Yess vive sola desde los 15 años, sabe muy bien lo que es trabajar desde pequeña a pesar de que tiene suficiente dinero como para vivir con lujos y comodidades.
-¿Qué pasa?-. Cuestioné un tanto inquieta.
-Tu novio y tú… ¿Ya son algo formal?-. Dijo bajando la mirada, ella siempre se apena cuando habla de mi vida privada porque es muy respetuosa, pero yo siempre le digo que ambas nos debemos de tener confianza, nos tenemos la una a la otra.
-¿Dices que si lo amo, no es así?-. Respondí alzando una ceja.
-Exacto-. Asintió sonrojada mientras se paraba de un brinco del taburete de la cocina por su celular que vibraba en su bolsillo trasero.
-Yess… yo no quiero que me hiera, si se va no sé qué pasaría, no sé si mi corazón lo soporte, hay tantas cosas que siento por él, que creo que ni la palabra amor es suficiente para describirlo. Es todo para mí-. Susurré casi inaudiblemente, a lo que Yess abrió los ojos como platos y dio unos pequeños saltitos.
-El amor cuando es sincero no hiere Rom, no es cierto lo que dicen que el amor duele y no es así; verás que todo pasará para bien, ten ánimo hermosa-. Me incentivo mi amiga, como siempre con una palabra de aliento.
-Ahora, apúrate que es hora de arreglarnos nuestros galanes no tardan en llegar, y no pienso dejar que nos vean en estas fachas, ¿o sí?-. Sonrió burlona, mientras yo me levantaba mirándola juguetona mientras corría a perseguirla por todo el piso, cuando creí ya no alcanzarla Yess derrapó y cayó sobre su cama dejándome la oportunidad perfecta para darle un ataque de cosquillas, provocando un sonrojo de parte de ambas por tanto reír y con lágrimas corriendo por nuestras mejillas.
-Hay mi querida amiga, que fue hecha por un buen polvo de tus padres-. Rió con ganas mientras yo la miraba risueña.
-Bipolar-. Le dije dándole un codazo en las costillas en son amistoso.
-Ok, me iré a bañar antes de que me hagas algo, guarda energías para tu cita cariño-. Dijo brincando de la cama mientras corría al baño y echaba el pestillo a la puerta.
En lo que mi amiga salía del baño, rebusqué en el closet un conjunto para mi cita, terminé por escoger un vestido rosa palo, con la espalda descubierta únicamente con una fina tela transparente a tono del resto del vestido, el frente tenía un escote en “U” dejando lucir toda la extensión de mi cuello, toda la tela se ceñía perfectamente a mi cuerpo como un guante y para rematar la ocasión me pondría unos zapatos Gucci color rosa con pequeñas piedras de Swarovski haciendo una fina correa que envolvía mis dedos.
-Uff, tu hombre de desmayará al verte amiga-. Sonrío Yess cuando ya estaba lista, mientras yo le entregaba sus zapatos Prada, su marca favorita.
-Oye por cierto, ya me arreglaste a mí y tú aún no te duchas, apresúrate, te quiero mucho hermana, cuídate y que todo vaya bien-. Dijo mientras salía dando saltitos por la puerta, sonreí mientras me metía al baño para darme una rápida ducha de agua tibia, sabía que si me bañaba con agua caliente duraría demasiado y luego se me haría tarde, cuando menos pensé llevaba media hora adentro de la ducha, por lo que salí me envolví en una toalla y tomé un conjunto de lencería que mi amiga me había dejado sobre el espejo del baño con una notita:
¡Hey hermosa!,
Hoy es un día especial, sabes que tú siempre me sorprendes pero hoy yo también tenía listo algo para ti, en tu cama te dejo otro pequeño obsequio, al igual que este de diseñador.
Muchos abrazos.
Yess*.*
Salí a mi habitación rebuscando que es lo que me habría dejado mi amiga, cuando miré mi cama me fije en un juego de llaves de un Audi, no reconocí el colgante por lo que me asomé por la ventana viendo un gran Audi último modelo color rojo champagne, maravillada con los ojos rasados de lágrimas me dirigí a mi silla de estética, me maquillé suavemente y cambié.
-¡Toc, toc!-. Sonaron unos golpes sobre la puerta, con el solo sonido supe de quien se trataba por lo que mi corazón comenzó a latir emocionado, hoy me armaría de valor y le diría lo que realmente siento a Jassper, ahora solo espero no sea demasiado pronto.
-¡Hola!-. Salude efusiva, mientras mi novio me tomaba en brazos y daba vueltas conmigo.
-¿Cómo estas mi querida Kalisti?-. Sonreí por la manera en la que Jazz pronunció mi nombre con vehemencia, pasión….
-Mejor ahora que estas aquí-. Susurré cerca de su oído, mientras que notaba como él pasaba saliva con la respiración un tanto agitada debido a la cercanía, de poco en poco nuestros rostros se fueron acercando hasta que quedamos a unos escasos milímetros, sus ojos me pedían permiso de lo que iba a pasar a continuación a lo que yo solo pude asentir levemente…
Su frente se recargó en la mía,  y debido a mi estatura sus ojos quedaron arriba de los míos notaba como ardían entre deseo y amor, bobamente suspire dando el momento preciso para que nuestras bocas se unieran en un beso lento y respetuoso que de poco en poco comenzó a subir de nivel, hasta que sentí que mis pulmones reclamaban la falta de oxigeno y el resto de mi cuerpo ardía en llamas; agitados nos separamos y sonreímos con complicidad, Jazz me tendió su brazo que yo gustosa acepté y caminamos con cuidado hasta su BMW.
-Perdona-. Murmuró Jassper de repente, a lo que yo lo miré confusa.
-¿Por qué?-. Inquirí aún sin comprender la disculpa.
-Eres una dama y el beso que te di  y a donde te llevaré a cenar, no quiero que te ofendan o sientas que te falté al respeto-. Dijo cabizbajo, a lo que yo lo miré lleno de ternura y mi boca sin previo aviso ni permiso, habló lo que había acallado por semanas:
-Jassper, tú eres la persona más gentil y caballerosa que eh conocido jamás, en ningún momento me has faltado al respeto, siempre me estás cuidando de una manera tan dulce… Cuando estoy contigo es como estar completa, sabes que decir en qué momento y la manera de hacerlo, alguien que fácilmente aprendí a amar-. Mi tono conforme avanzaba la oración iba disminuyendo, para cuando llegamos a la palabra “amar” a duras penas yo misma me escuché, pero debido al silencio que había en la carretera y que no traíamos la radio encendida, mi novio lo escuchó claramente.
Me miró y aparcó el coche en una orilla de la carretera, me miró con los ojos brillosos y con toda la devoción y cuidado, deposito un casto beso sobre mi coronilla, no necesito más para hacer entender esto, que sin palabras tan solo con miradas y gestos se decía… ese te amo que se acalla entre caricias.
-¿Dónde cenaremos?-. Pregunté cuando el coche reanudó la marcha y noté como la ciudad comenzaba a quedar atrás.
-Preparé una cena especial en mi casa, espero te agrade la idea. Claro si no quieres pod…-. Corté a media frase a Jazz poniéndole un dedo sobre los labios, mientras decía:
-Claro que quiero, nunca eh probado un guiso tuyo-.Sonreí abiertamente, la noche aún no caía completamente pero la hora del crepúsculo ya estaba presente y los tonos rosas, violetas, azules y amarillos ya inundaban todo el paisaje dándole un toque mágico al trayecto.
Mi pecho sentía un peso menos ahora que me sabía correspondida, sencillamente todo era miel sobre hojuelas.
Al poco rato una casa de estilo colonial se mostraba ante mí, los finos acabados del porche junto la luz de vela que a lo lejos brillaba daban la bienvenida a una casa que desbordaba calor hogareño.
-Tienes una casa preciosa-. Dije maravillada mientras miraba con detalle cada cosa que mis ojos podían alcanzar a percibir en la distancia que nos encontrábamos, en unos minutos ya estábamos a fuera de la puerta y un delicioso aroma a lasaña vegetariana y clericot inundaban el aire.
-Gracias, pero no asemeja ni por asomo tu beldad-. Sonrío deslumbrante, a lo que sentí que mis piernas se volvían de espuma sin poderme levantar de mi asiento, un sonrojo inundó mis mejillas y Jazz me ayudó a bajar del coche, ambos caminamos tomados de la mano hasta el comedor el cual  tenía varios jarrones de rosas rojas y blancas y velas aromáticas por doquier.
La cena pasó rápido y bastante amena, con Jazz podía hablar de todo, sabía que él jamás se escandalizaría o me juzgaría a la ligera, era como si pudiera ser completamente yo misma sin temor a ser dañada.
-Ven te tengo una sorpresa-. Dijo una vez que terminamos el postre, se levantó me ayudó a recorrer mi silla y me tomó de la mano llevándome hasta la sala donde nos esperaban unos cómodos sofás de cuero negro con una guitarra recargada a su lado y el fuego de la chimenea dándole una luz ambarina al lugar.
Por la ventana entraba de lleno la luz de la luna que a estas horas ya estaba en su punto más alto, rodeada de las estrellas que brillaban de una manera única y especial.
Me senté al centro de la sala sobre el tapete cerca del fuego, mientras estiraba una mano para tomar un almohadón para recargar mi espalda levemente, Jazz caminó lentamente hacia su guitarra y cuando volvió a alzar la vista se quedó quieto durante unos instantes mirando todo como si jamás hubiera visto nada de lo que ahí se encontraba… tras unos segundo caminó hacia mí con una sonrisa cautivadora me besó en la mejilla, recorriendo su camino de besos hasta llegar a mi oído donde susurro:
-Es el paisaje más perfecto que he visto jamás-. Dijo mientras tomaba mi mano y me jalaba hasta su regazo, donde mi cabeza quedó sobre su pecho, el lugar perfecto para escuchar su corazón, nos quedamos así cayados, abrazados unos instantes no hacía falta rellenar el silencio.
Cuando me reincorporé un poco para poder mirar la chimenea, Jassper tomó su guitarra y comenzó a cantar:
Déjame ser tu héroe…
              
¿Tu bailarías si yo te pidiera bailar?,
¿Correrías sin nunca mirar atrás?,
¿Llorarías si me ves llorar?,
Podrías salvar mi alma esta noche…

¿Temblarías si toco tus labios?,
¿Reirías?,
Por favor dime esto…
¿Morirías por la única persona que has amado?,
Envuélveme en tus brazos esta noche…

Yo puedo ser tu héroe,
Puedo besar lejos del dolor,
Puedo estar a tu lado por siempre
Y tú podrás robar mi aliento…

¿Me podrías jurar que siempre serás mía?,
¿Mentirías?,
¿Correrías lejos?...

¿Es que ya me hundí en lo profundo?,
¿Es que ya perdí la mente?,
No importa, tú estas aquí esta noche…
Yo puedo ser tu héroe,
Puedo besar lejos del dolor,
Puedo estar a tu lado por siempre
Y tú podrás robar mi aliento…

Yo sólo quiero tenerte,
Yo sólo quiero tenerte…

¿Es que ya me hundí en lo profundo?,
¿Es que ya perdí la mente?,
No importa, tú estas aquí esta noche…

Yo puedo ser tu héroe,
Puedo besar lejos del dolor,
Puedo estar a tu lado por siempre
Y tú podrás robar mi aliento…

Yo puedo ser tu héroe,
Puedo besar lejos del dolor,
Puedo estar a tu lado por siempre
Y tú podrás robar mi aliento…

Yo podría ser tu héroe…-. Cuando terminó de cantar y sus manos tocaron el último acorde lágrimas de alegría comenzaron a descender por todo mi rostro, tomé el cuello de la camisa de Jassper y lo jalé hasta mi, pasé mis manos por su nuca y besé dulcemente sus labios, ambos de poco a poco profundizamos el beso, el quitó la guitarra de su regazo poniéndome a mi rápidamente en él, sus brazos rodearon mi cintura estrechándome en su cuerpo, nuestras respiraciones se comenzaron a agitar y sentí que era el momento adecuado para repetir aquellas palabras que tal vez no fueran lo suficientemente fuertes pero eran las más descriptivas…
-Te amo-. Sus ojos se conectaron con los míos y lo vi venir y decidí no detenerlo, dejé que el momento siguiera creciendo y siguiendo su curso, los besos aumentaron de poco en poco hasta que Jazz quedó sobre de mi apoyándose en sus codos a cada lado mío, sin cargarme ni un solo kilo de su peso, sus manos recorrían dulces mi cabello con ternura mientras que las mías acariciaban su rostro grabando el momento.
Unos minutos más tarde estábamos en su habitación,  nuestra ropa había desaparecido y ambos nos mirábamos el uno al otro con dulzura y pasión, los besos profundos, sus brazos rodeándome, nuestra respiración agitada… sus manos que respetuosas únicamente delineaban mi silueta… hasta que de poco en poco llegaron a mi última prenda, la cual bajaron delicadamente, apenas me rozó y en mi cuerpo ya sentía un estallido de sensaciones.
Poco a poco se acercó a mí, mi nuevo inquilino pidió permiso para ingresar, una de sus piernas abrió las mías y de poco en poco se adentro profundamente, hasta que la barrera de mi cuerpo se hizo presente… Jazz me miró maravillado y yo sin aliento gesticulé un siempre seré tuya, con sumo cuidado se deslizó aun más… el dolor llenó por unos instantes mi sistema causando que una pequeña lágrima saliera de mis ojos, él me miró y con mucho amor limpió mi lágrima con un beso… al poco rato otra sensación arrasó por completo, mis piernas lo rodearon y comenzamos una danza acompasada, cautivadora… magistral, era como bailar un tango apasionado y amoroso a la vez, estábamos entregándonos por completo y sin duda no me arrepentiría.
El final llegaba, mi cuerpo con pequeños temblores lo avisaba mientras me estrechaba, los últimos pasos de este baile llegaron, llevándonos a ambos al cielo… nuestro cielo.
-¡Te amo!-. Gritamos a la par cuando el placer inundó nuestro sistema, mientras que Jassper caía agotado sobre mi pecho conmigo en mismas condiciones, ninguno se movió por un buen rato… estábamos completos por fin.
Lo último que sentí fue el rozar suave de las sábanas mientras me cubría, cayendo en un profundo y dulce sueño, resguardada en unos brazos que por siempre iba a recordar…
Yo puedo ser tu héroe,
Puedo besar lejos del dolor,
Puedo estar a tu lado por siempre
Y tú podrás robar mi aliento…

Yo puedo ser tu héroe,
Puedo besar lejos del dolor,
Puedo estar a tu lado por siempre
Y tú podrás robar mi aliento…

Yo podría ser tu héroe...


**************************************************************
Chicas capítulo 1 de esta misteriosa e intrigante historia :D Estoy muy emocionada, al igual que mi querida Yess, aunque sea con hermosas letras llenas de sentimiento, hacemos nuestro sueño realidad :D Espero que os guste el transcurso de la historia, lo hacemos con el corazón en la mano y espero que valoréis el esfuerzo y el trabajo que hacemos al escribirla ;)
Simplemente.... ESTOY EMOCIONADA POR ESTA HISTORIA :D
El siguiente capítulo lo subiré el jueves que viene, ése será el día de publicación del fic, de momento, uniremos los capítulos en 1, en vez de escribir uno Yess y otro yo. Así que, espero muchos comentarios para mi querida amiga Yess, se lo merece, ha escrito Lemmon, gracias a mí y se lo agradezco en el alma :D Te quiero mucho hermosa!!!
Romiina^.^




2 comentarios:

  1. ¿Qué decir que no haya dicho antes?, quedó de fabula rommi, ambas nos esforzamos bastante en realizar cada capi, espero lo disfruten y se unan a este sueño con tantos toques intrigantes :D.

    Un millón de abrazos amiga y sabes que me encanta como escribes, siempre me arrebatas una sonrisa y me iluminas el corazón.
    Besos.

    Yess*.*

    ResponderEliminar
  2. Romi y Yess un capitulo magistral. Me encanto de principio a fin. Tienen un talento hermosisimo. La historia promete mucho y siempre me tendran por aqui. Les deseo mucho éxito y un hermoso fin de semana. Un abrazo!!!!

    PD: Disculpen la tardanza, pero estamos pintando en mi casa y se me hace a veces imposible conectarme.

    ResponderEliminar

*..Diosas del Crepúsculo..*