jueves, 31 de mayo de 2012

INOLVIDABLE


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Capítulo 27: Tragedia…

Bella pov.

A pesar de haberme divertido muchísimo comiendo con Rose y Eleazar, no podía evitar pensar en la horrible conversación entre esa odiosa y yo…
-¿En qué piensas?- dijo Eleazar mientras abría la puerta del enorme edificio donde trabajábamos.
-En… en nada- puse mi mejor cara sonriente, pero Eleazar arqueó una ceja.
En estos momentos odiaba que Eleazar me conociera tan bien…
-Buenas tardes- dijo de nuevo la monótona voz de Bárbara.
-Buenas tardes- dijimos los dos al unísono.
Eleazar puso su mano en mi espalda baja y avanzamos hacia el ascensor.
-Venga, cuéntamelo, te veo demasiado pensativa- dijo a la vez que pulsaba el botón del ascensor- ¿Problemas con Edward?
-No, de momento tengo que decir que no hemos tenido ningún tipo de enfrentamientos- le dije mientras entraba en el cubículo del ascensor.
-Me alegro- me sonrió y pulsó el botón del último piso, donde se encontraban nuestros despachos- Entonces… ¿en qué piensas?
-No ha sido mi mejor día que digamos…
-¡Venga ya!- dijo dándome un golpe en el brazo cariñosamente- Si has puesto en su lugar al puto becario, eso es digno de celebrar- involuntariamente mi boca se curvo en una sonrisa y Eleazar asintió satisfecho.
-Supongo que eso ha sido un punto a favor, pero no me siento feliz del todo…- joder… ¿Por qué carajo había tenido que decirlo?
Eleazar me miró más detenidamente y me abrazó de inmediato a la vez que la campana del ascensor anunciaba que habíamos llegado a nuestro destino.
-Vamos- le dije separándome de él y saliendo del ascensor.
No había ni rastro de Ángela, por lo que supuse que estaría en su hora se descanso, así que entré directamente a mi despacho.
-Bella no quiero que pienses en esa mujer- los dos entramos en mi despacho- Sabes que tu estado interfiere en el bebé y no quiero que tengas a mi ahijado con tres meses, o ¿si?- dijo mientras se le formaba una sonrisa en sus labios.
-Tienes razón, esa tía no se merece que le haga caso- susurré y en ese momento sonó mi móvil.
-Te dejo a solas, después vendré- me besó en la frente y salió de mi despacho con su típico andar tranquilo.
Miré la pantalla de mi móvil y sonreí como una idiota al ver quién me llamaba…
-Hola mi amor- le dije con una sonrisa aunque él no me viera.
-Hola princesa, ¿cómo estás?
-Ahora mejor que estoy hablando contigo- sonreí de nuevo y pude escuchar su risa.
-Me alegro, ¿cómo te está yendo el día?
-Bien, muy bien- hice una pausa, no quería que me notara rara de nuevo- He comido con Rose y Eleazar- le dije cambiando de tema.
-¿Si? ¿Cómo está mi querida cuñada?- solté una risilla ante la ironía de sus palabras.
-No seas malo- él soltó una carcajada- Está muy bien, muy embarazada como yo.
-Jajaja, si, me la puedo imaginar.
-¿Y cómo te va a ti el día?
-Puf… estoy totalmente agotado preciosa- susurró- Ha habido muchas urgencias y he tenido que atender a algunos pacientes de Carmen, al parecer está enferma- mi corazón se saltó un latido…
¿Qué le pasaba a Carmen? Ella jamás faltaba a su trabajo…
-¿Qué le pasa a Carmen?
-No te preocupes, no es nada importante- me tranquilizó- Al parecer a cogido una buena gripe.
-Vaya…- en ese momento me acordé de algo- Doctor sexy Cullen- mi hombre soltó una carcajada- ¿Tú ahora haciendo de ginecólogo?
-Soy médico para todo, nena- susurró con voz caliente y mi tanga comenzó a mojarse involuntariamente.
-Ah… no me hace gracia que le veas las partes íntimas a otras mujeres… tendrán un incentivo para atacarte- susurré con voz molesta.
-Me encantas que te pongas celosa- de nuevo noté su voz más ronca de lo normal…- Y no seas tonta, sólo les estoy tomando la tensión, recetándoles vitaminas prenatales y mandarlas al laboratorio para que se hagan unos análisis, nada más- me aclaró y yo suspiré de alivio.
 -Eso suena mejor- escuché su sexy risa.
-Más bien el que debería de estar celoso soy yo- me recordó- Allí hay muchos galanes sueltos buscando una preciosa dama- sonreí ante su descripción de los siglos XV o XVI…
-Pues la preciosa dama sólo tiene ojos para su príncipe azul, mi amor- solté una carcajada y él me siguió.
-Eso espero, no quiero tener que empuñar mi espada…- de nuevo solté una carcajada.
-Me encantaría verte con una de esas blusas de época pegada a tu torso sudado…- definitivamente mi tanga estaba empapado…
Joder…
Como siguiera con esta conversación teníamos un problema y un problema grave además…
-Bella tengo que colgar- sentí su voz ahogada- Después nos vemos preciosa.
-Vale, te amo mi vida- decidí no ser mala… ya bastante había tenido…
-Te amo- y colgó, una sonrisa involuntaria se formó en mis labios.
Dios como lo amaba…
Me sentía fatal por ocultarle algo tan importante como que su ex había regresado a nuestras vidas, pero por nada del mundo lo preocuparía, jamás…
Miré los bocetos encima de mi mesa y comencé a continuarlos por donde los había dejado esta mañana.
Así pasé las siguientes horas, dibujando y con llamadas por parte de Ángela para informarme de un evento que se celebraría dentro de dos semanas organizado por el señor Andrew y demás…
-Ángela entra a mi despacho- le dije exasperada por tantas llamadas, aclararía esto en persona. Miré el reloj.
Eran las siete de la tarde…
Joder… la tarde se me había pasado volando…
-¿Se puede?- dijo Ángela abriendo la puerta de mi despacho.
-Pasa.
-Señora Bella, dice el señor Andrew que será en el Hotel Hilton.
-Muy bien, ¿a qué hora sería?
-A las nueve de la noche- lo miró en su agenda personal.
-Vale, ¿qué se supone que se expondrá?
-Se expondrá el nuevo proyecto que usted está realizando ahora mismo- me sonrió- Estarán todos los socios del señor Andrew y algunos de sus clientes más allegados, será como un anzuelo para atrapar a nuevos compradores- me miró feliz a través de sus gafas de pasta.
-Estupendo, lo que suponía- le sonreí- Por lo que tengo que tener esto lirto- apunté a mis bocetos- Antes de dos semanas- ella asintió y decidí algo, su compañía me ayudaría totalmente en ese evento- Quiero que vengas Ángela.
-¿Yo? ¿Por qué?- hizo una pausa- Es decir… ¿para qué quieres que vaya?- sonreí de nuevo ante su nerviosismo.
-Es sencillo, los futuros compradores querrán información sobre el arquitecto que realice sus obras- hice una pausa ante su atenta mirada- Tú le facilitarás toda esa información.
-Es... está bien- dijo no muy convencida.
-No te preocupes, no será la primera vez que me acompañe mi secretaria.
En ese momento se escucharon golpes en la puerta de mi despacho y las dos nos giramos a la puerta.
-Pase- dije sin saber quién era y tuve que haberme tragado la lengua cuando vi el cabrón de James acercarse con sutileza- ¿Qué quieres?
-Entregarle esto- dijo levantando los documentos que yo le había entregado esta mañana.
-Muy bien- miré a Ángela- Ángela puedes irte, cualquier cosa me avisas, ¿ok?
-Muy bien señora Bella- me sonrió y se levantó.
Cuando salió Ángela de mi despacho, miré a James con cinismo.
Me levanté y me dirigí hacia su asquerosa persona.
-Vaya… te has retrasado diez minutos- le tendí mi mano para que me diera los papeles, pero en vez de eso, su asquerosa mano cogió la mía rápidamente- Suéltame- le rugí y él me sonrió con vacilación.
-Tienes una piel tan suave…- susurró acercando mi mano a su boca y yo me deshice de su asqueroso agarre.
-Ésta será la primera y última vez que me toques- le dije con odio y él sonrió más- Eres… eres…- no tenía ni calificativos para describirle.
-Soy irresistible… lo sé- dijo totalmente convencido y de nuevo avanzó hacia mí.
Yo retrocedí involuntariamente y mis piernas tocaron el filo de la gruesa mesa.
-No me temblará el pulso si tengo que echarte a patatas como una rata asquerosa de aquí- le advertí y de nuevo su sonrisa estaba pintada en su fría cara.
-No será necesario…- su voz era escalofriante… Se acercó más a mí y ahora sí que podía oler su asqueroso aliento- Vamos, no me digas que no te gusto- miró mis ojos y luego mi boca- Esas miradas de odio y esa voz dura me pone demasiado…- sonrió de nuevo- No eres más que una zorra.
Todo pasó demasiado deprisa, sus sucias manos atraparon mi cintura con fuerza y su asquerosa boca se posó en la mía con rapidez y habilidad.
Mis manos se dirigieron a su cara y le arañé en ambas mejillas, varias lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas…
-Por favor…- le dije recordando a mi pequeño hijo y su mirada fue fría, muy fría…
En ese momento alguien entró a mi despacho y pude ver a James tirado en el suelo, en un segundo, agarrándose el estómago con dolor.
Mis ojos no captaban bien quién era a causa de las lágrimas, pero su olor impregnó mi nariz de lleno.
-Preciosa, ¿estás bien?- me dijo Edward cogiendo mi cara con ambas manos.
-S… si- gruesas lágrimas rodaron por mis mejillas y Edward me besó en la frente.
-¿Qué ha pasado aquí?- dijo la voz histérica de Eleazar- Tú, ven aquí hijo de puta- vi como agarraba a James por la camisa y lo sacaba a patadas de mi despacho.
-Shhh, tranquila princesa, ahora estás a salvo- Edward me abrazó y puso mi cara en su pecho.
No sé cuánto tiempo estuvimos así, pero se me hizo demasiado rápido…
-Edward no me dejes, por favor- sollocé y mis manos se dirigieron a mi vientre, apretando a mi hijo con dulzura- Mi bebé…- sollocé más fuerte y Edward se separó de mí de inmediato.
-¿Te ha hecho algo más?- capté mi atención en sus ojos y éstos eran fríos, sin vida…
-N… no- negué y Edward suspiró de alivio.
-Bella tenemos que ir al hospital a que te revisen- sus manos se dirigieron a mi vientre y lo acarició con dulzura, pude sentirlas temblorosas…- Dime, ¿te duele algo?
-No- por fin mi voz había vuelto a mi garganta.
-Vamos- me abrazó y cogió mi bolso.
-Bella, ¿estás bien pequeña?- Eleazar se acercó a nosotros para abrazarme, pero Edward no le dejó espacio- Dime, ¿qué te ha hecho ese hijo de puta?
-Na… nada, me agarró con mucha fuerza y me besó de la misma forma- sollocé de nuevo y Edward me besó en la frente.
-Lo mataré- susurró Edward y yo me estremecí.
-No será necesario, ahora vendrá la policía y lo detendrá por intento de abuso sexual, de eso estate totalmente seguro- demandó Eleazar y me cogió ambas manos- Preciosa, mejórate, no vengas más por aquí, no hace falta, sabes que dibujar lo puedes hacer en tu casa, más tranquila- me sonrió y me besó en la mejilla.
-Vale- fue lo único que pude decir y él me besó en la mano y desapareció de mi despacho.
-Mi vida, vamos, tenemos que ver si estáis completamente bien- susurró y avanzamos hacia el ascensor.
-Señora Bella, ¿se encuentra bien?- susurró la voz apenada de Ángela.
-Si, no te preocupes- contestó Edward por mí y yo seguí con mi mirada gacha.
No le habría pasado nada a mi bebé, ¿verdad?
Me moriría si algo le pasase a mi bebé, lo juro, no podría con eso…
Maldito James, maldito millones de veces, lo odiaba, lo odiaba con toda mi alma.
Más lágrimas rodaron por mis mejillas y ni siquiera me di cuenta de que habíamos llegado al Volvo y que Edward me ponía el cinturón de seguridad con cuidado.
-Tranquila- me dijo cuando vio mi pecho subir y bajar con violencia- No es bueno para el bebé, princesa, relájate-me miró con esos ojos verdes que tanto amaba y lo abracé, lo abracé como si mi vida dependiera de ello y la verdad era que así era…
-Edward, dime que no le ha pasado nada, por favor- sollocé y Edward me apretó más fuertemente.
-Te prometo que no le ha pasado nada- susurró y se separó de mí para cerrar la puerta y subirse por el lado del conductor.
Pude sentir cómo Edward hablaba con alguien por teléfono, pero no cogí si quiera un “si”… tan sólo pude sentir la cálida mano de Edward sobre la mía, que estaba apoyada en el bultito que era mi vientre…
El camino se me hizo salado, lento y tortuoso… a pesar de las palabras de apoyo de Edward y de intentar tranquilizarme por todos los medios, no pude relajarme si quiera un poquito…
Sentí los fuertes brazos de Edward cogerme por la cintura y soportar todo mi peso en su cuerpo, para ayudarme a salir del Volvo.
-¡¡Edward!! ¡¡Bella!! ¿Qué ha pasado?- escuché la voz de Carliste y sollocé aún más, mi cuerpo estaba temblando fuertemente.
-Papá- susurró abatido Edward- Necesito que le pongas el sedante- dijo sin más y pude ver el cuerpo de Carliste moverse con rapidez.
-¿Sedante?- dije aterrada y Edward me apretó más contra su cuerpo.
-No te preocupes mi vida, tienes que relajarte de alguna manera- fue lo último que escuché antes de sentir un pinchazo y notar mi cuerpo lacio, tan lacio como una hoja de papel…

Edward pov.

Terminé de comer a las 5 de la tarde... hoy había sido un día demasiado largo y duro...
Decidí llamar a mi preciosa esposa.
-Hola mi amor- me contestó mi preciosa mujer.
-Hola princesa, ¿cómo estás?
-Ahora mejor que estoy hablando contigo- sonreí como un idiota aunque no me viera.
-Me alegro, ¿cómo te está yendo el día?- estaba ansioso por verla, no podía soportar tanto tiempo lejos de ella…
-Bien, muy bien- noté su voz cansado y triste- He comido con Rose y Eleazar- me dijo cambiando de tema radicalmente, decidí seguirle para que no se sintiera forzada a contármelo, ya lo haría…
Lo que menos quería era agobiarla por mis suposiciones…
-¿Si? ¿Cómo está mi querida cuñada?- escuché su musical risa.
-No seas malo- no pude más que soltar una carcajada- Está muy bien, muy embarazada como yo.
Sonreí como un completo idiota al escuchar eso… cuánto la amaba y cuánto me gustaba cuando decía que estaba embarazada, era algo superior a mí.
-Jajaja, si, me la puedo imaginar.
-¿Y cómo te va a ti el día?
-Puf… estoy totalmente agotado preciosa- susurré recordando la intensa mañana y parte de la tarde que había tenido- Ha habido muchas urgencias y he tenido que atender a algunos pacientes de Carmen, al parecer está enferma- sentí su silencio.
-¿Qué le pasa a Carmen?- dijo preocupada y yo me golpeé mentalmente por ser tan idiota y habérselo contado.
-No te preocupes, no es nada importante- le tranquilicé- Al parecer a cogido una buena gripe.
-Vaya…- su voz ahora era más tranquila- Doctor sexy Cullen- solté otra carcajada, Bella era imposible…- ¿Tú ahora haciendo de ginecólogo?
-Soy médico para todo, nena- susurré con voz demasiada ronca…
-Ah… no me hace gracia que le veas las partes íntimas a otras mujeres… tendrán un incentivo para atacarte- susurró molesta y tuve que sonreír.
-Me encantas que te pongas celosa- mi voz ahora sí que estaba más ronca de lo normal… me estaba poniendo malo con tan sólo esas palabras…- Y no seas tonta, sólo les estoy tomando la tensión, recetándoles vitaminas prenatales y mandarlas al laboratorio para que se hagan unos análisis, nada más- le aclaré y pude escuchar su suspiro de alivio.
 -Eso suena mejor- solté de nuevo una carcajada.
-Más bien el que debería de estar celoso soy yo- le recordé pensando en todos los gilipollas que trabajaban en su empresa- Allí hay muchos galanes sueltos buscando una preciosa dama- le dije de manera educada.
-Pues la preciosa dama sólo tiene ojos para su príncipe azul, mi amor-escuché su hermosa risa y yo la seguí de inmediato.
-Eso espero, no quiero tener que empuñar mi espada…- soltó una nueva carcajada y mi pecho se infló por ser testigo de tan hermoso sonido.
-Me encantaría verte con una de esas blusas de época pegada a tu torso sudado…- su voz estaba excitada… desde el teléfono podía reconocer esa voz que tanto me gustaba…
Tenía que colgar en este momento si no quería una conversación erótica por teléfono o lo que es peor… sexo telefónico…
La primera experiencia fue… puf… no había palabra que lo describiera, pero ahora tenía que ver a unos diez pacientes y no sería muy adecuado por mi parte.
-Bella tengo que colgar- pude sentir mi respiración agitada al igual que mi voz…- Después nos vemos preciosa.
-Vale, te amo mi vida.
-Te amo- le colgué y una sonrisa se formó en mis labios involuntariamente.
Sin duda, era la mujer de mi vida.
La amaba más que a mi propia vida…
A los pocos minutos el primer paciente de mi turno de tarde llamó a la puerta y así fueron pasando los diez pacientes, unos con más problemas que otros, pero sin ninguna complicación…
Cuando terminé con el último, miré el reloj y me sorprendí al darme cuenta que eran casi las siete, faltaban exactamente ocho minutos…
Bien… iría a recoger a mi ángel al trabajo, aunque ella tuviese coche…
No era una excusa lógica, pero tenía ansias de verla.
-¿Ya has terminado, hijo?- me dijo papá cuando estaba saliendo de mi consulta.
-Si, he terminado antes de lo previsto- le sonreí- Voy a recoger a Bella, no puedo estar más tiempo sin verla.
-Me alegro hijo, mañana puedes cogerte el día libre, te lo mereces- le sonreí y avancé hacia él para abrazarle.
-Gracias papá, de verdad que te lo agradezco.
-Vamos, te lo mereces, has trabajado duro- se separó de mí y me sonrió- Además, sé la ansiedad que tienes por estar con tu mujer y tu hijo.
-Si- le sonreí y le di una palmada en el hombro.
Cogí mi maletín con fuerza y me encaminé hacia el Volvo con rapidez, no soportaba más las ganas de ver a mi hermosa esposa.
En diez minutos estuve allí y me subí al ascensor con demasiada rapidez. Llegué a la planta donde se encontraba el despacho de Bella y avancé hacia la mesa de su secretaria.
-Buenas tardes- la chica miró hacia arriba y me sonrió de manera amistosa.
-Buenas tardes, ¿usted es…?- dijo mirándome con detenimiento con sus gafas de pasta.
-Soy el señor Cullen, el marido de la señora Bella- le sonreí y ella me sonrió asintiendo.
-Un gusto señor Cullen, soy Ángela, su secretaria- se presentó formalmente- La señora Bella está dentro del despacho, ¿quiere que le avise?
-No se preocupe, quiero darle una sorpresa, ¿está ocupada?
-Si, está con el becario James.
Con el becario James…
¿Qué? No me gustaba que Bella estuviera con el hijo de puta ese… no me gustaba lo que me había contado Bella de ese tío.
Me acerqué a la puerta sin siquiera decirle nada a Ángela y pude escuchar un “por favor” demasiado dolorido…
¿Qué carajo estaba pasando ahí dentro?
Sin más… abrí la puerta y la escena que me encontré me hirvió la sangre hasta límites insospechados…
Bella estaba intentando zafarse del fuerte agarre que el jodido James le hacía en la cintura, sus labios estaban juntos…
La estaba besando en contra de su voluntad, a mi esposa.
En ese momento lo vi todo rojo y avancé sin ninguna vacilación hacia ese hijo de puta y lo cogí por un brazo y lo golpeé en el estómago con todas mis fuerzas.
-Preciosa, ¿estás bien?- cogí su cara con ambas manos y pude sentir la humedad de sus lágrimas…
Juro que lo mataría, lo mataría si algo le llegara pasar a Bella o a mi hijo.
-S… si- sentí más lágrimas y sólo pude besarla en la frente.
-¿Qué ha pasado aquí?- dijo Eleazar con voz encabronada- Tú, ven aquí hijo de puta- agarró a James por la camisa y lo sacó a patadas del despacho.
Eso es hijo de puta, agradece que estoy con mi esposa… un sollozo demasiado fuerte me sacó de mis pensamientos agrasivos…
-Shhh, tranquila princesa, ahora estás a salvo- le abracé y puse su delicada cara en mi pecho.
Al cabo de los minutos decidí separarme de ella y revisarla, tenía que estar bien…
-Edward no me dejes, por favor- sollozó y sus manos se dirigieron hacia su vientre- Mi bebé…- me separé totalmente de ella y la miré con temor.
-¿Te ha hecho algo más?
Ahora si que estaba totalmente acojonado…
Dios… esto no podía ser posible, ¿verdad?
A mi hijo no le había pasado nada, ¿verdad?
-N… no- no pude evitar suspirar de alivio.
-Bella tenemos que ir al hospital a que te revisen- en ese momento decidí que iríamos al hospital a hacerle un chequeo completo, ahora mis manos estaban temblorosas por la rabia y me sería imposible hacerle nada. Aun así mis manos se dirigieron a aquel trocito de carne donde estaba mi hijo creciendo…- Dime, ¿te duele algo?
-No- dijo firmemente y suspiré de nuevo.
-Vamos- le abracé y cogí su bolso de encima de la mesa para irnos cuanto antes.
-Bella, ¿estás bien pequeña?- Eleazar se acercó a nosotros, pero yo no me separé de mi esposa ni siquiera un milímetro para que Eleazar pudiera abrazarla- Dime, ¿qué te ha hecho ese hijo de puta?
-Na… nada, me agarró con mucha fuerza y me besó de la misma forma- sollozó nuevamente y yo cerré los ojos a la misma vez que le besaba en la frente.
-Lo mataré- susurré sin callarme más mis pensamientos y su cuerpo se estremeció.
-No será necesario, ahora vendrá la policía y lo detendrá por intento de abuso sexual, de eso estate totalmente seguro- aseguró Eleazar, pero yo no estaba tan seguro y cogió las manos de Bella- Preciosa, mejórate, no vengas más por aquí, no hace falta, sabes que dibujar lo puedes hacer en tu casa, más tranquila- le sonrió y le besó en la mejilla.
-Vale- susurró mi esposa sin vida y se me rompió el alma, Eleazar le besó la mano y desapareció del despacho.
-Mi vida, vamos, tenemos que ver si estáis completamente bien- susurré y avanzamos hacia el ascensor.
-Señora Bella, ¿se encuentra bien?- susurró preocupada Ángela.
-Si, no te preocupes- contesté por Bella y seguimos hacia delante.
Bella estuvo sollozando todo el camino hacia el Volvo, sólo pude asentir a las miradas interrogantes y pena que nos daban y a los saludos hechos en susurros…
Todo el tiempo la estuve sujetando como si mi vida dependiera de ello y es que si a ella le pasaba algo o a mi hijo, yo simplemente me moriría…
No habría vida sin ninguno de ellos dos…
La ayudé a subirse al coche y pude sentir su respiración errática debido a los fuertes sollozos y temblores de su cuerpo.
-Tranquila- su corazón amenazaba con salir de su pecho y eso no era bueno, nada bueno para su salud y la de mi hijo- No es bueno para el bebé, princesa, relájate- la miré y ella se movió para abrazarme efusivamente, como si su vida dependiera de ello.
-Edward, dime que no le ha pasado nada, por favor- sollozó y yo la apreté más contra mi cuerpo.
-Te prometo que no le ha pasado nada- susurré pidiéndole a Dios por la salud de mi hijo…
¿Qué le podía decir? ¿Que tenía un riesgo alto de que le hubiera pasado algo al bebé?
Dios no… no podría con eso.
Decidí llamar a la única persona que podría ayudarme en este momento.
-¿Papá?
-Dime hijo, ¿qué pasa?- mi padre sin duda me conocía demasiado bien…
-Es Bella…
-¿Qué le ha pasado hijo, está bien?- sentí movimiento por su parte.
-No lo sé…- dije derrotado.
-Hijo, tranquilízate, dime dónde estás.
-Voy de camino al hospital- mi mente despertó de este horrible estado de shock y pude hablar…- Prepárame una camilla y una jeringa con un sedante medio- dije sin más y colgué.
Puse mi mano encima de la mano de Bella, que descansaba en su vientre, y me dediqué a prestar un poco de atención a la carretera…
Llegamos en muy poco tiempo gracias a mi alta velocidad y aparqué con rapidez. Me bajé del Volvo y me encaminé inmediatamente hacia la puerta del copiloto.
Ayudé a Bella a bajar del coche y sostuve su cuerpo hasta que llegamos a la puerta del hospital, donde mi padre ya nos esperaba.
-¡¡Edward!! ¡¡Bella!! ¿Qué ha pasado?- la voz de mi padre era de total preocupación, no era para menos, y pude sentir un fuerte sollozo por parte de Bella…
-Papá- susurré totalmente abatido- Necesito que le pongas el sedante- dije seguro de lo que decía y mi padre lo cogió de las manos de una enfermera, que ya lo tenía preparado, y se colocó al lado de Bella.
-¿Sedante?- dijo totalmente aterrada mirándome con los ojos muy abiertos y yo sólo pude apretarla más contra mi cuerpo.
-No te preocupes mi vida, tienes que relajarte de alguna manera-le hice un gesto a mi padre para que le inyectara el jodido líquido en el brazo de Bella y muy pronto, demasiado, sentí su cuerpo desfallecer.
-No te preocupes, debido a su estado es normal que su cuerpo esté más sensible- me recordó y yo asentí dejándola en la camilla con mucha suavidad- ¿Qué le ha pasado?- mi padre le retiró el pelo de la cara y la miró con preocupación.
-Han intentado abusar de ella papá, han intentado abusar de ella- grité y mi padre me abrazó con fuerza para que no me cayera…
-Shh, tienes que tranquilizarte Edward, ahora Bella te necesita más que nunca y no puedes perder los estribos de esta manera, tranquilízate- me dijo mi padre con la misma voz que cuando tenía cinco años… pero tenía toda la razón…
Claro que la tenía…
Bella y mi hijo me necesitaban tranquilo y con la cabeza fría.
-Tienes razón- me tranquilicé y mi padre asintió.
-La llevaremos al área de ginecología, hay que ver a mi nieto cuanto antes- yo asentí- Pero ahora le miraremos todos los niveles a Bella.
No sé cuántas personas había alrededor de nosotros, entre médicos y enfermeras, y me agobié de repente.
-Os podéis marchar, no necesitamos nada más- dije con voz demasiado dura y empujé la camilla con desesperación porque llegáramos a la maldita habitación privada.
-Perdonad, os avisaré si os necesito- escuché a mi padre detrás de mí y rápidamente se puso a mi lado.
Me subí al ascensor con cuidado de no golpear la camilla por ningún lado, esperé a que mi padre entrara y pulsé el botón de la planta de ginecología.
-Lo siento- susurré sin dejar de mirar la cara de mi preciosa esposa, ahora totalmente inmóvil por el sedante…
-No te preocupes, lo entienden perfectamente- me tranquilizó y yo acaricié la mano de Bella.
Llegamos a la dichosa planta y la metimos en la habitación privada de la derecha.
-Iré por el Doctor Thomson- dijo mi padre y lo miré interrogante- Es el nuevo ginecólogo- me aclaró y lo volví a mirar.
-¿Nuevo ginecólogo? Pero si Carmen sólo tiene gripe, ¿no?
-Si, pero sabes las mujeres embarazadas que vienen a este hospital, no podemos estar sin un ginecólogo- yo sólo pude asentir, solamente quería que Bella y mi hijo estuvieran bien.
-Vale, la iré revisando- mi padre asintió y me apretó el hombro en señal de apoyo.
-Ya verás como sólo será un susto, hijo.
Desapareció de la habitación y varias lágrimas rodaron por mis mejillas…
-Dios… Bella tienes que proteger a nuestro hijo, tiene que estar sano…- dije sollozando a la vez que le quitaba la ropa.
Cogí mi estetoscopio y se lo puse a la altura de su corazón, oyendo el suave y rítmico corazón de mi mujer.
-El corazón ahora lo tienes bien, preciosa- le dije como si pudiese escucharme y le besé en la frente.
La incorporé un poco y le puse la camisa del pijama del hospital con delicadeza.
Miré su cuerpo y me maravillé…
Ahora estaba más redondito aún, contorneando su figura ligeramente en curvas pronunciadas y sus pechos estaban enormes ahora. Pero ahora no había nada sexual, ahora todo era adoración y amor.
Le besé en todo el cuerpo y con delicadeza le puse los pantalones del pijama, también del hospital y tenía que decir que hasta con esta horrible ropa, estaba absolutamente preciosa…
Cogí una aguja y un tubo de plástico y le saqué sangre de su brazo para poder analizarla.
Cuando estaba terminando de sacar la aguja de su suave piel, escuché unos golpecitos en la puerta.
-Adelante.
-Hijo, ¿cómo está?- mi padre le acarició la mejilla y sonrió- Está preciosa- yo asentí con una sonrisa por primera vez.
-El corazón tiene un ritmo normal- me giré y cogí el tubo lleno de sangre- Toma, llévalo a laboratorio y que lo examinen- mi padre asintió y cogió el tubo.
-Edward, éste es el señor Thomson- dijo señalando a un hombre de unos treinta y pocos con mirada siniestra.
No me gustó nada el tipo éste, pero mi padre jamás fallaba eligiendo especialistas…
-Mucho gusto, soy el Doctor Edward Cullen- le apreté la mano y él sonrió.
-Si, un gusto- dijo secamente y yo quité mi mano de entre la suya y lo miré con frialdad.
-¿Es su esposa, verdad?- asentí- Muy guapa.
Mi sangre estaba a doscientos grados y éste tío me estaba tocando las pelotas…
-Si, quiero que revise a mi hijo en la mayor brevedad posible- dije cortándole y él asintió sonriente.
-Muy bien- avanzó por la habitación y se puso unos guantes de látex- Veremos a ese niño- dijo con demasiada frialdad y yo miré a mi padre interrogante.
-Es muy bueno Edward- me susurró y yo me puse más cerca de Bella aún.
 El tal Thomson encendió el monitor y cogió el tubo de gel.
Yo le abrí algunos botones de la camisa, no quería que éste tío la tocara bajo ningún concepto y le subí la camisa hasta debajo de sus pechos.
-Muy bien- dijo mirando demasiado tiempo el cuerpo de mi mujer- ¿De cuánto tiempo está?
-Quizás debería de decirlo usted- dije con toda la frialdad.
El tío me miró con recelo pero con una desagradable sonrisa en su rostro.
-Bien… está de 12 semanas y media, ¿no es así?- yo lo miré con sorpresa y él me sonrió más anchamente.
-Vaya… veo que ha mirado el historial de mi mujer- cogí la mano de mi mujer y se la besé- Mejor.
Le puso un poco de gel en su vientre y Bella se movió incómoda.
-Ed… Edward- me llamó con voz pastosa y yo me puse cerca de su cara para que me pudiera ver.
Sus preciosos ojos chocolates estaban apagados, tristes…
Se me partió el corazón de verla así, tan frágil y vulnerable a la vez…
-Estoy aquí preciosa- le besé en la frente y su mano apretó la mía.
-¿Qué estamos haciendo aquí?- su vista se enfocó en el Doctor Thomson y sentí un escalofrío recorrer su cuerpo completamente.
-Vamos a revisar al bebé- le aclaré y su cuerpo se relajó un poco- Éste es el señor Thomson, tu nuevo ginecólogo, de momento…- dije esto último más alto de lo normal.
-Vale- sus ojos se dirigieron al monitor y pudimos escuchar el rítmico y acelerado corazón de mi hijo.
-El bebé tiene un ritmo normal- dijo el Doctor Thomson- Pero…
De repente de calló y Bella y yo dejamos de mirar el monitor para mirarle a él.
-El bebé tiene…- dejó la frase inconclusa y puso cara de pena- El bebé tiene…
Joder… mi mundo se estaba haciendo pedazos cada vez más grandes.
-¡¿Qué le pasa a mi hijo?!- gritó Bella y se incorporó con un poco de mareo por el sedante- ¿Qué carajo le pasa a mi hijo?- su voz destilaba odio y temor a partes iguales…
-Su hijo tiene…- siguió sin decirlo y yo dejé a Bella y lo cogí por el cuello.
-Dime de una puta vez qué tiene mi hijo- le escupí y su cara palideció.
-Doctor Thomson, dinos el estado del bebé, por favor- intervino mi padre y Bella soltó un sonoro sollozo.
-El bebé tiene una deformación grave…- susurró sin aire en su cuerpo debido al agarre que estaban ejerciendo mis manos, cada vez más fuertes…
Un momento…
¿Qué había dicho?
-¿Qué?
-Su hijo tiene una deformación grave, exactamente en su cabeza- dijo tan tranquilo que mi sangre hirvió…
Le golpeé en la cara haciendo que cayera hacia atrás y me desplomé en el suelo, golpeando mis rodillas en su sonoro golpe contra las duras baldosas…
-¡No!- escuché mi mujer y por el rabillo del ojo pude ver a mi mujer cayendo de la camilla…
-¡BELLA!-me levanté sin fuerzas y la cogí en peso para evitar que se diera un golpe contra el suelo.
Ahora todo estaba perdido…
Ahora no tenía motivos para seguir adelante… 


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¡¡¡¡No me matéis por haberlo dejado así!!!!
Pero pienso que de esta manera el capítulo tendrá más misterio e intriga :D
¿Qué creéis que pasará ahora? Odiad con todas vuestras ganas al jodido James, es asqueroso... Si... lo sé, pero esa es su personalidad para mí...
¿Por qué el Doctor Thomson es tan extraño? 
Y sobretodo... ¿querrán seguir adelante con el embarazo después de ésto?
Dios... todo esto es muy triste... pero tenía que meter algo de cizaña al fic :D
Espero, como siempre, que os guste ;)
Este capítulo va dedicado a tod@s mis querid@s lectores!!!
¡¡GRACIAS POR SEGUIR LEYENDO Y VISITANDO EL BLOG, OS TENGO QUE AGRADECER DE TODO CORAZÓN POR ELLO!!
Un besote enorme para tod@s,
Romiina^.^




3 comentarios:

  1. Ohh pero que me haz dejado picada, intrigada y hasta angustiada!! que pasarà!!???, wow... nena realmente tienes talento para crear empatìa con los personajes y hacernos sentir rabia con el maldito de James... (con ganas de hecharle toda la guardia vulturi!) =(.

    Realmente tienes un talento exquisito para escribir, jamàs me cansarè de decirte lo bien que se te da escribir, lo mucho que me encanta y lo mucho que necesito de tus fics!!1 me encantaaaann :D.
    Te quiero muchìsimo hermosa,
    Besos y abrazos para ti mi hermanita.

    Yess*.*

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  2. Romina: joder como me dejas con un capitúlo así, que tristeza van a perder a su bebe, por ese estúpido de James no que malo,y ese Thomson es un HP (como se dice en mi tierra) como se comporta así, debe ser amigo de Tania. Nena escribes también que de cuajo as acabado con toda la felicidad, ya no hace falta que Tanya haga algo. Quede en suspenso para el próximo favor no demores si?.
    Besos Nena.

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  3. Romi me has dejado de una pieza. Me ha sorprendido muchísimo que el bebe de Bella y Edward venga con problemas. El doctor nuevo estará siendo sincero con ellos, porque no me imagino que Carmen jugara con la salud del bebe y ella todo el tiempo les dijo que estaba bien. No me convense el doctor nuevo. Espero todo siga bien con el bebe, lo bueno es que ambos se apoyan y cuidan. Ansiosa por más, saludos!!!

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*..Diosas del Crepúsculo..*