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Capítulo
26: Te odio.
Bella pov.
Era Tanya…
¿Qué hacía
ella aquí?
Inmediatamente
mis manos fueron hacia mi vientre…
-¿Qué haces
aquí?- juro que no sé de dónde saqué la voz…
No es que
le tuviera miedo, en absoluto, pero si tenía miedo de que a mi bebé le pasase algo,
eso simplemente no podía ser posible.
-¿Tú qué
crees?- dijo con una cínica sonrisa y ahí fue cuándo me di cuenta…
No estaba
embarazada ya… pero si mis cálculos no fallaban… tendría que estar de siete
meses al menos, eso era ya una barriga importante… pero no… allí estaba con su
escultural cuerpo de nuevo…
-No tienes
nada que hacer aquí- dije con voz dura y apreté más mis manos a mi vientre.
-Vaya… ¿y
tú si?- dijo acercándose y yo inmediatamente di un paso hacia atrás- Oh, no me
tengas miedo, no te haré nada… de momento…- dijo con voz maquiavélica… me
estaba recordando profundamente a un asesino diciendo sus últimas palabras a su
víctima…
Mi cuerpo
se estremeció involuntariamente.
-Vete, no
tienes nada que hacer aquí.
-Te
equivocas… verás… por culpa de tu adorable Edward- dijo con voz melosa- Perdí a
mi bebé…- no tenía ni pizca de tristeza… de verdad que era mala… ¿cómo podía
decir que había sido culpa de Edward?- Pero bueno… eso ya pasó… vengo a decirte
que pagarás por todo lo que me has hecho sufrir, si no fuese por tu
insignificante presencia ahora yo estaría con Edward riéndome de lo lindo a su
costa…- dijo de nuevo con esa sonrisa que tan amarga se me estaba haciendo…
-Si fuese
tan insignificante, Edward no se hubiera quedado conmigo, ¿no crees?- la enfrenté,
estaba harta de sus sucios juegos…- Y dudo mucho que tu juego hubiera durado
mucho, Edward es demasiado inteligente.
Ella me
miró con cara de odio profundo y dio un paso hacia mí, yo retrocedí uno y mi
espalda chocó con la puerta de mi casa…
-Escúchame
bien pedazo de puta, sufrirás tanto como yo he sufrido, sé que te has casado y
que estás esperando un dulce bebé…- dijo con voz melosa de nuevo e
inmediatamente mis manos agarraron con fuerza mi vientre… Mis ojos estaban como
platos…
¿Cómo
carajo sabía ella eso? No me interesaba que supiera tantas cosas de nuestra
vida… simplemente no quería…
-No te
incumbe.
-Bien… yo
creo que me incumbe más de lo que piensas… pero bueno, me voy- dijo poniendo su
bolso de puta en su hombro- Dale un beso a tu hermoso Edward de mi parte, si
supieras lo bien que nos lo pasábamos en la facultad…- dijo de modo teatral, a
mí sin embargo no me afectó.
-Me
pregunto como se sentirá estar con un hombre que piensa en otra…- dije con una
sonrisa falsa en mi rostro y ella me volvió a mirar con odio- No creo que
Edward se lo haya pasado tan bien contigo… caíste demasiado bajo embarazándote
para atraparlo, eso sólo lo pueden hacer…- en un rápido movimiento se acercó
tanto a mí que sentí su repugnante aliento y su inconfundible perfume de zorra…
-No vuelvas
a hablarme así Isabella… o puede que tu bebé tenga la misma suerte que el mío…
-No lo
tocarás- dije encarándola y ella rio de manera perversa.
-Ya veremos
Isabella, ya veremos…- dicho esto se volvió a reír como una malvada en una
película y corrió escaleras abajo, a pesar de sus altísimos tacones…
-Dios…-
suspiré con alivio y dejé mi posesivo agarre en mi vientre…- Bebé jamás de
pasará nada, de eso me encargaré yo…- varias lágrimas aparecieron rodando mis
ojos… había estado en demasiada tensión y de verdad que había temido por la
vida de mi bebé…
¿Qué le
pasaba a esa mujer? ¿Acaso jamás nos dejaría vivir en paz?
Recordé su
perversa voz y todas las cosas que me dijo para hacerme daño una y otra vez…
Lloré de
nuevo… haciendo que mi cuerpo temblara por los sollozos tan fuertes…
Al cabo de
unos minutos o horas… no sé exactamente sentí el sonido de mi móvil, y antes de
contestar me aclaré la garganta.
-¿Si- dije
con voz extraña…
-Mi vida-
susurró mi hombre y yo suspiré de alivio.
-Hola- mi
voz estaba grave completamente por el llanto.
-Bella,
¿qué te ha pasado?- dijo asustado y sentí cómo se movía…
¿Qué se
supone que le tenía que decir?
Tenía que
contarle todo, para eso éramos marido y mujer, pero su sentido sobreprotector
hizo que no lo hiciese… si le dijese que esa odiosa había estado aquí, entonces
sería cuando no querría que saliese de casa… y eso era algo con lo que no podía
vivir… tenía que hacer cosas, distraerme y no ser una ama de casa aburrida…
Ese
pensamiento coló hondo en mí y no le dije nada.
-Nada, mi
vida, nada…- hice un amago de sonreír aunque no me viese…
-Tu voz está demasiado extraña, dime, ¿Qué ha
pasado princesa? ¿Estás bien?
Era
increíble lo bien que me conocía…
-Si, estoy
bien, se me ha hecho un poco tarde sacando a Yuna y eso- dije incorporándome
del frío suelo.
-¿De verdad estás bien? Bella me estás
asustando…
-No,
cariño, de verdad, estoy bien, no me pasa nada- de nuevo intenté sonreír aunque
no me estuviera viendo…
-Bueno…-
dijo sin creerse ninguna palabra…- Te
llamaba porque te hecho de menos mi vida- hizo una pausa- Hoy saldré a las ocho de la tarde, como
todos los días, te llamaré después, ¿vale?
-Vale.
-Te amo con todo mi ser princesa, ten mucho
cuidado, te amo.
-Te amo-
colgué y de nuevo varias lágrimas bajaron por mis mejillas.
Odiaba
mentirle… juro que odiaba mentirle, pero no había otra manera de que me dejara
tranquila con su sentido sobreprotector, además de que no quería preocuparlo…
bastante tenía con sus pacientes como también tener que lidiar conmigo…
Me moví sin
ganas y me encaminé hacia el ascensor.
Miré mi
reflejo en el ascensor y era horrible…
El rímel se
me había corrido hasta límites insospechados y mi maquillaje estaba totalmente
arruinado…
Saqué mi
neceser para los casos de emergencia, según mi pequeña amiga, hermana y cuñada,
ahora todas las quejas por mi parte de cargar en el bolso más de lo necesario
me supieron a patéticas…
Me arreglé
en tiempo record y de forma realmente bien, ahora me veía como cuando salí de
casa o casi…
Decidí
avisar al seguridad de que no dejara pasar a nadie que no fuese la familia
Cullen, además de Edward y yo…
Total…
éramos los únicos que vivíamos en los áticos de esta parte, así que no tendría
que venir más nadie.
Fui con
paso decidido y me apoyé en el mostrador de su oficina.
-Buenos
días- le dije a una mujer de unos treinta y pocos, sería nueva…
-Buenos
días señorit…- miró mi anillo y sonrió- Señora, ¿en qué puedo servirle?
-Por favor
quisiera pedirle un favor y que se los dijera a los demás trabajadores de su
empresa que estén contratados para este fin- la miré y ella asintió con una
sonrisa.
-Por
supuesto, dígame.
-¿Ha dejado
pasar a una mujer rubia, muy joven, hará como…?- miré el reloj…
Joder… eran
las diez y media de la mañana…
Mi primer
día que llegaba tarde al trabajo…
G-E-N-I-A-L…
-Si, una
mujer muy simpática- si, claro…- Dijo que su nombre era Rosalie Cullen…
¿Qué? ¿La
zorrona se había hecho pasar por Rose?
-Mire, esa
tipa no es Rosalie, Rosalie es mi cuñada y esa no lo es- la mujer me miró con
los ojos muy abiertos.
-Peor yo
pensaba que decía la verdad…- dijo apenada.
-No se
preocupe, pero debe saber que esa mujer no debe entrar aquí bajo ningún
concepto, ¿entendido?
-Cla…
claro- tartamudeó nerviosa- Dijo que era su cuñada, como usted dice, y que
quería darle una sorpresa…- dijo bajando su mirada ante la atenta mirada de mis
ojos…
Puta…
No tenía
más nombre que ése…
-Bien… no
quiero que la deje pasar, ni usted ni ninguno de sus compañeros, comuníquelo a
la empresa o a quién sea, no quiero volver a ver más a esa mujer.
-Por
supuesto señora, ahora mismo haré unas llamadas- hizo el amago de coger el
teléfono.
-Bien,
muchísimas gracias, que tenga un buen día.
-Igual- me
encaminé de nuevo al ascensor y bajé hasta el parking subterráneo.
Cuando
estaba a punto de sentarme en el asiento del coche, mi móvil volvió a sonar de
nuevo.
-¿Si?
-Bella- Eleazar soltó un suspiro cuando
escuchó mi voz.
-Dime
Eleazar.
-¿Cómo que dime? ¿Dónde coño estás?
Me tenías preocupado mujer…
-Estoy
saliendo, se me ha hecho un poco tarde, hablamos luego- y sin más colgué…
Sabía que
estaba muy mal hecho… pero ¿qué esperaba? Estaba muy nerviosa por los
acontecimientos de la mañana…
Primero
Alice y luego esa zorra…
Arranqué el
motor y miré por el espejo retrovisor la sillita de mi bebé, me volví ya
acaricié la suave tela del forro.
-Juro que
jamás te pasará nada, mi vida- me toqué el vientre y una involuntaria lágrima
se deslizó por mi rostro.
Me limpié
la silenciosa lágrima y me encaminé hacia la oficina más sensible y más
enfadada que de costumbre…
Llegué en
diez minutos, aunque pareciera increíble… El tráfico a esta hora había aminorado
considerablemente…
-Buenos
días señora Cullen- dijo la monótona voz de Bárbara.
-Buenos
días- dije más recta de lo normal y la pobre chica bajó la mirada avergonzada
porque todos los presentes habían escuchado mi voz de mala leche…
Bien Bella…
de puta madre… haciendo amigos hasta en el trabajo… ya la pobre seguridad había
tenido suficiente con mi carácter…
Subí por el
ascensor sin importarme los metiches que estaban cuchicheando de mí y me metí
sin más.
-Qué
carácter…- dijo una imbécil y pulsé el botón para mantener las puertas
abiertas.
-Más te
vale que te guste mi carácter Sofía o verás tu despido en tu frente en unos
minutos- le sonreí cínicamente y ella bajó la mirada más pálida que la leche.
Miré a los
demás y éstos se enfrascaron en conversaciones de trabajo.
Bien… mucho
mejor, pensé y pulsé el botón de mi piso.
Salí del
ascensor y con un asentimiento de cabeza saludé a todos los presentes.
Todos se me
quedaron mirando con cara de interrogación, normalmente siempre saludaba
alegre, pero hoy no.
-Bella-
escuché a Eleazar detrás de mí y me giré.
-Hola- hice
un amago de sonrisa, pero él me miró detenidamente.
-¿Qué te ha
pasado?- me besó en la mejilla y me abrazó.
-Nada, he
estado liada y se me ha hecho tarde- me separé de él y me encaminé hacia mi
despacho.
-Buenos
días Bella- sonreí ante la inteligencia de Ángela al llamarme tan formal como
“señora Cullen”, de verdad que lo agradecí.
-Buenos
días Ángela- le sonreí y ella me tendió unos papeles.
-El señor
Andrew dejó esto- me tendió dos carpetas azules y varios papeles sueltos- esta
mañana para usted, me dijo que no te dieras prisa en hacerlo.
-Muy bien,
gracias- le sonreí y me giré para adentrarme en mi despacho, sentí a Eleazar
detrás de mí como una puta lapa.
-Buenos
días señora Cullen- dijo la voz más repugnante que podía oír en este mismo
momento.
-¿Qué haces
aquí?- le escupí sin mirarlo a la vez que dejaba las carpetas y los papeles
encima de la mesa.
-Pues
esperarte para que me des órdenes- dijo con voz ¿sexy?
Espera,
espera un momento… ¿de verdad haría esa osadía?
Al parecer
sí… bien…
-Primero,
antes que nada, no vuelvas a tutearme, no te he dado permiso- pude ver a
Eleazar tronchado de la risa detrás del jodido James- Segundo, esta va a ser la
primera y última vez que entres en mi despacho sin estar yo presente- le miré,
pero él no parecía intimidarse si quiera un poquito…- Y tercero, sal de mi
despacho ahora mismo y espérame afuera, me importa un carajo que seas hijo de
quien seas, tú acatarás mis órdenes te guste o no te guste, ¿entendido?- le
dije sin que me temblara el pulso ni un poquito… bien… ahora más que nunca me
gustaban las hormonas del embarazo.
-Entendido-
me sonrió de manera perversa y se fue antes de guiñarme un ojo.
-Jodido
James…- susurré después de que cerrara la puerta.
-Joder
nena… qué carácter…- dijo burlón Eleazar y yo lo miré envenenada…- Ey,
tranquila, yo no te he hecho nada…- dijo avanzando hacia mí y me abrazó por la
espalda y me besó el tope de la cabeza- ¿Qué te pasa?- comenzó a hacerme un
masaje en la espalda.
-Nada-
cerré los ojos.
-Bella…- me
advirtió y yo los abrí de inmediato.
Tenía que
contárselo a alguien y ése alguien era Eleazar…
No podía
confiar en nadie de la familia Cullen, mi familia, porque se lo dirán a Edward
por mi bien y eso no lo podía permitir…
-¿Me
prometes que no se lo dirás a nadie?- le dije girándome para poder mirarlo y él
se puso delante de mí y me miró intensamente.
-Si, te lo
prometo, sabes que no diré nada- eso fue lo que me bastó para contarle todo-
Joder…- murmuró cuando se lo conté y no pude evitar derramar lágrimas de dolor.
-Eleazar
tengo miedo…- sollocé y él me abrazó con dulzura.
-Tranquilízate,
no es bueno para el bebé- me recordó y yo asentí intentando tranquilizarme-
Ahora tienes que estar más atenta que nunca Bella, no me fío de esa tía en
absoluto, es capaz de todo- sollocé y él me besó en la mejilla- Deberías de
contárselo a Edward.
-No,
Eleazar, no puedo- me separé de él y me levanté de mi sillón- No puedo decirle
nada, ya sabes lo pesado que se pone con lo de ir a trabajar, imagínate si le
digo que ha venido esa zorra… no querrá ni que vaya a la esquina de mi casa…-
susurré- Esto es de locos… y lo peor de todo es que no puedo hacer nada, no
tengo pruebas que la culpen de nada…
-Pero te ha
amenazado Bella- me recordó y yo me giré para mirarle.
-Da igual,
no hay constancia de nada, lo sabes mejor que yo- me abracé a mí misma y sentí
sus brazos abrazarme desde atrás, cómo hacía tantos años me abrazaba.
-Lo sé… lo
que no quiero es que te alteres por ella, no es bueno para el bebé, intenta
tranquilizarte, ya haremos algo más adelante, pero ahora mismo sólo puedes no
pensar y mirar por el bebé- su mano se apoyó en mi vientre y me sonrió- Tienes
más panza que hace una semana- sonreí involuntariamente y lo abracé.
-Gracias
Eleazar, gracias por estar aquí conmigo-lo apreté más contra mi cuerpo, aunque
ya mi pequeña barriguita hacía de las suyas para impedirlo.
-De nada
hermosa, sabes que siempre estaré a tu lado- me guiñó y me sonrió- Deberías
tranquilizarte antes de ir a trabajar, he visto a Sofía llorando por los
pasillos corriendo como una loca y los demás murmurar tu nombre…
-Ella se lo
ha buscado…- me defendí.
-Pretendía
lidiar con las hormonas del embarazo…- pensó- Pero veo que va a ser imposible…
aunque comprendo que hoy estés así- me sonrió y me besó en la frente.
-¿Qué
carajo tengo que hacer con mi pesadilla más reciente?- señalé con mi barbilla
hacia la puerta.
-Pues
mandarle todo el trabajo de mierda, ya lo sabes- me sonrió de manera malvada y
yo le sonreí de igual manera.
-Bien…-
cogí el teléfono y lo miré de manera maquiavélica- Ángela dile a James que
pase- dije sin dejar su mirada traviesa.
Sentí unos
golpes en la puerta y susurré un “pasa”.
Bien… iba
aprendiendo las normas de educación…
-¿Me
llamaba?- dijo con su interminable sonrisa asquerosa.
-Por
supuesto- me levanté y no me pasó desapercibido su mirada asquerosa en mi
cuerpo…- ¿Ves todos los archivos de ahí?- señalé con la barbilla la estantería
de mi izquierda.
-Si- dijo
por primera vez con voz temerosa…
Bien… ahora
nos vamos entendiendo gilipollas…
-Quiero que
los revises y que me hagas una gráfica con los beneficios de la empresa en
estos últimos tres años- le miré sonriente y él puso los ojos como platos. Se
quedó inmóvil mirando todos los tochos que tenía que revisar…- Los quiero para
la hora de comer.
-¿Para la
hora de comer? Eso es imposible y…- le corté.
-Pues vete
a tu casita a jugar al chico malo y déjame en paz- me senté y esperé su
retirada.
-No…- dijo
en contra de su voluntad y yo lo miré interrogante- Lo haré- avanzó hasta la
estantería y cogió todos los tochos a la vez.
Bien… chico
listo.
-Lo tendrá
a esa hora- dijo a regañadientes y desapareció de mi despacho.
-Eres
mala…- dijo Eleazar con una sonrisa burlona.
-Lo sé, me
hacen serlo…- miré asqueada hacia la puerta.
-Vale- se
sentó enfrente de mí y me miró- Tenemos que mirar los avances de la obra del
señor Andrew.
-Si,
tenemos que ir la semana que viene a revisar que todo esté en su sitio.
-Así es,
después tendremos que llamar a los de decoración para que podamos ver si todo
concuerda con las exigencias del cliente.
-De eso me
encargo yo, mi suegra es la mejor decoradora de todo Manhattan- le sonreí y él
me la devolvió.
-Vale,
tienes que mirar esos informes- señaló las carpetas y los papeles que me había
dado Ángela- Son nuevos proyectos, están muy contentos contigo, Bella- le
sonreí.
-Y contigo
también, por supuesto- le guiñé un ojo- El señor Andrew dijo que somos una
pareja explosiva.
-Lo
seríamos más si mis gustos fueran diferentes- me guiñó y me dedicó una sonrisa
burlona.
-Ya…- le
sonreí y él se levantó.
-Me voy,
después vendré a hacerte una visita.
-Vale- me
sonrió y se fue hacia la puerta.
-¿Comes hoy
conmigo?
-Claro,
Alice está un poco… delicada…- pensé en mi hermosa cuñada y mi ánimo cayó como
diez puntos…
-¿Qué le
pasa?- Eleazar dejó el pomo de la puerta y se acercó a mí de nuevo.
-Al parecer
la pequeña Megan es muy revoltosa… su cabecita está en posición para nacer,
pero no se sabe si es para nacer o porque se ha movido demasiado…- lo miré
preocupada- La cuestión es que puede ponerse de parto en dos o tres semanas…
-Joder…-murmuró-
Pero si es muy pequeñita, ¿no?
-Bueno…
ahora pesa dos kilos y medio, al parecer es bastante grande…
-Joder…
pobre Alice…
-Si… así
que ahora la llamaré a ver qué tal le ha ido…
-Vale,
infórmame con lo que sea- me sonrió y salió de mi despacho.
Ojeé los
papeles y supe que sería un buen proyecto…
Bien… me
dispuse a dibujar los planos para el futuro proyecto, cuando la llamada de
Ángela me distrajo, provocando que me saliera de la línea…
-Joder…-
susurré y Ángela se quedó callada- Dime Ángela.
-Está aquí
su cuñada Rosalie.
-Hazla
pasar- me incorporé y miré hacia la puerta.
-Bella- me
sonrió y avanzó hacia mí con su preciosa barriguita.
-Oh, Dios
mío, cómo ha crecido- la abracé y la besé en ambas mejillas- ¿Cómo estás?-
toqué su barriguita y ella hizo lo mismo con la mía.
-Muy bien-
me sonrió con su sonrisa radiante- Tú también has crecido pequeñín- le dijo a
mi hijo y yo sonreí- ¿Y tú cómo estás?- me dijo separándose de mí y nos fuimos
al sofá que tenía delante del gran ventanal.
-Bien, muy
feliz.
-Me alegro,
¿cómo se porta el pesado de Edward?
-Demasiado
bien, ya sabes cómo es…- recordé a mi hombre de ojos verdes…
-Por eso te
pregunto- me sonrió.
-¿Cuándo
habéis vuelto?
-Ayer por
la noche, Emmett se ha ido a trabajar, yo ya he cogido mi baja maternal- me
sonrió y acarició su vientre.
-Yo la
cogeré en un mes o así, aunque tendré que venir esporádicamente para las
reuniones, Edward está que trina con mi voluntad de venir a trabajar…
-Lo apoyo…-
me dijo mirándome con sinceridad- Bella, tenemos que estar nueve meses con
dolores de espalda y pies, cambios de humor drásticos y engordando como una
vaca- me reí por su resumen de un embarazo, tenía toda la razón, pero no todo
era malo, llevar una vida dentro de ti era lo más maravilloso del mundo- Lo
menos que podemos hacer es estar tranquila y disfrutar del embarazo, no
soportar a gilipollas en el trabajo.
-La verdad
es que si- le dije sinceramente- Pero no quiero estar en casa aburrida Rose,
además ya me comprometí a hacer un nuevo proyecto y no puedo dejarle tirados.
-Ya…-
rebuscó en su bolso algo y me lo tendió- Son las ecografías que me hice esta
mañana- me sonrió- Es tan pequeñito Bella.
-Lo sé-
dije emocionada abriendo el sobre.
Las
ecografías eran exactas a las mías, ya que estaba del mismo tiempo que yo, pero
su nariz era igualita a la de Rose.
-Tiene tu
nariz- dije sonriente- Y la boquita de Emmett- miré detenidamente sus pequeñas
manitas y sus pequeñas piernecitas…
Era
absolutamente adorable.
-Si, me he
dado cuenta- dijo mirando la ecografía embobada- Estoy exactamente de 12
semanas y media.
-Yo estoy
de 12 semanas y media también- le sonreí- Creo que los tendremos a la vez, si
no se adelanta…
-Si- me
sonrió.
-¿Sabes lo
de Alice?
-¿Qué le
pasa?- me dijo con voz preocupada y yo la miré fijamente.
Le conté
todo lo que me había dicho Edward.
-Joder…
pobre de Alice… ¿qué se supone que va a pasar?
-Me ha
dicho Edward que no le pasará nada malo, pero que hay que tener cuidado de que
se le adelante el parto, aún no se sabe exactamente el por qué de su posición…
-Espero que
no le pase nada ni a ella ni a mi sobrinita…
-Tranquila,
con Carliste, Edward y Carmen es imposible- le sonreí y ella me devolvió la
sonrisa- Y bueno… cuéntame, ¿qué tal vuestra segunda luna de miel?
-Dios Bella…
ha sido… ha sido mágico…- dijo con ojos soñadores y yo le sonreí- Emmett me ha
llevado a París- dijo sonriente- Hemos estado en el museo del Louvre, en la
Torre Eiffel y en millones de sitios bonitos… ha sido perfecto- me sonrió
dulcemente- Me llevó a un restaurante dónde sólo se podía comer carne, nada de
verduras ni pescado- Si… era típico de Emmett, sonreí.
-Me alegro
por ti Rose, os lo merecíais- le tendí la ecografía y ella la metió en el
bolso.
-¿Y tú qué,
Bells?- me empujo suavemente y puso sus ojos de manera sexy- ¿Cómo es el
semental Edward Cullen?
Yo solté
una carcajada y ella me siguió.
-Qué bruta
eres Rose…- dije un poco avergonzada.
-Oh, vamos,
no creo que esta preciosidad- acarició mi vientre- Haya salido por arte de
magia, vamos cuéntamelo.
-¿Qué
pasaría si te dijera que lo hemos hecho a todas horas en cualquier parte?- Rose
abrió mucho la boca y los ojos a la vez- Increíble- fue mi única palabra.
-Joder…
pues sí que son buenos los genes Cullen…- murmuró más para sí que para mí y yo
me carcajeé de ella.
-Eres
imposible…
-Ya… claro…
pero, ¿sabes qué? No puedo estar más feliz por vosotros dos, os lo merecéis
todo Bells, habéis estado muchos años separados y ahora es vuestra oportunidad
de ser felices- esto último caló hondo en mí…
Felices…
Le hubiera dicho
que si, si esta mañana no hubiera tenido una visita tan desagradable, pero
mucho me temía que esa visita no sería la última, ni mucho menos la última vez
que la viese…
-Bells,
Bells…- Rose me zarandeó y yo la miré con sorpresa.
-¿Qué me
estabas diciendo?
-Que si
íbamos a comer, ¿en qué piensas?
-Nada,
tengo cosas que hacer, pero vamos a comer- me levanté e intenté sonreírle de
manera casi natural, pero creo que no me salió por la cara de Rose.
-¿Pasa algo?
-No, nada,
no te preocupes- le sonreí.
-Como
quieras, quiero que sepas que siempre me tendrás a tu lado Bells, que puedes
confiar en mí en todo- me abrazó y me besó en la mejilla.
-Vale- le
sonreí y me volví para coger mi abrigo y mi bolso.
-Me encanta
ese vestido- dijo mirando mi atuendo y yo le sonreí.
-Pídemelo cuando
quieras- le guiñé y salimos de mi despacho.
-Señora
Cullen- joder… el que faltaba…
-Dime- le
sonreí cínicamente mientras que Rose miraba la escena divertida.
-Ya tiene
las gráficas hechas de estos tres últimos años- dijo con esa sonrisa asquerosa,
pero hoy no se saldría con la suya…
Le tenía
preparada una muy buena…
-Bien… ¿y
qué has observado?- le dije antes de que hiciera el amago de entregarme los
informes.
-Pues… que
es una empresa con muchos beneficios…- dijo orgulloso con la pizca de chico
malo que le caracterizaba…
Gilipollas…
-Exacto, ¿qué
pasaría si dejásemos esta empresa en manos de alguien que no tiene ni puta idea?-
le encaré y pude ver a Eleazar saludar a Rose rápido para no perderse la
escenita… Ángela por su parte estaba enfrascada en sus papeles, pero mirando
por el rabillo del ojo…
-Pues que
se iría a la quiebra- dijo con otra sonrisa de las suyas y ésta vez se la
devolví yo.
-Correcto,
por eso no podemos dejar que alguien como tú tome las riendas de esta empresa-
la cara de James no tenía precio, pasaba de la furia a la confusión- Por eso me
importa un carajo que seas el hijo del señor Andrew o del papa, aquí hay reglas
y tú vas a acatarlas, te guste o no te guste- cogí los informes y se los rompí
en la cara- Ya te has entretenido bastante haciendo muchas gilipolleces, ahora
trabajarás igual de duro que cualquier otro becario- pensé en la “tarea
perfecta”, miré a Eleazar y Rose y éstos estaban con los ojos y la boca abiertas-
Quiero todas las condiciones del nuevo proyecto en mi despacho a las siete- me
volví hacia Ángela- Ángela, prepárale a James el contrato del nuevo proyecto.
-Enseguida.
-¿Ves? Esa
es una chica eficiente, espero que tu estadía aquí sea de lo más profesional-
hice una pausa- Después te veré- dicho esto pasé por su lado y miré a Eleazar y
a Rose.
-J-O-D-E-R-
murmuraron los dos al unísono.
-¿Sabes lo
jodidamente bien que has estado?- me dijo Eleazar sonriente.
-Seh- dije
con una sonrisa y los tres estallamos en carcajadas ante la atenta mirada fría
de James.
-Ese tío me
suena de algo…- comentó Rose mirándolo.
-Bueno… a
no ser que hayas estudiado arquitectura, no creo que lo puedas conocer- le dije
burlona.
-No,
enserio… me resulta familiar su cara…
Ignoré las
paranoias de Rose, porque era imposible que pudiese conocerlo… y nos
encaminamos hacia un restaurante chino, ya que las dos embarazadas teníamos
muchísimas ganas de comer esa deliciosa comida, Eleazar no pudo más que sonreír
y asentir…
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Chic@s pude escribirlo a tiempo :D Suerte que hoy no he tenido que ir a clases y he aprovechado escribiendo toda la mañana, menos las dos horas que me he tirado en el gym :D
La historia se está poniendo cada vez más y más caliente, ¿qué creéis que pasará con la zorra de Tanya? ¿Y con James? ¿No lo enlazáis con algo?
Bueno... no doy más pistas, sólo espero que lo disfrutéis y que pronto me pondré a escribir EL AMOR CONTRA TODO, espero tenerlo listo para mañana y enviárselo a Flopii, para que ella lo lea antes y me diga su opinión, así lo hacemos, un capítulo ella y otro yo, como ya podréis haber comprobado.
Este capítulo va dedicado a tod@s mis chic@s que son seguidoras del blog, tod@s y cada un@ de ell@s :D
Ve en especial a Tefa, una nueva chica que se ha incorporado a esta locura tan lejos de la realidad :D Gracias Tefa por comentarme, me haces muy feliz con tus bellas palabras :D
Romiina^.^
oye enserio me encanta esta historia cada suceso absolutamente todo me encanta espero que aun no llegue el final porque es una de esas historias que mientras la lees te sales de la realidad y vives la historia como si estuvieras en ella felicitaciones :D
ResponderEliminarAntes que nada bienvenida Tefa!!!, ok, por otro lado este fic... fuff!! tan hot, interesante... no sé como describirlo realmente que me hacen falta palabras hermosa!!!
ResponderEliminarQuedé picadisima y con muchas ganas de leer más, espero pronto saber más de esta historia que me tiene encantada!!!.
Muchos abrazos y besos.
Te quiero y gracias por escribir tan genialmente.
Yess*.*
oye gracias enserio por casualidad o cosas del destino descubri este blog empeze a leerlo y realmente me cautivo y emociono de una manera que no puedo describir bueno espero seguir leyendolo y de nuevo gracias por dejarme pertenecer a este fabuloso blog xD
EliminarBueno, ¿ves?, no equivocaba. Tienes un blog fantástico, de verdad. Se nota que le pones mucho cariño y eso es fundamental a la hora de hacer cualquier cosa en esta vida. Sólo me queda felicitarte por ello y animarte a que sigas juntando palabras.
ResponderEliminarUn beso, Romina.
Romi un capí exquisito. No sabes lo mucho que me gusta cuando Bella pone en su sitio a James. También me encantó que ella no se dejara amedrentar por Tanya. Me esta que ésta le va a dar muchos dolores de cabeza. Adoro ver lo bien que Edward la conoce y la relación tan especial que hay entre Bella y Eleazar. Ansiosisima por el próximo capí, un abrazo. Estoy contenta, me puse al día en una noche. ¡Qué emoción!!!
ResponderEliminarRomi; este James es el que anda con Tanya, recuerdo que el se colo en la fiesta de navidad, es por eso que lo conoce Rose, uyyyy vienen los problemas para Edward y Bella, ojala no le pase nada malo a ninguno de los dos y mucho menos al bebe. En quedado preocupada que pasara, muero por el próximo capi.
ResponderEliminarBesos Nena.