miércoles, 25 de abril de 2012

INOLVIDABLE


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Capítulo 23: Precioso.



Edward pov.

Cuando mi hermosa esposa desapareció en dirección al baño, los tres, nos encaminamos hacia la sala de las ecografías y yo no dejaba de pensar en ella…
Vaya calentón de la hostia que tenía en estos instantes…
¿No se daba cuenta, ni siquiera un poquito, que me era irresistible no abalanzarme hacia ella y arrancarle la ropa de cuajo y hacerle el amor?
Su cuerpo ahora estaba más maduro, de eso no tenía la menor duda desde que la había visto por primera vez, después de todos estos años, en mi consulta, pero ahora, con el embarazo, estaba más irresistible que de costumbre…
Sus pechos estaban ligeramente más grandes y sobretodo muy sensibles… Su estrecha cintura, estaba ahora más torneada, formándose para acoger a mi pequeño hijo y sus piernas… Dios… no tenía palabras para describirla…
-Edward- me sacó Carmen de mis pensamientos.
-Dime, Carmen- le dije sonriente y ella me devolvió la sonrisa.
-Toma, estas vitaminas tienen calcio también, son nuevas- me dijo tendiéndome un bote de pastillas.
-Dos veces al día, ¿verdad?
-Si- me sonrió y se dispuso a conectar el monitor y a poner un papel limpio en la camilla- Hoy podremos ver, con suerte, el contorno de su carita y de su cuerpo- dijo mirando a mi padre y a mí con adoración.
-Mi nieto…- susurró papá con voz emocionada y yo le palmeé el hombro.
-Ey, que soy yo el que va a ser papá- dije emocionado y Carmen, al escuchar nuestra pequeña conversación, soltó una risilla.
Mi mirada se dirigió hacia la puerta, viendo a mi hermosa esposa con tan sólo una bata y con esos mortales tacones… Parecía una enfermera sexy en todo su esplendor…
-Irresistible…- susurré muy bajito, para que nadie se enterase de nada y ella, jugando como lo estaba haciendo desde esta mañana, me sonrió y me guiñó su precioso ojo con picardía, lo dicho, estaba jugando con fuego y se quemaría, no veía el momento para estar en casa y quitarle la ropa con un fuerte jalón y adentrarme en ella como un puto animal…
 -Soy toda tuya, no lo olvides- dijo encendiéndome aún más y mi pequeño “Eddie” ya no era tan pequeño…
-Bella- la llamó Carmen y se lo agradecí en lo más íntimo, no podría soporta mucho más no abalanzarme hacia ella y hacerle el amor aquí mismo…- ¿Estás lista?
-Por supuesto- dijo con una sonrisa y la ayudé a sentarse en la camilla.
Y me fijé en esos mortales tacones, haciendo de esas piernas torneadas, perfectas…
Bien…
Ahora la jodería yo un rato, por el puto calentón de los cojones que tenía.
-Te matarás con esos tacones…- dije con malicia en mi voz, sabía que eran sus “queridos tacones” y mi querida locura también, gritó mi conciencia y no pude estar más de acuerdo.
-Llevo años y años de práctica- dijo teniendo razón, pero yo no me di por vencido…
-Carmen, esos tacones no son buenos para el bebé, ¿verdad?- dije mirándola irresistiblemente a la pobre mujer, tenía que usar todas mis armas de convicción.
-Edward, tranquilo, hasta al menos dos meses más puede ponérselos- dijo diciendo lo que no quería escuchar…- Por supuesto sin abusar señorita- yo me alegré sólo un poco, pero no pude evitar mi incomodidad…
-Joder… tendré que soportarlo por más tiempo…- dije muy alto y todos me miraron divertidos…
-No seas posesivo Edward, ya tendrá tiempo de lamentarse por no poderse poner ropa estrecha ni tacones- dijo convencida y la cara de Bella no tenía precio, sabía que llegaría ese momento, pero aún no estaba preparada para asumirlo, creo que nunca lo estaría…
-Te amo- me susurró y jaló del cuello de mi camisa para besarme ligeramente en los labios, ahí se fue por la borda todo el calentón que tenía, ahora sólo tenía amor por ella, amor por la mujer más hermosa y fascinante de todas.
-Venga, chicos- dijo empujando a Bella suavemente para que se tumbase en la camilla- Está frío- dijo señalando el gel de sus manos y mi preciosa mujer asintió feliz.
Dejó la bata que cayera en los laterales, con cuidado para que no se le viese nada y puso en su plano vientre el frío gel.
-Qué frío…- la piel se le puso de gallina y yo le acaricié su brazo para proporcionarle un poco de calor.
-Ahora relájate- dijo Carmen pasando el aparato por el vientre de mi esposa, encendió el monitor y pronto, los latidos de mi hijo se escucharon por toda la habitación.
-¿E… es s… su corazoncito…?- tartamudeó mi esposa y varias lágrimas rodaron por sus mejillas, yo no estaba mucho mejor…
-Si, mira, es esta cosa tan pequeñita de aquí- dijo señalando el corazón de mi hijo y Bella enredó sus dedos en los míos.
Mi padre se acercó a nosotros y me palmeó el hombro.
-Está lleno de vida…- dijo mi padre muy emocionado a punto de llorar, en ese instante noté mi cara mojada, esta emocionado, por Dios era mi pequeño hijo…
-En efecto, Carliste, está lleno de vida, su corazoncito está perfecto, veremos su carita…- movió el aparato encima del vientre de Bella y en la pantalla apareció una carita diminuta con ambas manitas en su boca. Yo lo podía reconocer a la perfección, ahora me alegraba más que nunca haber hecho la especialidad de pediatría. 
-Es hermoso…- Bella tocó la pantalla y automáticamente varias lágrimas rodaron por sus mejillas.
-Lo es- dije con voz emocionada y le besé en la frente sin dejar de ver a mi hijo en la pantalla.
-Esta es su carita- dijo diciendo lo que yo ya sabía- Y parece que se está escondiendo…- sonrió y señaló sus manitas- Estas son sus manitas y esto, son sus piernas…- señaló dos diminutas piernecitas totalmente formadas y los cuatro nos quedamos mirando al monitor como si nuestra vida dependiera de ello, mi hijo estaba sano, sonreí feliz y estreché entre mis brazos a la mujer que me daría la oportunidad de tener un hijo, sin dejar de mirar al monitor- Se está formando perfectamente, demasiado rápido para tu tiempo Bella, va a ser grande…- dijo mirándola con mucho cariño.
-¿Pero es eso un problema?- dijo mi pequeña mujer asustada, separándome de mí sólo un poco y yo le besé ligeramente en los labios para tranquilizarla.
-No, para nada Bella, sólo que sufrirás un poco más en el parto- dijo Carmen tranquila.
-Uf…- Bella puso una mueca muy graciosa y los tres soltamos una carcajada.
-No te preocupes, nacerá sano y bien- Carmen le besó en la mejilla a Bella maternalmente y se dirigió a nosotros- Doctores Cullen- dijo divertida- Mi paciente y yo necesitamos privacidad, tengo que ver a ese bebé más a fondo- dijo con una sonrisa y Bella se agarró a mí aún más. Carmen miró la desesperación de Bella y sonrió- Te puedes quedar tú si quieres Edward, no creo que haya nada que no hayas visto ya- Bella se ruborizó un poco y mi padre soltó una risilla.
-Por supuesto, después nos veremos- dijo abrazándome a mí y después se acercó a Bella- Gracias por llevar la vida de mi nieto en tu vientre- dijo acariciándole la mejilla y Bella sonrió.
-No podría ser feliz de otra manera- dijo con voz tierna Bella y besó las mejillas de mi padre antes de que éste se encaminase hacia fuera de la consulta.
-Adiós, Carmen- sonrió y nos miró por última vez con ternura antes de salir.
-Adiós, Carliste- dijo Carmen con una sonrisa mientras cogía un papel y dárselo a Bella- Toma- Bella lo cogió y se limpió todo el gel de su vientre- Saldré para que te quites la ropa interior, mientras recogeré las ecografías- le sonrió y acarició su pelo antes de salir de la habitación.
-Mi hijo…- susurró mi hermosa esposa y yo no pude más que besarla con amor y adoración.
-Gracias por darme un hijo Bella, te quiero más que a mi vida- le besé de nuevo y su mano fue hasta la mía para dejarla en su centro- Bella… gemí y ella sonrió sobre mis labios.
-Oh, vamos, necesito un poco de lubricación para que no me moleste el dichoso cacharro ese…- dijo mirando aquella cosa de plástico con odio. Yo sólo pude sonreír y acariciar su centro con suavidad. Tenía razón, el “pato” o dichoso cacharro ese, como ella decía, era un poco molesto si su zona estaba seca, la verdad era que yo estaba encantada de poder lubricar esa zona, pero mi amiguito no estaba de acuerdo…
Inmediatamente le quité el precioso tanga y lo guardé en mi pantalón.
-Eddie está despierto…- me dijo con voz pícara mirando el problema entre mis piernas y rápidamente me jaló hacia ella, hasta qua mi oído quedó en su boca- Cuando volvamos a casa te haré enloquecer… - me lamió el oído y sentí su líquido bajar por mis dedos…
Joder…
En ese puto momento llegó Carmen y tuve que separarme de ella con el poco autocontrol que me quedaba.
-Mirad, se ve genial- dijo Carmen ajena a todo lo que había pasado aquí hacía tan sólo unos segundos.
-Es precioso o preciosa…- dijo Bella mirando la ecografía de nuestro hijo- ¿Cuándo podremos saber el sexo, Carmen?- dijo sin dejar de mirar la imagen.
-En un mes y medio con suerte- sonrió y se sentó en la silla que había a los pies de mi esposa. Se puso unos guantes blancos desechables y miró a Bella con ternura- Bella, querida, ahora tienes que relajarte, puede que te moleste al estar más sensible esa zona.
-Está bien- Bella cerró los ojos sin soltar mi mano y al cabo de los segundos los abrió- Ya estoy lista…- susurró y Carmen asintió.
Carmen cogió el “pato” y un gel para estimular la zona, y poco a poco lo introdujo en la pequeña cavidad de mi hermosa esposa.
Joder… yo sí que podía estimular esa zona…
-Vale, ya está dentro, ahora tengo que abrirlo Bella- dijo Carmen poniendo sus manos en el vientre de Bella.
-Vale- dijo tranquila y Carmen, muy despacio, abrió el instrumento y miró toda la cavidad.
-Estás perfectamente Bella- le sonrió y mi esposa me miró con una sonrisa- Ahora queda lo más incómodo, tengo que tocar la cabecita del bebé para ver si está en buena postura…- Bella asintió rápidamente y cómo me hubiera gustado ser yo quien le metiera esos dos dedos en su centro…
Carmen quitó el instrumento del cuero de Bella y miró con determinación hacia el sexo de mi esposa.
-Veo que los niveles de flujo están perfectos…- dijo mirándonos con una sonrisa pícara y los dos sonreímos como dos angelitos.
Oh, si, claro que estaban perfectos, de eso me encargaba yo todos los días… estuve a punto de decirle, pero me quedé callado.
Si supiera ella que habíamos acabado de tener un buen calentón como para tener flujo para ocho mujeres…
-Si te incomodo házmelo saber, pero piensa que será como un citología anual- dijo segura y Bella asintió convencida.
Carmen hizo su tarea y al cabo de los minutos de levantó quitándose los guantes y se dirigió al lavabo para lavarse las manos. Se giró hacia nosotros y nos sonrió feliz.
-El bebé tiene la postura perfecta- anunció contenta y automáticamente abracé a mi nerviosa esposa.
-Está perfecto- volvió a decir y me besó en los labios- Te amo- me dijo y se levantó de la camilla con mucha alegría.
-Bueno, de momento no tengo que darte más consejos- dijo mirándonos a los ojos- Comer equilibradamente, no tener sustos ni disgustos y estar igual de feliz- nos sonrió.
Los dos asentimos y salimos hacia la consulta. Bella se fue hacia el baño para vestirse y yo me senté con Carmen en su mesa.
-Me alegro tanto por vosotros, Edward, os lo merecéis- me sonrió y yo le devolví la sonrisa.
-Gracias, Carmen- dije cuando Bella se acercó a nosotros con una sonrisa, perfectamente vestida.
-Carmen, tengo una duda- dijo Bella sentándose y cogiendo las ecografías para ponerla en su regazo.
-Tú dirás- le sonrió y Bella le mostró su preciosa sonrisa.
-¿Puedo hacer deporte?- yo la miré con una sonrisa, mi Bella jamás cambiaría…
-Si, pero a deporte se refiere a algo suave, como footing, yoga o pilates, nada más- dijo determinante y Bella asintió.
-Vale, no quiero coger mucho peso.
-Si, hablando de peso, ven, vamos a pesarte- dijo sonriente Carmen y Bella le cogió la mano que le ofrecía Carmen- 60 kilos- dijo Carmen y las dos volvieron a sentarse en sus asientos. Carmen lo anotó en el historial de Bella y nos sonrió- Has cogido dos kilos solamente, vas muy bien- nos guiñó un ojo- ¿Alguna duda más?- los dos negamos con la cabeza- Bien, te veré en un mes, pero si tienes alguna molestia o alguna duda no dudes en venir- se levantó y nosotros hicimos lo mismo- Aunque teniendo un médico en casa dudo mucho que te pase algo- nos sonrió y me estrechó la mano- Ya te preguntaré por tu esposa cuando te vea por los pasillos- me guiñó un ojo y me sonrió- Y a ti preciosa, espero verte pronto para ver a ese pequeñín- le tocó el vientre y Bella le besó en ambas mejillas.
Le ayudé a Bella a ponerse el abrigo y nos encaminamos hacia la puerta.
-Gracias por todo, Carmen- nos despedimos y salimos de la consulta.
-Está creciendo perfectamente mi amor- me susurró y yo la abracé con mucho amor.
-Te amo princesa- le dijo sobre sus labios y ella me apretó más en su pequeño cuerpo.
-Estoy tan feliz Edward…- susurró con emoción.
-Y yo mi vida, jamás me imaginé que podría llegar a ser tan feliz y encima a tu lado- le besé en la frente y nos encaminamos hacia la salida del hospital.
-¿Comerás con tu padre, no?- dijo mirándome con pena.
-Si, tengo turno de tarde también, esta semana será agotadora por lo del viaje…- le dije exhausto y ella me dedicó su radiante sonrisa.
-No te preocupes mi amor, tengo asuntos pendientes para el nuevo proyecto que tenemos entre manos- me dijo profesional y cómo me ponía cuando se ponía en su papel…
-Vale, te amo hermosa- le besé en los labios, pero esta vez apasionadamente.
-Y yo a ti, te llamaré después- me besó y me acarició la línea de la mandíbula- Espero que ninguna leona te salte encima bombón- me dijo pícara y me guiñó un ojo.
Le cogí de la mano, para no besarla de nuevo o no respondería por mis actos eróticos y salimos al cálido clima de primavera.
-Mi amor- me llamó mientras dejaba el bolso en el asiento del copiloto- ¡Tendré a nuestro hijo en septiembre!- me dijo y yo lo sabía desde que me dijo que estaba embarazada.
-Si, ojalá que nazca en tu cumpleaños…- le dije deseoso.

Bella pov.

¿Estaba loco? ¿Cómo iba a tener a mi hijo en mi cumpleaños? Sería horrible… aunque la verdad era que sólo quería tenerlo en mis brazos de una buena vez…
-No quiero cumplir mis 25 años entre dolores…- dije besando sus labios brevemente, pero él me agarró de la cintura y pegó mi cuerpo al suyo.
-Ya sabes que no tienes por qué pasar dolor… no hay necesidad mi amor- me besó en la nariz.
-Edward me niego a no sentir a mi hijo nacer y encima quedarme inválida durante unas horas… No, gracias…- le besé en los labios y me metí dentro del coche.
Ya habíamos discutido sobre ponerme la epidural o no… el parto era doloroso y eso yo no iba a cambiarlo.
-No quiero verte sufrir, no sabes los gritos y la desesperación de la mujer pariendo… es algo tan desagradable…- dijo recordando seguro un parto.
-Mi amor- le cogí de la bata y le obligué a mirarme- Estarás conmigo- le sonreí- Sólo quiero tenerlo lo mejor posible sin ningún pinchazo de anestesia- cogí su nuca y lo besé de nuevo- Ahora me tengo que ir a trabajar, hoy viene el becario de este año.
-¿Becario? Vaya… un chaval joven, ¿no?- dijo con una ceja alzada.
-Si doctor Cullen, no tiene de qué preocuparse- le besé de nuevo sin profundizarlo, no podía perder más tiempo y seguir con el calentón que tenía…- Tengo mi propio Dios personal en casa- le guiñé un ojo y él me sonrió de lado.
-Te amo- me besó y cerró la puerta del coche con suavidad- Después te llamaré, ¿dónde comerás hoy?
-Con la duende- rio ante el mote- Tiene que contarme tendencias de moda…- suspiré hastiada y mi hombre soltó una carcajada-  Me gusta la moda, pero no a ese extremo… está completamente loca… Quiere que renueve mi armario con ropa premamá… bastante tengo con soportar ponerme como una vaca…- dije envenenada.
-Aunque peses 200 kilos te amaré igualmente- adentró su cabeza en la ventana del coche y me besó suavemente.
-Si, claro…- bufé y él sonrió.
-No te exasperes, te amaré siempre preciosa, ten mucho cuidado, llámame cuando llegues- me besó una última vez antes de que yo arrancara el coche.
-Claro- le sonreí- Te amo guapo- le guiñé y él sonrió pícaramente- Tengo una sesión de sexo pendiente contigo machito- me pasé la lengua por los labios y emprendí la marcha, dejándolo con los ojos centelleantes de deseo. Sonreí.
Me dirigí a la oficina y en menos de veinte minutos estaba en la puerta del gran edificio. Decidí llamar a mi Dios personal para no preocuparlo.
-Mi amor, ¿pasa algo?- sentí cómo se movía.
-Ey, para y relájate- pareció tranquilizarse y sentí el ruido de su ropa al chocar con el sillón- Ya he llegado a la oficina, después te llamaré de nuevo, ¿vale?
-Si, preciosa, espero que no te agobies mucho, ya sabes que no tienes por qué ir a trabajar y…
-Edward Anthony Masen Cullen, no quiero que te preocupes, estaré bien, te amo.
-Y yo a ti preciosa- me dijo ante de que colgara. Suspiré como una tonta y me adentré hacia el gran edificio.
-Buenos días- saludé a Bárbara que se encontraba en su puesto de recepción.
-Buenos días señorit…- miró mi dedo y se llevó la mano a la boca, sorprendida claramente. Sonreí- Señora…
-Cullen, señora Cullen- dije lo más orgullosa que pude y la dejé encajando los engranajes de su cerebro.
Pulsé el botón del ascensor y subí con algunos compañeros, aunque yo era su jefa, siempre los trataba como compañeros, excepto en ocasiones especiales.
-¡Bella!- gritó Eleazar y vino corriendo literalmente hacia mí, yo le dediqué mi mejor sonrisa.
-Hola Eleazar-le dije mientras le abrazaba y él puso sus dos manos en mi vientre.
-¿Qué tal está mi sobrinito?- dijo con una sonrisa dulce y yo no pude más que carcajearme de él.
-Bien, eres tan tierno…- dije picándole y me sonrió vacilante.
-Ya sabes nena, cuando quieras…- dijo guiñándome un ojo y acariciándome el brazo con galantería.
-Bueno… podría cambiar drásticamente tus gustos…- dije pasando un dedo por su mandíbula y él me volvió a abrazar.
-No, gracias…- puso seguro cara de asco y yo solté una pequeña carcajada- Pero, mírate, estás guapísima- me sonrió y me besó en la mejilla.
-Eso es porque me cuidan y me consienten demasiado…- dije recordando a mis Dios griego.
-Eso espero- me guiñó un ojo y me empujó suavemente hacia mi oficina.
-Buenos días señora Cullen- dijo Ángela y al parecer se había informado a la perfección de mi boda.
-Buenos días Ángela- le dije con una sonrisa y me adentré en mi despacho con Eleazar- Vaya…- dije mientras dejaba mi bolso y mi abrigo en el perchero, no sin antes sacar mi móvil- Veo que todo el edificio, menos la sin cerebro sabe que estoy felizmente casada- dije con una sonrisa sentándome en mi cómodo sillón.
-Si, bueno… yo divulgué un poco la noticia…- dijo inocente y yo me carcajeé.
-Está bien, gracias, supongo- le dije con una sonrisa- ¿Qué tenemos?- dije mirando los papeles encima de mi mesa.
-Pues comenzar el proyecto- dijo sonriente y yo abrí los ojos con sorpresa.
-¿Ya?- dije alzando una ceja y él asintió- ¿No se supone que sería en unos meses?
-Si, pero quedaron tan encantados contigo que quieren comenzar cuanto antes y sólo te quieren a ti, sólo tú- dijo sonriente.
-Vaya…- dije pensativa- La verdad me va a venir de perlas…- dije tocando mi vientre.
-Si, ¿cuándo te darás de baja?
-Pues aún no lo sé… por Edward me hubiera dado de baja al día siguiente de saber la noticia, pero quiero terminar el proyecto antes de darme de baja- dije segura- ¿Cuánto tiempo tenemos?
-Tres meses, contando desde mañana.
-Bien… menos mal que tengo los bocetos- dije sonriente sacando las hojas de una carpeta.
-Son… son perfectos…- dijo maravillándose con los bocetos.
-Los hice mientras tomaba el sol en la isla… cuando tenía tiempo libre…- dije pícara y Eleazar soltó una sonora carcajada.
-Vaya, vaya… al parecer nuestro Edward es apasionado.
-Ni te lo imaginas, es una puta bomba sexual- dije recordando sus labios, su cuerpo y cierta parte de su anatomía…
Decidí parar con mis pensamientos pecaminosos… mis hormonas no ayudaban en irme y tirarme a mi esposo en cualquier sitio…
-Menos mal que ya está casado…- dijo sonriente.
-Corta el rollo, es mío, búscate tú otro- le dije con una sonrisa.
-Como sea, espero que estés bien- me guiñó y se levantó- Hoy viene el becario- me recordó y yo asentí- Espero que hayan tenido buen gusto esta vez…- dijo recordando el becario del año pasado… no había sido profesional y encima quería tirarse a todo lo que tenía falda…
-Uf… ni me lo recuerdes…
-Bueno nena, te dejo, después vendré para presentártelo, por cierto, bonito anillo- dijo con su excelente sonrisa y yo se la devolví.
-Lo sé- le guiñé y salió de mi despacho.
Habían pasado dos putas horas solamente, entre papeles, lápices y goma de borrar, y tenía un hambre que me moría…
Por Dios… ¿esto era normal? Había desayunado para tres personas…
Tu hijo va a ser grande… gritó la vocecilla de mi conciencia y no pude evitar sonreír.
-Señorita Cullen- sonreí inconscientemente- Su cuñada Alice está aquí.
-Hazle pasar Ángela- dije esperando a mi duende con una sonrisa.
-Bells- gritó y juro que cada vez estaba más enorme, pero igualmente hermosa.
-Hola enana- dije levantándome y abrazándome con un poco de dificultad por su enorme panza- Chiquitín…- acaricié suavemente su vientre y sentí que se movía- Oh Dios mío… ¿er… era eso una pat… patada?- dije alucinada mirando a la panza.
-Si- sonrió.
-Increíble…- dije besando sus mejillas y me dio olor de ¿pollo? Miré hacia abajo y Alice cargaba con una bolsa gigante- Dime que lo que tienes en esa bolsa es pollo, por favor…- dije arrebatándole la bolsa y leí mi tienda favorita de comida chatarra- Oh por Dios… ¿ES DE MISTER POLLO?- grité y ella asintió sonriente- Gracias enana- le abracé como si mi vida dependiera de ello y comencé a abrir todas las cajas.
-Anda come, tienes que alimentar a mi precioso sobrino bien- me sonrió y tocó mi vientre- ¿Cómo os ha ido en la ecografía?
La siguiente hora la pasamos discutiendo por quién se comía algo y robándonos la comida entre las dos, pero por supuesto conversando sobre mi cita con Carmen.
-Me ha dicho que será enorme- dije cogiendo patatas fritas.
-Normal, mi hermanito pesó 4 kilos y medio y yo dos solamente…
-Claro, así estás tan enana…- dije con una carcajada, pero cuando me di cuenta del principio de la frase me quedé callada…
Un momento… ¿4 kilos y medio? Por Dios…
-¿Qué pasa? ¿Ahora no te ríes, no?- dijo mirándome con picardía.
-Joder enana… 4 kilos y medio… madre mía…
Seguí comiendo y me fijé que tan sólo quedaba una alita, la atrapé y Alice rodó los ojos…
-No es factible comer contigo enana…- dije antes de meterme en la boca la deliciosa alita con salsa barbacoa.
-Contigo menos, sólo estás de dos meses y mira cómo comes…- señaló los cartones vacíos y mi boca se puso en una perfecta “o”.
-Pero, ¿qué dices? Si has sido tú la que te lo has comido todo- dije burlona y ella soltó una carcajada.
-Señora Cullen- dijo Ángela por el interfono y Alice me sonrió feliz- Eleazar y el becario están aquí, ¿les hago pasar?
-Un momento Ángela, ahora salgo yo- pulsé el botón para colgar y miré a Alice.
-Si, tienes los dientes manchados de salsa barbacoa…- dijo como si fuera obvio y yo salté literalmente del sillón y fui corriendo hacia el baño para cepillarme los dientes.
-Gracias Dios por darme esta mente tan prodigiosa…- dijo mirando al techo recordando su hazaña de traerme el dichoso cepillo de dientes al trabajo- Y menos mal que tienes baño en tu propio despacho, eres una consentida…- dijo sintiéndose ofendida.
-Al menos es sólo un baño, no un puto centro comercial de ropa y maquillaje- le sonreí y ella me sacó el dedo.
-Envidiosa- dijo besando mi mejilla y cogiendo su bolso- Me voy que el deber te llama- dijo con una mueca graciosa y yo me carcajeé de ella.
-¿Quién es la envidiosa ahora?- le saqué la lengua y ella hizo lo mismo, en un gesto totalmente infantil…
-Cuídate cuñadita- me guiñó y me abrazó suavemente- No le des mucha caña a mi pobre hermanito- dijo con voz pícara.
-Oh vamos, la caña me la da él…- me tapé la boca en cuanto lo dije…
¿Por qué carajo había dicho yo eso?
-¿Con que te la da él, no? Morbosilla- dijo sonriendo pícaramente con voz sensual y yo no pude más que soltar una carcajada.
-Ya sabes… es imposible negarse a sus encantos…- dije acompañándola a la puerta.
-Si, ya… verás cuando se te revolucionen las hormonas… querrás tirártelo o matarlo en menos de dos segundos…- me besó en la mejilla y le abrí la puerta, encontrándome con los ojos pícaros de Eleazar y con una mirada “encantadora”, nótese el sarcasmo, al lado de él- Bueno nena, mañana te llamaré- me besó en la mejilla nuevamente y se dirigió con su elegante caminar- Adiós Eleazar- le guiñó y siguió su camino.
-Joder… si me gustaran las mujeres…- dijo mi pobre amigo anonadado con los andares tan elegantes de mi amiga.
-Cierra la boca Eleazar, se te cae la baba- le dije bajito para que nadie se enterase. Se recompuso inmediatamente y me sonrió.
-Bella, éste es el becario, James Wilson- dijo señalando al tipo rubio con penetrantes ojos azules.
-Un gusto- dije demasiado irritada y Eleazar me miró extrañado…
Ya… no sabía comportarme así de irritante con nadie, pero este tipo no me había gustado nada…
-Señorita Bella- dijo con voz profunda y me cogió la mano para besármela, pero yo lo paré enseguida.
-Señora Cullen- le dije señalando mi anillo y él me sonrió más ampliamente.
¿Era masoquista o gilipollas?
-Oh, ¿casada?- dijo con voz sin una pizca de sorpresa.
-Si- dije sin más y me dirigí hacia Eleazar- ¿Podemos hablar un momento?
-Claro- me cogió del brazo y me empujó suavemente hacia mi despacho. Cerró la puerta tras de nosotros.
-¿Quién carajos es ese?
-Un becario, ya lo sabes- dijo mirando hacia el precioso paisaje que había detrás de mi como si fuese lo más importante del mundo.
-Eso ya lo sé, no soy gilipollas- me estaba encabronando y gravemente…
-Ey, para con las hormonas mujer- dijo mirándome con tranquilidad- Ése- dijo señalando hacia la puerta- Es un gilipollas, lo sé, pero tenemos que hacerle las pruebas porque es el hijo del señor Andrew…- suspiró.
-¿¡Qué!?- dije muy irritada.
-Si, Bella, tendremos que soportarlo unos meses… para que aprenda.
-¿Y por qué carajo no va a la facultad y aprende allí? Es lo que hemos hecho todos, joder- dije ahora muy encabronada.
-Es simple, es un niñito de papá, así que habrá que soportarlo- dijo acercándose a mí- Le daremos todo el trabajo estresante, de eso me ocuparé yo- me guiñó y me abrazó con mucho cariño- No quiero que te alteres por un niñato de mierda, no es bueno para tu salud- y suspiré y lo apreté más contra mí.
-Tienes razón, gracias Eleazar- le sonreí- Pero no me puedo creer que el señor Andrew tenga un hijo como ese… con lo buena persona que es…- suspiré de nuevo y me aparté de él- Ahora hazle pasar…- indiqué con mi barbilla, señalando hacia la puerta.
-Tranquila- me besó en la mejilla y se dirigió hacia la puerta. Yo me senté en mi sillón y puse mi mejor sonrisa, ahora iba a ser la jefa falsa…- Entra James- le dejó sitio para que pasará y el muy imbécil me sonrió ladinamente.
-¿Algún problema?- dijo como si no supiera nada.
Bien… quería jugar, pues yo le daría el juego que necesitaba…
-En absoluto- le sonreí y él ensanchó la sonrisa. Imbécil…- Estamos muy orgullosos que el hijo del señor Andrew sea nuestro becario de este año, pero no entiendo una cosa- dije mirando esos ojos de hielo.
-Dígame- me sonrió de nuevo y vaya asco que le estaba cogiendo a esa puñetera sonrisa…
-Si es el hijo del señor Andrew…- él asintió- ¿Por qué es becario? Hasta donde sabemos tiene bastante capital y acciones como para tener millones de oficinas- dije segura y él volvió a sonreír.
-Bueno… digamos que mi padre me está poniendo a prueba… acabo de terminar la carrera y quiero hacer mi proyecto en esta compañía, es muy famosa y sin duda, mi currículo se inflará con ello.
Bueno… era listo el gilipollas, pero no le iba a dar el gusto de que su estancia aquí sea un camino de rosas…
-Vaya…- fingí sorpresa- No me lo esperaba en absoluto- dije con la sonrisa más falsa de toda mi vida y pude observar a Eleazar conteniendo una fuerte carajada con tos…
-Si, entonces… ¿qué tengo que hacer?- Bien, la pregunta del millón.
Ahora era mi turno de jugar…
-¿Ves este montón de papeles?- señalé el enorme montón de folios que había encima de mi mesa, él asintió y por primera vez sin sonrisa.
Bien… ahora nos íbamos entendiendo…
-Son los proyectos que nos han mandado para hacer- intervino Eleazar- Pero esta compañía tan sólo realiza los proyectos que sean importantes en primer lugar y luego, si hay tiempo, realizamos los siguientes- dijo profesional- Tienes que ver el área disponible y el estado de la misma- le sonrió falso y yo por primera vez sonreí sinceramente. Cómo me gustaba Eleazar… podía ser tan bueno como el pan, pero tan malo como un demonio- Ahora si nos disculpas, vete a la sala de becarios con esto- señaló la gigantesca montaña de papeles- Quiero esos proyectos en mi mesa en una hora.
-¿Una hora?- exclamó mirando el montón de proyectos y yo sonreí.
-Si- le dije al tal James y cogió todos los proyectos y salió de mi despacho, no sin antes dedicarme otra de sus asquerosas sonrisas…
Iban a ser unos meses muy largos…




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Chicas ahora si que os pido perdón con toda la razón... Perdonad mi ausencia por esta semana y media, pero he tenido unas clases tortuosamente lentas y largas, mil exámenes y un trabajo esporádico que me ha surgido...
Estoy terriblemente estresada... pero ya pensaba que iba siendo hora de subir  un capítulo mis niñas, habéis estado apoyándome de una u otra forma, al pie del cañón y os lo agradezco en el alma, me habéis hecho sentir especial y querida.
Espero, como siempre, que os guste, lo he escrito en pura tensión, pero creo que ha quedado bien, después de todo...
*Mi querida Yess, cariño va para ti, gracias por mandarme los correos que siempre me hacen sentir especial, te quiero nena, te siento como mi amiga de toda la vida :D
*Para ti Lumy, gracias nena por seguir visitando el blog, a pesar de no haber subido nada, gracias!!
*Gem, hermosa, para ti también, gracias por comentarme siempre en todos los comentarios, es un detallazo :D
*Y para Analie, nena tú también me visitas continuamente, gracias guapísima!
Y para todas las demás, que no se dejan ver por ningún lado, mil besos!!!
Romiina^.^



3 comentarios:

  1. Como siempre MARAVILLOSO nena!!; tienes muchísimo talento para escribir ya extrañaba tus letritas, me alegra saber de ti seguido por los correos, disculpa que no te conteste tan a menudo, ahorita traigo obra y exámenes y obra!! jajajajaj n.n.
    Pero bueno no te aburro más, este fic es muy especial, es el primero que leí de tu blog y realmente que me engancho :D.

    Te quiero mucho hermosa, espero leer de esta fantastica historia pronto.
    Abrazos y besos por montones.

    Yessi*.*

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  2. Romi un capí sumamente fantástico. Me encantó muchísimo. De verdad que fue super emotiva la parte en que ambos conocieron y pudieron ver a su pequeño retoño. Me encantó como Bella tortura a Edward y lo mucho que se aman. Ambos irradian mucha felicidad, me tiene super enganchada de tus fics, son grandiosos. Ansiosisima por el próximo, Saludos!!!! Un abrazo, feliz viernes!!!

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  3. Romi ya sabía que algo te mantenía ocupadita, pero, tranquila nosotras esperamos con fervor. Este capitúlo te ha quedado de película, la parte de la consulta casi me muero del gusto, esos chicos son ardientes waoooo. Humm imagino que este James no podemos esperar nada bueno, bien lo siente Bella.
    Gracias por compartir tus historias con nosotras.
    Besos Nena.

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*..Diosas del Crepúsculo..*