sábado, 17 de marzo de 2012

INOLVIDABLE



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Capítulo 18: Eres toda una tentación.
Bella pov.
-¡Jake!- corrí hacia mi amigo con cuidado cogiendo la cola del vestido.
-¡Bella!
Llegué hasta él y nos fundimos en un cariñoso abrazo.
-Me alegro tanto de que hayas venido- le susurré con lágrimas en los ojos, sinceramente desde hacía unos meses no sabía nada de él, ni una llamada ni un sólo mensaje...
Sabía que estaba asimilando todo lo que estaba pasando en mi vida, ya que se había encontrado con la enana y le había contado todo lo mío con Edward...
-¿Por qué no vendría? Seré el padrino de tu bebé- me tocó el vientre- Si es que me dejáis- me separó de su cuerpo para sonreírme como él sólo sabía hacerlo.
-Claro, claro que si- nos fundimos en un nuevo abrazo- Pensaba que te molestaría estar presente mientras Edward y yo estamos juntos- le dije apretando el cuello de su camisa.
-Claro que no preciosa- me separó de nuevo para mirarme a los ojos- Ya he superado lo nuestro, además no podrías soportarme, soy mejor que tú- me dijo con la sonrisa más maravillosa que le había visto jamás. Yo le golpeé en el brazo suavemente y soltamos una sonora carcajada.
-Eres imposible.
-Si, pero aun así me quieres- me guiñó un ojo y yo le sonreí- Tengo que presentarte a mi futura esposa- me dijo cogiéndome totalmente por sorpresa.
-¿Tu futura esposa?- alcé una ceja con sorpresa, ¿cuándo la había conocido?
-Si, me dirás que estoy loco, pero la verdad la conozco desde que nací- me dijo como si fuera obvio- Es Leah.
Yo sólo pude abrazarle con toda la alegría del mundo.
-Te felicito, sabía que vosotros dos terminaríais juntos al final- le sonreí y él me devolvió la sonrisa, dejando ver sus relucientes dientes.
Leah era una chica de la reserva, que por lo visto odiaba a Jake, no la conocía en persona, pero mi amigo había hablad bastante de ella.
-¿Cómo se encuentra mi hermosa esposa?- me dijo Edward mientras me cogía por la cintura y me besaba debajo de la oreja, estremeciéndome por completo.
-Perfectamente ahora que estás aquí- le dije poniendo mis manos encima de las suyas.
-Leah, ven- llamó Jake a una chica muy morena bastante guapa.
-Hola- nos saludó.
-Leah, ella es Bella- me señaló- Bella, esta es Leah.
Leah se acercó y nos dimos dos besos en la mejilla.
-Encantada, eres muy guapa- le dije con una sonrisa, sin ni siquiera soltarme de Edward, necesitaba su calor.
-Igualmente y gracias, tu eres preciosa- me dijo sinceramente.
-Gracias.
Hablamos de todo en particular, Jake estrechó a Leah en sus brazos y no la soltó jamás, al igual que yo con Edward.
Me alegraba de todo corazón, al fin mi amigo encontraba a alguien que verdaderamente lo quería y lo merecía.
Comenzamos a sentarnos en los asientos del "improvisado" salón, aunque tenía de todo menos de improvisado...
En el centro se encontraba la enorme tarta, con dos figurillas idénticas a Edward y yo encima. ¿Cómo había conseguido la enana dos figurillas exactamente igual a nosotros? La palabra era Alice Cullen, no había nada que no consiguiera...
Además de la enorme figura de hielo que hacía de fuente, que era un enorme cisne elevando sus alas hacia el cielo, simplemente hermoso.
Las mesas estaban perfectamente colocadas meticulosamente en las zonas indicadas, con manteles bordados en tonos marfiles y las sillas envueltas en una fina seda marfil con un lazo de color burdeos para rematar la decoración. En el centro de las mesas descansaba un jarrón repleto de rosas rojas y blancas, haciendo un contraste exquisito.
Era perfecto.
-Bella, mi amor, ¿qué tal estas?- me dijo Esme besándome en la mejilla.
-Feliz es la palabra que más se le acerca- miré a Edward y éste me sonrió torcidamente.
-Las bodas alegran a todo el mundo- dijo la enana dando saltitos a pesar de su enorme barriga.
Todos le sonreímos feliz mientras nos sentábamos. Por supuesto, Edward y yo presidiendo la mesa y los demás sentándose con sus respectivas parejas. Todos esperaron a que los novios nos sentáramos para ellos seguirnos.
El catering comenzó su tarea y pronto todas las mesas se llenaron del menú elegido por Alice y Esme.
Si... porque ni siquiera el menú me habían dejado elegir, según ellas todo era una sorpresa, pero no me extrañó el fantástico menú que habían elegido, tenían un gusto exquisito.
-Felicidades- nos susurró un camarero y nosotros asentimos con la cabeza.    
De primero cóctel de marisco, absolutamente riquísimo.
-Voy al baño- dijo Rosalie levantándose con la elegancia que la caracterizaba y todos los hombres, incluso mujeres, se voltearon en su dirección, sinceramente Rosalie estaba rompedora y elegante con ese vestido.
-Voy a acompañarla, aquí hay más lobo suelto de lo esperado- dijo Emmett de mal humor y todos soltamos una sonora carcajada.
-Eso te pasa por casarte con la perfección en mujer- le dije mirándolo con burla y sinceridad. Ahora le tocaba a él probar un poco de su propia medicina.
Todos en la mesa estallaron en carcajadas.
-Vaya, la boda te ha hecho tener un humor espléndido- dijo furioso levantándose de la silla para ir detrás de Rose y todos volvimos a estallar en sonoras carcajadas.
-Bella, gracias, necesitaba esa contestación- dijo Jasper cuando se hubo tranquilizado.
-Preciosa- me susurró Edward muy cerca del oído, estremeciéndome por completo- Siendo sinceros, eres tú la que estás captando la mirada de todos, tú sí que eres perfecta- me besó el cuello con disimulo y tuve que ahogar un gemido. Edward se dio cuenta y sonrió, haciendo que su aliento chocara contra mi piel- Y eres toda una tentación, no veo el momento de quitarte ese vestido y hacerte mía hasta el amanecer.
Ahora sí que tuve que reprimir un gemido, sentía calor, muchísima calor y parecía que Edward lo disfrutaba…
-Vamos, deseo bailar con mi esposa- dijo cogiéndome de la mano y nos levantamos. Comenzamos a andar y todos los invitados se levantaron de repente.
En ese momento comenzó a sonar el famoso vals y Edward me cogió por la cintura y yo automáticamente puse mi mano en su hombro. Unimos nuestras manos y conectamos nuestras miradas.
Parecía que el tiempo se había congelado y sólo existíamos él y yo, nuestras miradas nunca se dejaron y lentamente fuimos acortando la pequeña distancia para que nuestros labios se rozaran lentamente, sin prisas. El deseo que había sentido hacía unos minutos había pasado a puro amor.
-Te amo- le susurré posando mis labios en los suyos y él afianzó más su agarre en mi cintura.
-Yo sí que te amo, me has hecho el hombre más feliz del mundo señora Cullen- volvió a besarme y esta vez algo choco contra nosotros.
-Tortolitos hace ya como diez minutos que el vals ha terminado- dijo Emmett bailando con Rose.
-Cállate “osito”- le dije burlándome de él y Edward y Rose soltaron una sonora carcajada. Yo sonreí feliz y Emmett se lo tomó totalmente a broma, ahora sí que había vuelto nuestro Emmett.
-Eddie pórtate bien esta noche, que aunque tengas vía libre para abusar de la pobre Bella, eso no significa que la tengas que pervertir- dijo haciéndose el gracioso, provocando que Rose le diera un golpe en la nuca- “Auch”-Yo simplemente volví a la carga…
-¿Quién sabe “Emmie”? Quizás sea yo la que quiera pervertir a nuestro Eddie- le dije mirándolo de soslayo, dándome cuenta que él y Rose se había quedado con la boca abierta y miré directamente a Edward, que me miraba con deseo. Yo le sonreí con picardía.
-Joder… pues sí que se ha espabilado nuestra Bells…- dijo alejándose con Rose, sobándose la nuca por el golpe de Rose.
Edward y yo nos miramos y soltamos una sonora carcajada.
-Quiero pervertirme contigo- me dijo Edward cuando se hubo tranquilizado y se acercó más a mí, sintiendo todo el calor que emanaba su cuerpo, Dios…
-Edward…- gemí bajito, la sensibilidad que estaba experimentando mi cuerpo me estaba jugando malas pasadas…
-¿Interrumpo?- sonó la voz de Jake.
-S…- no lo dejé terminar, tenía que separarme de él en este momento, si no me tiraría encima de él en este momento…
-Claro que no Jake- dije separándome de Edward y lo miré suplicante, él me dedicó su sonrisa torcida, estaba malditamente sexy…
Joder…
-¿Me permites?- dijo Jake haciendo el amago de coger mi mano para bailar.
-Por supuesto- le sonreí aceptando su mano.
-Cuídala- le dijo Edward a Jake y éste asintió- Le debo un baile a Rosalie- dijo sonriendo mientras de alejaba de nosotros.
-Bueno, ¿qué tal se está portando contigo?- me dijo Jake agarrando mi cintura con suavidad, yo puse mi cara en su pecho, sintiendo todo el calor de su cuerpo.
-¿Te parece que se esté portando mal conmigo?- le dije separándome de él un instante para mirarlo a los ojos.
-Bueno, ya sabes que no puedo evitar preguntar, sé que jamás diría esto, pero Edward es un buen tío- me sonrió y volvió a poner mi cara en su pecho.
-Si, tengo mucha suerte de estar con él Jake, siento que sin él no podría vivir- me apreté más aún a él sintiendo la amenaza de mis lágrimas por salir…
-Ey, no te pongas así, simplemente quería preguntar si eras feliz, eres muy importante para mí Bells- miré hacia arriba, encontrándome con su perfecta sonrisa.
-Gracias- le besé en la mejilla y volví a poner mi cara en su pecho- La verdad que ha merecido la pena estar todos estos años sin él para ahora tenerlo para siempre.
-Bueno, si lo miras de ese modo tienes razón, pero aun así no dejáis de ser unos cabezones los dos.
-Entonces me alegro de ser cabezona- sonreí y él también lo hizo, pues su enorme pecho se sacudió ligeramente.
-Bella quería pedirte algo- me separé de él inmediatamente, su voz era preocupada, ¿le pasaría algo?- Shh, tranquila, no es nada malo, simplemente estoy preocupado…
-¿Preocupado?- dije con sorpresa- ¿Qué pasa Jake?
-No es nada malo, pero aun así no puedo dejar de preocuparme.
-¡¡Dios, Jacob Black!!- estaba fuera de mis casillas, ¿estaba preocupado y se andaba con rodeos?
-Shh, Bella, no grites o no dejaran de mirarnos- bajó la cabeza avergonzado y miré a mi alrededor y me ruboricé bastante…
Todos y cuando digo, todos, eran todos…
Cada invitado que se encontraba al lado nuestro y no tan al lado, nos miraban con caras sorprendidas, aunque pude distinguir algunas caras divertidas…
Miré a mi hermoso esposo y éste se encontraba bailando con Leah.
Nuestras miradas se conectaron y él sólo pudo sonreírme de lado y yo un tanto ruborizada se la devolví.
-Jake vamos a sentarnos- le dije poniendo mi mejor cara de niña buena a todos los presentes… y cogí su mano para que avanzara conmigo.
-Claro…
Avanzamos hacia la mesa más cercana y al parecer todos los invitados volvieron a lo que estaban haciendo antes de que yo gritara como una posesa…
Qué vergüenza…
-Bells la has liado- dijo Jake y estuve a punto de darle una colleja, si no fuera porque había personas al lado nuestro… Tanta compañía de Alice y Rose me estaban pasando factura…
-Jacob Black será mejor que desembuches- dije bajito para que sólo él se enterase. Puse observar cómo tragaba en seco.
-Madre mía… qué carácter, no sé cómo E…- por mi cara, se calló lo siguiente que iba a decir. Hice un amago con mi mano para que prosiguiera y él asintió levemente- Me voy a casar con Leah- soltó de repente sin anestesia y yo no me pude alegrar más.
-Oh, Jake, felicidades- le abracé con todo el amor y cariño que sentía por él, lo quería muchísimo y jamás dejaría de ser mi amigo.
-Gracias- me sonrió.
-Entonces, ¿por qué estás preocupado?
-Pues verás… necesito que me ayudes con los preparativos y sobretodo a elegir mi traje, no tengo ni idea Bells- ver la cara de mi amigo derrotado al ser tan enorme no tenía precio… Me largué a reír por varios minutos… -No tiene gracia Bells, pensaba que me ayudarías…- dijo tocándose la nuca.
Edward pov.
Estaba bailando con Leah, después de que mi cuñada fuera secuestrada literalmente por mi hermano.
-Bueno y ¿qué tal te trata el bruto de Jacob?- le dije a Leah sin apartar la mirada de mi esposa. Nunca me cansaría de mirarla…
Dios… era tan hermosa y perfecta.
Su sonrisa iluminaba todo el lugar, haciéndola parecer una diosa.
Estaba charlando animadamente con Jacob mientras bailaban al son de la música y cómo me alegraba que estuvieran juntos.
Ellos se conocían desde hacía muchísimo tiempo y me encantaba verla feliz al lado de los que la querían con todo el corazón. La verdad era que antes no me hacía ni pizca de gracia verla con Jacob, los celos me carcomían, pero ahora sabía que ellos dos tan sólo mantenían una amistad, muy fuerte por cierto, y distinta a los demás. Aun así estaba feliz por ellos.
-¿Edward?- Leah cortó el hilo de mis pensamientos y por primera vez la miré.
-¿Si?
-Haber… estamos en el planeta tierra, más concretamente en tu boda- dijo con una sonrisa graciosa. Yo sólo pude sonreírle- Se nota que os amáis demasiado, no dejes que nada ni nadie os separe- me dijo con toda sinceridad.
-Eso es lo que tenía pensado el resto de mi vida- le dije con total sinceridad y amor en mis palabras.
De repente, escuché la voz de mi ángel gritar…
-¡¡Dios, Jacob Black!!- dijo muy enfadada, ¿qué era lo que le pasaba? ¿Le dolería algo?
Me dispuse a caminar hacia ella, pero una mano femenina me detuvo.
-No te preocupes, seguro que Jake la ha sacado de sus casillas y no querrás que lo pague contigo, ¿verdad?- me dijo Leah.
-¿Cómo lo sabes?- le dije sin mirarla, centrando toda mi atención en mi esposa.
Qué bien sonaba eso de mi esposa…
Mi ángel me miró muy ruborizada y yo sólo pude sonreírle con su sonrisa favorita. Ella me devolvió la sonrisa y le murmuró algo a Jake y le cogió de la mano para salir de la pista de baile y sentarse con él para charlar…
Las hormonas del embarazo estaban cada vez más presentes…
-¿Lo ves?- dijo Leah sabia.
-Bueno… pensaba que le pasaba algo y…- cortó mi intento de excusa.
-Edward, no quiero entrometerme, pero veo que eres muy sobreprotector con ella- me miró con sus grandes ojos azabaches- Tienes que controlar esos impulsos o te veré muy mal dentro de unos meses, cuando las hormonas del embarazo estén en todo su esplendor- dijo acertando de lleno.
-Creo que tienes razón, pero es que no puedo evitarlo- bajé mi mirada avergonzado.
-Ey, no te pongas así, les suele pasar a todos los hombres, aunque tú eres un poco exagerado- la miré y me sonrió.
-Lo sé.
-Pero bueno, creo que cambiarás cuando tengáis la primera pelea fuerte- me dijo palmeándome el hombro- Ha sido un placer bailar contigo, voy a tomarme algo, ¿vienes?
-No, gracias, iré a ver a mi esposa- le sonreí y ella me devolvió la sonrisa alejándose de mí.
Cuando estaba a tan sólo dos escasos metros de mi razón de existir, oí su inconfundible risa, era música para mis oídos.
-No tiene gracia Bells, pensaba que me ayudarías…- dijo Jake tocándose la nuca avergonzado.
-¿Cuál es el chiste Jacob?- dije mirando a mi amor y ella enseguida se levantó y me estrechó en sus brazos- Vaya, si hubiera sabido que tenías tantas ganas de estar cerca de mí, habría venido antes- le dije besándole el tope de su cabeza.
-Tonto- me susurró subiendo su cabeza para mirarme a los labios- Te amo tanto- dijo antes de posar sus suaves labios en los míos. Yo la estreché más a mí y le respondí gustosamente el beso.
Nos separamos cuando el aire nos empezó a faltar y fue ahí cuando nos dimos cuenta que Jacob estaba presente.
-Oh, por favor, no os cortéis- dijo con ironía.
-Jake…- gruñó mi esposa y yo me reí de la actitud de Jacob. Tragó en seco al ver a esposa enfadada- Y claro que te ayudaré- le dijo sin dejar de mirarme con esos ojos que me volvían loco.
-Gra… gracias- dijo levantándose- Iré a buscar a mi futura esposa- dijo con una sonrisa.
-Procura tratarla bien o te las verás conmigo- dijo mi esposa dirigiendo su mirada a mis labios. Esa mirada había sido putamente sexy y no veía el momento para arrancarle ese vestido y hacerla mía…
-Maldito carácter… joder, no sé cómo coño la aguantas- me susurró Jacob para que mi esposa no se enterase, pero fracasó estrepitosamente…
-Jacob te cuento uno para que corras- dijo sin molestarse a mirarlo. Jacob ni siquiera se molesto en responderle, salió disparado con la poca dignidad que le quedaba y yo no pude evitar reír- ¿Y tú de qué te ríes?- dijo con voz divertida.
-De que espantes a todos para estar contigo- la besé hambriento de ella y ella dejó escapar un gemido que acallé con mi boca.
Tenía que separarme de ella de inmediato o el pequeño Eddie saldría a relucir en cualquier momento…
-Te amo- le susurré mientras la abrazaba- ¿Estás cansada?
-No.
-Me alegro, no creo que vayas a dormir esta noche- le dije con voz sensual cerca de su oído, estremeciéndola por completo.
-¿Eso es una sugerencia doctor Cullen?
-Eso es una sugerencia para toda la vida señora Cullen- le dije volviendo de nuevo a sus labios.
-Me gusta- dijo uniendo de nuevo nuestros labios.
No sé cuánto tiempo pasó, pero comenzó a llenar el ambiente una canción muy sugerente y ahí supe que erala hora de la famosa “liga”…
¿Cómo podría quitarle la liga sin que el pequeño Eddie se despertase?
No podía permitir eso, sería bochornoso, por no decir la cara que pondría Bella… ya estaría muy ruborizada como para que yo también la avergonzara aun más.
Todo el salón se apagó de repente y sólo me iluminaba a mí. Bella había desaparecido de mi lado y cuando estuve a punto de llegar a la locura, la luz enfocó hacia una figura que estaba delante de mí.
Era, era ella…
Dios mío… ¿por qué me haces eso?
Bella tenía su pierna derecha encima de una silla, exponiendo su suave piel de crema delante de mí sin ningún tipo de pudor. Tenía varias ligas, todas del mismo color, haciéndola aún más sexy…La fina seda del vestido caía como una cascada sobre su piel, haciéndola parecer una auténtica diosa y ya ni qué decir cómo le quedaban esos zapatos…
Hacía que sus piernas estuvieran más esbeltas y sexys…
Y ni que hablar de su cara… Me miraba con picardía y travesura, dejando sus labios entreabiertos y sus manos acariciando su cintura.
J-O-D-E-R
Los silbidos no se hicieron esperar y yo avancé hacia ella con paso decidido, quería tenerla cerca, más bien necesitaba tenerla cerca…
Comencé a acariciar sus brazos expuestos y ella cerró los ojos ate mi toque… Mi orgullo no podía estar más arriba…
Le acaricié hasta las puntas de sus dedos y comencé a arrodillarme ante ella. Mis ojos jamás la dejaron y mis manos se fueron directamente hasta esa tela de encaje que me estaba volviendo completamente loco…
Primero acaricié su muslo, provocando que un dulce gemido saliese de sus labios, gracias a Dios que estábamos bastante lejos de todos los invitados… Después acerqué mi boca hasta la diminuta tela y la enganché entre mis dientes, su mirada era puro fuego, sus ojos marrones estaban casi negros de puro deseo.
J-O-D-E-R de nuevo…
Fui bajando la tela lentamente, torturándola a ella y torturándome a mí…
Cuando se la quité completamente, la cogí entre mis manos y la acerqué hasta mi nariz, oliendo su dulce aroma, esta mujer sería mi muerte en este mismo momento.
Gemí bajito, controlándome y ella sonrió sexymente.
Lancé la dichosa prenda hacia el público sin mirar y me acerqué de nuevo a ella, así hasta quitarle diez ligas…
Diez putas ligas que me estaban matando poco a poco…
La última decidí quedármela y la guardé en mi pantalón. Ayudé a mi esposa a bajase de la silla y todo el salón estalló en sonoros aplausos.
Se encendieron todas las luces y poco a poco fueron viniendo todos los invitados para felicitarnos por tan maravillosa actuación.
-Joder, creo que haremos un cuarteto pronto- me dijo Rose mirándonos con lujuria en sus ojos.
Madre mía… sí que la habíamos liado bien…
-Rose…- dijo Bella avergonzada agarrando mi mano.
-No te avergüences, has estado mortalmente sexy- dijo besando las mejillas de mi esposa- Uff, qué calor…- dijo mirando a Emmett.
-Vamos- dijo Emmett con tono sugerente cogiendo la mano de su esposa- Eddie veo que te has espabilado rápido- me palmeó el hombro- No le des fuerte a Bells, no se vaya a desmontar- dijo alejándose de nosotros y miré a Bella.
-No te preocupes Em, seré buena- le gritó para que se pudiese enterar y el gilipollas de mi hermano sonrió como un niño pequeño.
-Me encanta que hables así- le susurré.
-Pues verás esta noche- dijo pellizcándome en el culo.
-Habéis estado increíble- dijo la enana dando saltitos.
-Joder, vaya espectáculo…- dijo Jasper.
-Gracias chicos- dijo Bella abrazándoles.
-Bells, vamos, hay que cambiarte- dijo la enana cogiendo la mano de mi esposa.
-¿Ya?
-Si, vamos, ¿no querréis perder el avión verdad?
-No, claro que no- me miró y me sonrió- Estaré contigo en unos minutos, te amo mi vida- me besó en los labios y se alejó con mi hermana y mi madre.
Si, porque nuestra luna de miel sería fuera de aquí, más concretamente en una isla paradisiaca, que mi papá le había regalado a mamá.
Era una sorpresa y Bella, a pesar de bombardearme con preguntas durante todo este mes, no sabía ni sospechaba absolutamente nada. La idea había sido de mamá, decía que a Bella le encantaría y yo no lo dudé en ningún instante.
-Vamos tío, le prometí a Alice que te acompañaría a tu habitación para coger las maletas mientras tú te cambiabas.
Asentí y nos dirigimos hacia mi habitación.
Bella pov.
-Ali, ¿no estás cansada?
-Bueno… un poco, pero nada que no pueda soportar aun- me dijo mientras me cepillaba mi pelo.
-No sé cómo puedes soportar tanto con esta enorme barriga- le dije acariciándole su enorme barriguita con mucho amor.
-Costumbre Bells- dijo dejando el cepillo encima de la cama y sacando un precioso vestido marfil muy veraniego.
-¿Dónde iremos Ali? Vamos dímelo, si vas a hacerme poner ese vestido es que hace calor allí, ¿no?- dijo haciendo mi mejor puchero.
-Si, hará calor y será lo único que te diga- dijo sin soltar prenda- Vamos, levántate que no tenemos toda la noche.
Hice lo que me dijo y me ayudó a sacar el vestido de mi cuerpo.
-Necesito una ducha- dije sintiendo mi cuerpo pegajoso por el sudor que me había provocado la actuación tan caliente que había tenido con Edward.
-Sabía que dirías eso- dijo muy contenta- Tu ropa interior está lista en el baño, es exactamente igual a la que llevas.
-¿Có… cómo…?- me cortó.
-Parece que no me conoces Bells, anda ve a ducharte mientras yo termino de preparar tus maletas.
Me dirigí hacia el baño y me duché rápidamente. Mi cuerpo me lo agradeció relajando mis músculos por completo.
La caliente actuación de Edward me había dejado más tensa de lo normal… Lo necesitaba más que nunca.
Me puse el precioso conjunto de encaje y salí del baño, encontrándome con una Esme sonriente.
-Estás preciosa hija- se acercó a mí y me besó en ambas mejillas- Te ayudaré a ponerte este hermoso vestido- dijo cogiendo el vestido que descansaba en la silla.
Me lo puso con un cuidado extremo y la delicada tela me acariciaba la piel. Me llegaba hasta encima de las rodillas y el escote era en forma de pico con las tirantas en forma de barco, simplemente perfecto. Y lo que más me gustó fue el escote en pico que tenía en la espalda, que me llegaba hasta el nacimiento de mi trasero. Haciéndome ver sexy.
-Ahora sí que estás preciosa- me volvió a besar Esme y Rose y Alice entraron en la habitación.
-Dios mío Bells te queda mejor de lo que esperaba- dijo Alice mirándome maravillada.
-Bells estás perfecta, pero te falta algo- me dijo mirándome de arriba abajo- Aparte de los zapatos, claro- dijo pensativa- Te haré una trenza al lado para que el escote de la espalda se te vea a la perfección.
-Si, me parece estupendo- dijo Alice sacando del armario una caja de zapatos.
Me senté en la silla que hoy era mi compañera de cambios y dejé que Rose me tocara el pelo suavemente para hacerme una despeinada trenza, sin parecer formal, pero a la vez con un toque elegante.
-Me encanta- le dije mirando el reflejo del espejo maravillada.
-Y más te gustara esto- dijo Alice tendiéndome la caja de zapatos, que ponía “Prada” en púrpura.
-¿Prada? Alice no puedo aceptarlo, son carísimos y…
-Nada de eso- me cortó- Por favor, tienes que aceptarlo Bells, es lo menos que te mereces por hacer a mi hermano tan feliz- me hizo su mejor cara de cachorrito degollado y asentí a regañadientes.
Abrí la caja y los zapatos más bonitos, después de los de mi boda, por supuesto, se presentaban ante mí.
Eran unas sandalias de tacón, que se ataban a tobillo formando un precioso lazo encima de mi empeine. Eran completamente rojas.
-Dios mío…- susurré cuando Rose me las puso con mucho cuidado- Son perfectas.
-A mi hermanito le dará un infarto cuando te vea- dijo Alice sonriéndome.

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Chicas después del atraso aquí esta el esperado capi, mañana subiré el siguiente como recompensa por haber tardado, espero que os guste y pronto me pondré a escribir MEZCLA DE SENTIMIENTOS y EL AMOR CONTRA TODO! Un besazo a todas y este capi va dedicado especialmente a YESS, nena disfrútalo tanto como yo disfruto con tus escritos, te quiero muchísimo, espeor que estes bien que hace mucho que no sé nada de tí, un abrazo y un beso muy fuerte cariño,
*.*Romiina*.*

4 comentarios:

  1. Romi ohh la espera valio la pena, que capitúlo que boda de ensueño, eres espectacular que bien que escribes, te felicito. Gracias por darme otro capitúlo por ahi mismo, waoo voy a tener fin de semana feliz. En serio quede electrisada con la parte de la liga, uyyy como Edward pudo aguntar sin que Eddie saliera y Bella no se como no se corrio, fue sensasional.
    Saludos y besos Nena.

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  2. Gracias por tan preciosa dedicatoria, realmente tu me haces sentir muchísimas cosas con tus escritos, ADORO LEERTE!! Y perdón por estar desaparecida, estoy bien, y tu estas bien?, te extraño Romii!!
    Pásate al blog, publiqué un poema, espero lo leas.
    Besos.
    Yess*.*
    http://www.reflejosdeluna.com/2012/03/seguir-mis-suenos.html

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    1. Yo estoy estupendamente, saliendo de esta semana tan estresada que he tenido con los examenes!! ESTOY FELIZ, el viernes fue mi veinte primaveras y la verdad no lo pude celebrar mejor, aunque me faltaste tu y las chicas, de verdad me encantaría vivir más cerca y poder vernos todos los días para charlar o simplemente vernos y tomar algo! Sabes que mis dedicatorias las hago con el corazón y me salen del alma, mil gracias por leerme y sobretodo por comentar, me haces sentir especial, un besazo nena, tqm!

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  3. Romi el capí estuvo hermosisimo. Me encantó. Adore la parte de la liga, me encantó que fueran 10 ligas, hubo mucho calor. Adoro esta parejita tan hermosa, el capí estuvo buenísimo. La historia cada vez se pone mejor, me encanta. Te envío muchos saludos!!!!

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*..Diosas del Crepúsculo..*