jueves, 22 de marzo de 2012

EL AMOR CONTRA TODO

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Capítulo escrito por Romiina.

Capítulo 4: Especial.


Bella pov.

Por fin había llegado el día de mi cita con Edward…
Tenía que decir que estaba bastante nerviosa…
¿Saldría todo bien? ¿Le gustaría salir conmigo?
En ese momento, mi hermana entró por la puerta de mi habitación sin siquiera llamar, provocando que Danco, que se encontraba en su cama, le ladrase como un poseso…
-Maldito perro…- dijo poniendo su mano en la parte de su corazón, se había asustado bastante…
-Danco, ven aquí- lo llamé, él obedeció de inmediato acercándose a mí con cara triste… y yo inmediatamente lo acaricié.
-¿Qué haces así todavía?- dijo dejando una bolsa encima de la cómoda y mirándome con sorpresa.
-¿Así cómo?- le dije con una ceja alzada.
-Por Dios Bella… sólo faltan dos horas para tu cita con Edward- dijo como si fuera lo más obvio…
¿Cómo? ¿Dos horas? ¿Tan rápido había pasado el tiempo?
Miré rápidamente el reloj y tenía razón…
Eran las doce de la mañana y yo había quedado con Edward a las dos de la tarde…
Salté como una posesa de mi cama, tanto pensar en la dichosa cita me tenía nublada la mente y ni siquiera había podido dormir bien esta noche y mucho menos salir de la cama…
Miré de soslayo a mi hermana mientras me levantaba y vi cómo me miraba con su cara de triunfo…
-Vamos, en el baño ya tienes todo preparado- dijo cogiendo le pomo de la puerta para salir de mi habitación.
-¿Cuándo me has preparado todo?- dije dirigiéndome a mi baño.
-Pues cuando he podido entrar a pesar de tus ronquidos… Dios… espero que tardes en dormir junto a Edward…- dijo con una sonrisilla socarrona y yo inmediatamente le tiré el cojín que tenía en el sofá de mi habitación…- Ey- se quejó al darle de lleno en la cara.
Yo entré corriendo al baño y cerré con pestillo.
-Más vale que tardes siglos en salir Bella Swan o seré tu peor pesadilla- dijo medio en broma medio enserio cerrando la puerta de mi habitación de un fuerte portazo.
Genial…
Absolutamente genial…
Había enfadado a mi hermana en un día clave como hoy…
Me pregunto que me hará después…
Oh, oh… Bella has metido la pata hasta el fondo…
¿Cómo se te ocurre enfadar a tu querida hermanita justamente hoy? Te torturará con la plancha, las tenacillas y el secador… Y ni mencionar los altos zapatos que te hará poner y la dichosa vestimenta…
Con esos tortuosos pensamientos me metí en la bañera y encendí el grifo del agua hirviendo. Tenía que relajarme de alguna manera…
Poco tiempo me duró mi momento de paz, pues mi hermana ya empezaba a ser insistente…
-Isabella Swan más te vale salir de ahí en menos de dos minutos o llamaré a los bomberos para que derriben la puerta- gritó desde el otro lado de la puerta y pude escuchar cómo se sentaba en mi cama…
Madre mía…
No pude más que reír ante su comentario, amortiguándolo con el ruido el agua caer, lo menos que necesitaba era que también se diera cuenta que me estaba riendo de ella…
Me puse mi ropa interior, que inexplicablemente era nueva… ¿Cuándo…?
-Te faltan diez segundos- aporreó la puerta y yo me estremecí…
Me puse el conjunto nuevo sin rechistar y salí ante el huracán…
-Hasta que al fin te dignas a salir…- dijo avanzando hacia mí con cara malvada.
Oh, oh…
Me hizo sentarme enfrente del espejo y comenzó su “obra maestra” según ella…
Comenzó a secarme el pelo suavemente con una sonrisa en los labios…
Esto no me gustaba nada… algo estaba tramando…
-Vamos, tienes que ponerte la ropa- dijo cuando me hubo secado el pelo. Dejó el secador encima de la mesita y se dirigió hacia mi armario.
Sacó la percha del armario y lo que vi me gustó inesperadamente…
Eran unos vaqueros oscuros con las costuras rojas, totalmente pitillos y muy ajustados al parecer…
-Toma, póntelos, ahora te daré la camisa- dijo tendiéndome los pantalones y se volvió a dirigir hacia el armario.
Le hice caso y me los puse. Me miré al espejo y tenía que decir que me quedaban de muerte.
-Perfectos- susurró mirándome a través del espejo- Ahora toma, ponte esto- me dijo dándome una camisa roja, lisa totalmente, con unos botones en el centro. Tenía un escote de pico y era de mangas cortas.
-¿No hace mucho frío para esto?- le dije cogiendo la fina camisa. Aun así me la puse al ver la cara de asesina de mi hermanita…
-Para estar guapa hay que sufrir…- dijo su frase eterna y yo tragué en seco- Además llevarás este jersey encima- me dijo enseñándome un jersey azul marino- Y un abrigo encima, no te quejes más y siéntate.
 Me empujó literalmente hacia la silla de nuevo y comenzó con mi tortura personal… Aunque he de decir que se comportó esta vez…
Me hizo la plancha con mucha delicadeza, tanta que casi me duermo con los suaves masajes que me daba mi hermanita para que me relajara. Luego cogió un coletero del mismo color que mi pelo y me hizo una cola alta, dejando unos mechones alrededor de mi cara, tenía que decir que me estaba gustando todo de momento…
-No sonrías como una idiota aún- dijo cogiendo una brocha para aplicarme el maquillaje y yo la miré a través del espejo confundida- Ni que se te pase por la cabeza que no te estoy torturando por nada- me dijo con una sonrisa malvada.
-¿A… a qué te refieres?- dije alzando una ceja.
-Pues que yo estoy siendo buena contigo, porque tú serás buena conmigo- dijo diciendo lo más obvio. La miré más confundida aún y ella rodó los ojos…- Me contarás con pelos y señales toda tu cita con Edward y no hay un no por respuesta- dijo sin ningún tipo de réplica. Yo sólo puse asentir.
-Estás lista- dijo sonriéndome.
Dirigí mi mirada al espejo y me maravillé con lo que vi…
Mi cara estaba perfectamente maquillada, muy natural. Mis ojos tan sólo tenían un poco de lápiz negro, perfilándolos sutilmente y mis labios tenían un brillo muy natural.
Estaba perfecta.
-Gracias Rose- me levanté y la abracé con mucho cariño.
-Si, si, para que después digas que soy mala contigo- se separó de mí y me sonrió. Yo la besé en la mejilla y cogí el jersey para ponérmelo.
-Toma- dijo dándome un abrigo rojo, era precioso.
-¿Y esto?- dije maravillándome con la elegante tela, pero sin ser nada ostentoso.
-Esto es mi regalo de anticipación por haberte salido estupendamente la cita con Edward- me sonrió y me besó ligeramente en la mejilla. No querría estropear mi maquillaje…
-Gracias de nuevo Rose- dije colocándome el abrigo y me fijé en mis pies- Rose me fal…
-Si, lo sé, ten- me interrumpió tendiéndome unas manoletinas rojas, igualando con el abrigo.
-¿Na… nada de tacones?- dije extrañada cogiendo mis amadas manoletinas.
-No, por esta vez…- me miró pícara- Tendrás que estar cómoda en tu primera cita, ¿no crees?
-Si- suspiré aliviada y ella soltó una sonora carcajada.
-Ya te acostumbrarás a los tacones, a los chicos les encantan- me guiñó un ojo y me dejó un bolso rojo muy bonito, era pequeño y sus asas eran largas, para llevarlo en el hombro y que te cayera hasta la cintura.
-Es perfecto.
-Tú estás perfecta hermanita, a Edward le encantará- dijo dando un saltito, típico de Alice, su continua compañía estaba haciendo estragos en nosotras y sólo pude sonreír feliz- Ya me contarás después, ahora tengo que prepararme para la cita con Emmett.
-¿Otra cita?- pregunté incrédula.
-Si, ¿no es genial?- dijo feliz- Bells, ese hombre está calando hondo en mí- dijo melancólica antes de abrir la puerta de mi habitación- Que tengas mucha suerte y dale recuerdos de mi parte al bombón Cullen- me guiñó un ojo antes de salir de mi habitación y cerrar la puerta tras ella.
“El bombón Cullen”…
Mi hermana tenía toda la razón, no podía ser más perfecto.
Miré el reloj y eran las dos de la tarde, Edward estaría aquí en cualquier momento. Y ni siquiera me dio tiempo a calzarme los zapatos cuando el sonido de la puerta se escuchó en el piso inferior.
-Buenas tardes Reneé- se escuchó su aterciopelada voz.
-Hola Edward, ¿qué tal estás?- se escuchó a mamá antes de escuchar un par de besos.
No escuché nada más y puse mis cosas en el bolso y salí de mi habitación con mi ego subido considerablemente, si mi hermana decía que estaba perfecta, yo me lo creería y además, qué carajo, estaba perfecta.
Comencé a bajar las escaleras con una sonrisa y mi madre y Edward dirigieron sus miradas hacia mí.
Miré a esas dos esmeraldas verdes intensamente y tuve que dejar de mirarlas por miedo a caerme… Provocaba algo demasiado fuerte en mí…
Me fijé en su cuerpo y Dios… tuve que suspirar como una tonta, ¿podía estar más perfecto?
Absolutamente no…
Su jersey negro de cuello vuelto y esos vaqueros desgastados lo hacían ver como un puto modelo de pasarela… Dios, dame fuerzas para no caer…
Terminé de bajar las escaleras y mi sonrisa se ensanchó aún más…
-Hola- dije tímidamente ante su intensa mirada.
-Hola…- suspiró mirándome embobado…y yo me ruboricé al instante, gracias que tenía maquillaje y el rubor se notaría menos.
-Hija, estás preciosa- dijo mamá dándose cuenta de nuestro comportamiento.
-Gracias mamá- le sonreí y le besé en la mejilla.
-Cuídala Edward- dijo mamá dándole un golpecito en el hombro a Edward, lo que causó una sonrisa por parte de él.
-Por supuesto Reneé- me tendió su mano y yo se la cogí de inmediato. Me sonrió y me la besó con esos perfectos labios.
-Me recordáis tanto a Charlie y a mí de jóvenes- dijo mamá melancólica y nos volvimos a ruborizar violentamente…
Un momento… ¿Edward Cullen ruborizado? ¿Desde cuando pasaba eso?
-Que os divirtáis- cortó mamá mis pensamientos y Edward tiró de mi mano hacia la salida de mi casa.

Edward pov.

Estaba charlando con Reneé tranquilamente, la verdad esta mujer me caía mejor cada día, cuando la preciosidad más grande que había visto jamás, llamó mi atención por completo…
Bella estaba enfundada en un precioso abrigo rojo que le llegaba por encima de la rodillas, haciéndola elegante y a la vez desinteresada… Y para rematar, llevaba unos vaqueros demasiado ajustados para su propio bien…
¡Edward! Contrólate, eres un pervertido…
Es tu primero cita y ya estás pensando en su cuerpo…
Nunca le había visto con el pelo recogido en una cola y sinceramente, le quedaba espectacular…
-Hola- dijo tímidamente.
-Hola…- suspiré como un retrasado observando su belleza embobado… Ella se ruborizó casi al instante al notar mi intensa mirada y me reprendí mentalmente…
-Hija, estás preciosa- dijo Reneé cortando la incómoda situación en la que nos habíamos metido por nuestras miradas…
-Gracias mamá- los labios de Bella formaron una perfecta sonrisa y besó la mejilla de su madre.
-Cuídala Edward- me dijo Reneé dándome un golpecito en el hombro y yo sólo pude sonreír.
-Por supuesto Reneé- le tendí la mano a Bella para que la cogiera y así lo hizo. Yo besé su suave piel y le sonreí.
-Me recordáis tanto a Charlie y a mí de jóvenes- dijo Reneé y Bella y yo nos ruborizamos bastante…
-Que os divirtáis- escuché decir a Reneé y sin dudarlo en ningún momento, tiré de la mano de Bella y salimos al exterior de la casa.
Nos encaminamos hacia mi coche y abrí la puerta para ella.
-Gracias- me miró y me sonrió. Soltó mi mano y sentí la ausencia de su calor.
Rodeé el coche y me senté en el lado del piloto.
-¿Adónde vamos?- dijo emocionada e intrigada.
-Pues es… una sorpresa- le regalé mi mejor sonrisa y ella se ruborizó de nuevo. Cómo me gustaba cuando se ruborizaba… parecía todo un ángel…
Encendí el motor del coche y nos encaminamos hacia nuestro destino. Mi mente divagó entre su reacción, ¿le gustaría la sorpresa?
Después de una hora de camino, ya estábamos en Seattle.
-¿Seattle?- dijo intrigada.
-Si- le sonreí y dirigí mi mirada de nuevo a la carretera.
Aparqué en el aparcamiento del restaurante, que estaba cerca de nuestro destino, simplemente quería que la sorpresa durara más tiempo y bajé del coche rápidamente apara abrirle para puerta a Bella.
-Gracias- dijo nuevamente al abrirle la puerta y ayudarle a bajar del coche- ¿Me puedes decir ya a dónde vamos?- me cogió la mano y nos paró en seco a ambos. Me miró con carita de cachorrito abandonado, típico de Alice y sólo pude sonreírle.
-Ya estamos cerca, no seas impaciente- le besé en la mejilla y ella se sorprendió, pero después me dedicó una preciosa sonrisa. Yo sólo pude sonreír feliz.
Comenzamos a andar de nuevo y pronto llegamos a nuestro destino.
La miré inmediatamente y ella sonrió feliz e incrédula.
-¿El nuevo restaurante italiano?- dijo mirándome con adoración.
-Si, pensé que te gustaría y…
-Gracias- me cortó y me abrazó efusivamente- La comida italiana es mi favorita- me cogió de la mano y tiró de mí para meternos en el local.
No pude evitar que mi sonrisa se ensanchara aún más, había acertado de lleno y no podía estar más feliz por ello…
-Buenos tardes, soy Clara- me sonrió la recepcionista a mí en particular cuando entramos.
-Buenas tardes- dijimos Bella y yo al unísono- Hice una reserva hace dos días- dije con mi sonrisa más educada.
-Claro, ¿cuál es su apellido?- dijo batiendo sus pestañas intentando ser sexy y a mí me resultó gracioso… Pues parecía que se le había metido algo en el ojo…
-Cullen- dije intentando no soltar la enorme carcajada que estaba a punto de salir de mis labios por su intento de ser “sexy”…
Bella enrolló su brazo en el mío y cómo lo agradecí… La miré y no parecía muy contenta con nuestra recepcionista…
¿Acaso estaría celosa? Por Dios Edward… qué cosas piensas…
La chica en cuestión parecía que no había utilizado un ordenador en su vida… Pues estaba volviendo a abrir y cerrar la misma carpeta desde hacía cinco minutos…
Me había dado cuenta gracias a las gafas, de decoración hay que decir, que reflejaban la pantalla del ordenador…
-Si, Cullen…- dijo sonando ¿coqueta? Por Dios a esta mujer tendrían que darle unas clases de educación… Sentí el agarre de mi brazo más fuerte y miré a Bella.
Ella estaba sonriéndole a la recepcionista con ironía, saltaba a la vista y lo que escuché a continuación me dejó perplejo…
-Señorita, ¿podría hacer el favor de dirigirnos a la mesa a mi novio y a mí con la mayor brevedad posible?- dijo con su cara de niña buena y la tal Clara perdió todo el color de su cara, poniéndose blanca completamente…
¿Había dicho novio? ¿Acaso ella quería que yo lo fuese?
-Por supuesto- dijo la chica después de recomponerse- Vengan conmigo- nos dijo levantándose de inmediato y nosotros fuimos tras ella.
Pronto nos sentamos en nuestra mesa y la chica desapareció en un abrir y cerrar de ojos.
Ayudé a Bella a que se quitara el abrigo y lo dejé en el respaldo de su silla. La ayudé a sentarse y ella me regaló una preciosa sonrisa.
-¿Qué fue eso?-le pregunté sorprendido.
-Edward, ya veo que no te ves cómo lo que eres realmente…- me dijo diciendo lo más obvio…- La chica en cuestión iba a saltarme encima y la verdad no quería perder más tiempo allí afuera- me dijo con una sonrisa triunfal en los labios.
-¿Y cómo soy realmente?- dije intentando saber qué le parecía a ella…
-Por Dios, es obvio, todas las chicas que están ahora mismo en este lugar han volteado mínimo un par de veces para mirarte- dijo cogiendo su carta de menús.
-¿Estás segu…?- no pude hablar, ya que el camarero me cortó. Aunque saludó a Bella directamente…
-Buenas tardes señorita, ¿qué desea tomar?- dijo coquetamente mirando hacia el escote de Bella y de repente lo empecé a ver todo muy rojo…
¿Quién carajos se creía que era este imbécil para mirarla así?
-Perdone, ¿nos podría recomendar a mi novia y a mí el mejor vino?- le dije con una sonrisa triunfal en los labios y miré a Bella de reojo y ella me miraba muy atenta y sólo sonreía…
-Cla…claro- se fue, seguro no sabía distinguir entre un rosado y un blanco…
Gilipollas…
-¿Edward qué ha sido eso?- preguntó Bella lo mismo que yo hace escasos unos minutos…
-Devolverte el favor- dije lo más convencible que pude y en su rostro vi desilusión… ¿Acaso ella quería que yo estuviese celoso?
Pues claro imbécil, a cualquier mujer le gusta que su hombre esté celoso…gritó la vocecilla de mi conciencia…
-¿Edward?- me dijo Bella agitando sus manos delante de mi cara.
-¿Si?
-Te decía que pediré lasaña de carne- me dijo sonriente- ¿Y tú?- ni siquiera había mirado la carta aún…
Joder… estaba más paranoico de la cuenta…
-Ehm, si… pediré lo mismo que tú- le sonreí feliz, esta mujer causaba estragos en mi nublosa mente…
En ese momento vino el gilipollas del camarero muy sonriente y de nuevo se dirigió solamente hacia Bella.
-Señorita, ¿ya se ha decidido?- dijo con “una encantadora sonrisa”… puf…
-Si, pero quiero que mi novio decida el vino, ¿verdad cariño?- me sonrió seductoramente Bella tocándome la punta de los dedos con delicadeza…
Yo sólo pude sonreír como un verdadero idiota y miré al gilipollas…
-Por supuesto preciosa- ella se ruborizó bastante, pero no quitó su mano de la mía- ¿Qué tal un vino rosado para acompañar a la carne?- le sonreí y le guiñé el ojo.
-Sería estupendo- me sonrió y luego miré al subnormal, se había ido de inmediato…
-Gilipollas…- susurré demasiado alto, ya que Bella me miró divertida…
-¿Qué te pasa Edward?
-¿Qué, qué me pasa?- dije mirándola intensamente- Me pasa que en la primera cita que al fin tengo con la persona que me está importando de verdad, lo la esté jodiendo un gilipollas que parece subnormal de tanto sonreír.
Bella me miró ilusionada y después soltó una sonora carcajada.
-Eres absolutamente adorable- se levantó y se acercó a mí con paso decidido- Me gusta mucho que te preocupes tanto por nuestra cita- me susurró cerca del oído, provocándome un escalofrío por toda la columna vertebral por su aliento cálido, antes de besarme suavemente en la mejilla derecha.
-Gracias, supongo- le dije mirando cómo se sentaba de nuevo frente a mí- Quizás tenga que decirte esas cosas más a menudo…
-Me encantaría- me sonrió y en ese momento llegó nuestro vino seguido de nuestros platos, la verdad habíamos hecho una buena elección, parecía delicioso.
-Que aprovechen- dijo el camarero por primera vez dirigiéndose a ambos.
-Al fin se ha dado cuenta de que estabas presente- soltó una risilla Bella y me resultó el sonido más maravilloso de todos.
-Si…- dije maravillándome con su perfecta risa.
De nuevo apareció el dichoso camarero con el abre corchos para nuestra botella de vino, la abrió y nos sirvió el contenido en dos copas. Nos miró a ambos, deteniéndose más en Bella y se fue sin más…
Bien, ahora sí nos llevaríamos bien…
Comenzamos a comer nuestra deliciosa comida, porque estaba espléndida, y conversamos de todo un poco.
-Mmmm, está delicioso- dijo cerrando los ojos por lo exquisita que estaba la comida y me dio un tirón en la entrepierna…
Joder… ese había sido el sonido más erótico que había escuchado jamás…
-Si, exquisito- dije yo ignorando por completo ese pensamiento obsceno…
Me enteré que sus flores favoritas eran las rosas rojas y blancas y que su color favorito era el verde, inesperadamente, ya que todas las chicas sueñan con el color rosa…
-Y dime, ¿no has tenido novia nunca?- me dijo vergonzosa.
-La verdad tuve dos novias hace mucho, ni siquiera las volví a ver más- le sonreí y ella suspiró tranquila. Al parecer no querría ver a mis antiguas novias… y eso era bueno, ¿no?
-Y, ¿tú?
-¿Yo?- se rio a carcajadas- Para nada, nunca he tenido ningún novio, a pesar de que Rosalie no paraba de insistir- me reí al imaginar a Rosalie como posesa buscándole un novio a Bella.
A sí es que nunca había tenido nunca novio… Me encantaba…
-Me alegro- le sonreí y ella se ruborizó tenuemente- ¿Qué te apetece de postre? Aunque tengo una idea mejor que esto…- dije señalando la carta de postres, que nos había traído el “simpático” camarero, nóteseme el sarcasmo…
-¿A sí? ¿Y cual es esa idea?- dijo acercándose a mí peligrosamente y yo me contuve a besarla… de verdad que era lo que más deseaba…
Su dulce olor me incitaba en extremo…
-Bueno… es otra sorpresa- le dije guiñándole un ojo.
-Espero que merezca la pena- me sacó la lengua como una niña pequeña y me sonrió de nuevo.
-Por supuesto- la miré intensamente a los ojos y ni siquiera me molesté en quitar su hermosa mirada, llamé al camarero con la mano y le pedí la cuenta.
-Edward pagaremos a medias, no quier…- dijo cuando vino trajeron la cuenta.
-Nada de eso, pagaré yo, quiero hacerlo, de verdad- nunca corté nuestra mirada y en ese momento le cogí la mano y la acaricié suavemente. Le sonreí y ella pareció acceder.
Bien…
-Edward, por esta vez será así, pero la próxima vez pagaré yo- dijo levantándose rápidamente, parecía enfadada… Había accedido, pero se veía que no le hacía ninguna gracia…
Le ayudé a ponerle su abrigo y yo me puse el mío. Nos encaminamos hacia la salida del restaurante y de nuevo la “sexy” recepcionista nos atendió…
-Espero verle por aquí pronto- me dijo exactamente a mí, ignorando completamente a Bella y ésta la miró con un enfado increíble.
-Mire señorita- remarcó esta última palabra- Volveremos por supuesto, mi novio y yo- me cogió del brazo y me acercó a ella. Yo encantado accedí con una sonrisa ladina en mi cara- Pero con un cambio, cuando le despidan de este lugar, gracias- dijo envarada y yo no pude evitar mirar la cara de la chica…
Estaba más pálida que un folio, si se podría comparar… Creo que le daría un ataque en ese mismo momento…
Bella tiró de mí para salir de aquel lugar, ante la atenta mirada de la recepcionista, que se había quedado con una “o” en su boca.
Cuando salimos al frío ambiente de la calle, no pude evitar soltar una carcajada por imaginarme de nuevo la cara de la chica y ver a Bella enfurruñada, totalmente enfadada delante de mí. Se volvió hacia mí cuando escuchó la risa y se acercó peligrosamente a mí…
-¿De qué te ríes Edward Cullen?- Joder… baja Dios y ayúdame ante tal carácter… ahora no había nada de la dulce Bella…
-Bueno…- sofoqué la carcajada que estaba a punto de salir de nuevo, la verdad es que estaba bellísima enfadada…- Me reía por la cara de…de la chica…- solté otra sonora carcajada ante su atenta mirada de claro enfado…
-¿De la chica? ¿Acaso te parece gracioso que me ignore completamente?- dijo con una ceja alzada.
-No, no quería decir es…- me cortó.
-Ya claro, el guapísimo, dios adonis, Edward Cullen se ríe porque ignoren completamente a la chica junto a él porque otra buscona no para de mirarlo…- se calló completamente cuando se dio cuenta de lo que había dicho…
¿Guapo? ¿Dios adonis?
La miré intensamente a los ojos, buscando la broma, pero no la había… En lugar de eso, había puro nerviosismo y vergüenza… no había rastro de enfado…
-¿Guapo? ¿Dios adonis?- le dije mientras me acercaba a ella y ella se mordió su labio inferior, en un claro signo de nervios…
-S…si, verás…- dijo intentando explicarme, pero yo la corté de inmediato.
-No tengo más ojos que para ti- le dije acercándome aún más a ella y ahora estábamos a unos tres centímetros de distancia…- Me he reído porque sabes defender perfectamente lo que es tuyo y eso me fascina- no pude contenerme más y la besé, la besé con un simple roce en los labios…
Pensé que me partiría la cara o simplemente se enfadaría conmigo, pero en vez de eso, puso sus pequeñas manos en mi pelo, acariciándolo suavemente en círculos, mientras me acercaba más a ella para profundizar el beso. Mis manos se dirigieron hacia su hermosa cara de corazón y así estuvimos demasiado poco para mi gusto…
-¿Mío?- dijo aún sobre mis labios sin abrir los ojos.
-Completamente- le sonreí y ella volvió a juntar nuestros labios…
Ahora sí que era el hombre más feliz del mundo.


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Chicas al fin el cuarto capítulo de esta misteriosa historia, ¿Qué os ha parecido? Lo he escrito con mucho amor para todas vosotras! Flopii mi amor te agradezco tus palabras de apoyo, gracias por haberte encantado el capítulo :D Sabes que tu opinión es muy importante para mí y más aún en esta histora ;)
Chicas un besazo enorme a todas, espero muchos comentarios como siempre.
Cirithaaa cariñoo, ¿dónde andas? Se te hecha de menos amiga!!! y Yess, espero impaciente tu capítulo de Crónicas :D me fascina ese fic nena! Y como siempre mis fieles, Lumy y Gem, gracias chicas por vuestros comentarios, son muy importantes para mí :D
*.*Romiina*.*

4 comentarios:

  1. Romi el capí te quedo grandioso. Me encanta como se dio su primera cita, estuvo super romántico. Me encantó la reacciones de posesión de los dos y los celos que sintieron por defender lo suyo. No sabes lo mucho que me encanta las historia de tu blog. San fantásticas. El beso fue el toque especial del capí, estaba loca porque pasará. Ansiosisima por el próximo capí, Saludos!!!! Deseo pases un hermoso jueves, viernes y weeken!!!

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  2. Rommi maravilloso capitulo, vaya que me estas consintiendo ultimamente con semejantes magnificas letras!!!, este capi me fascino, te quedo maravilloso, tienes muchísimo talento mi niña.

    Ahorita justamente estoy haciendo el capítulo de cronicas, presiento que te gustará mucho, como sabes hoy me encuentro de un excelente humor ya que grandes cosas pasaron hoy n.n .

    Así que subiré un poema y un capi antes de las dos del día de hoy, espero te pases.

    Te quiero Rommi, y sigue así que siempre me tendrás aqui para leerte.
    Abrazos.
    Yess*.*

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  3. Romi y Floppi estaba trabajando duro y no había podido leer es cuarto capitúlo. Les cuento nenas está genial me ha encantado sobre todo lo ocurrido en está primera cita como se ha puesto celosos ambos defendiendo lo suyo y apartando a esos moscones que se le acercaban, Bella resulto toda una leona y mi Edward tan lindo como le dijo que esas palabras que el era suyo ohhh que lindo. Gracias por compartir este fics con nosotras, las quiero.
    Besos Nenas

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  4. Awww me encanto el capi, por fin se besaron Edward y Bella!!!
    Quedo todo taaaan romantico, todas las parejas estan llendo muy bien.
    Voy a esperar muy ansiosa el proximo capitulo, un saludo a las hermosas escritoras que hacen esta historia tan tierna. Mordiscos de mi parte ^^

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*..Diosas del Crepúsculo..*