jueves, 8 de diciembre de 2011

INOLVIDABLE


*********************
******************

Disclaimer: Casi todos los personajes pertenecen a la maravillosa escritora S. Meyer. Yo sólo juego con ellos y hago lo que mi imaginación me dicta. 
Raiting: M

***************************************************

Capítulo 1: Reencuentro y algo más...


Bella pov.

Estaba en mi despacho, ordenando unos papeles, cuando la llamada de mi secretaria me distrajo.
-Señorita Bella, su amiga Alice está en la línea 1.- Alice, mi mejor amiga desde la infancia, siempre hemos estado juntas con Rosalie, nunca nos separamos las 3. Las quiero como si fueran mis verdaderas hermanas, las que nunca tuve.
Alice, Emmet y por supuesto Edward eran hijos de Esme y Carlisle. Esme fue la madre que nunca tuve y todavía nos queremos como tal, podría decir que la quiero más que a mi propia madre, aunque esté feo decirlo, pero es lo que siento y también porque mi verdadera madre Renné, se fue a vivir su vida, cuando yo tan sólo tenía 2 años y me quedé con Charlie, y Carlisle era mi segundo padre y mi doctor privado claro, porque estaba más tiempo en el suelo que de pie y claro, ahorrarte irte al hospital pues era un beneficio muy grande, suerte que ya no era tan patosa como antes.
-Muy bien Ángela, pásamela, gracias.- le dije
-¡Hola Alice! ¿ Qué quieres ahora?- Le tomé el pelo y reprimí una carcajada, imaginándome su cara de duendecillo.
-Hola Bella, yo estoy muy bien, gracias por preguntar.- Solté la carcajada y mi amiga me siguió.- Te llamaba para que comiéramos juntas, creo que últimamente lo haremos muy a menudo...
-¿A sí? ¿y eso por qué?- Le pregunté dudosa.
-Porque tengo una fantástica noticia que darte Bella, me han otorgado el puesto de directora de Vogue, ahora dirigo yo la empresa Bells, ahora sí que podré hacer lo que quiera.- Me dijo muy emocionada.
-Oh Alice, eso es genial, es fantástico cariño, felicidades, aunque siempre has hecho lo que has querido.- Yo sí que estaba emocionada.
-Graciosa, bueno te veo a las 2 en la "Bella Italia". Te quiero Bella, adiós.
-Adiós Alice.
La mañana se pasó volando y estaba agotada de toda la semana, por fin era viernes. Me despedí de Ángela, y me encaminé hacia mi coche.
Llegué al restaurante y por supuesto mi amiga ya se encontraba en la puerta.
-¡Bella!- me saludó Alice con un efusivo abrazo, tenía demasiada fuerza para ser tan pequeña.
-Hola Alice- le dije devolviéndole el abrazo con una sonrisa.
-Vaya, vaya, veo que por fin hiciste caso a mi sugerencia de ropa- me dijo pícaramente y yo asentí. Era verdad, desde hacía años, mi querida amiga no paraba de decirme que cambiase mi "look", no es que vistiese como una vieja, pero nunca me ponía tacones debido a mi torpeza y más bien prefería ropa ancha que estrecha. Ayer me dije y ¿por qué no? y me lancé en picado hacia la moda. Iba vestida con unos zapatos de tacón de Prada, color frambuesa, cortesía de Alice claro, una blusa blanca con botones en el centro, de medias mangas, que iba metida en la falda de tubo negra que llevaba. Un "look" bastante formal, elegante y acorde con la situación. Ahora tenía más tacones que zapatos planos, pero siempre vistiendo para estar cómoda.
Entramos al restaurante con reservación Cullen claro, pues si no, no hubiésemos entrado, estaba hasta arriba. Llegamos a nuestra mesa y pedimos dos coca-colas y pedimos nuestra comida.
-¿Cómo te va con tu nueva secretaria Bella?- me dijo Alice mirándome fijamente, pues había tenido problemas últimamente con mis secretarías... no encontraba la que buscaba y no era especial, simplemente tenían que hacer su trabajo bien, por eso tuve que despedir a 3 en el último mes...
-Genial Alice, cuando Ángela vino para el puesto vacante, sabía que sería para ella, pues como sabes estudió con nosotras y siempre fue muy estudiosa, es muy competente- le dije con una sonrisa en mis labios.
-Me alegro, porque yo he tenido que despedir a 2, estaban coqueteando con sus jefes, ¿te puedes creer?, imagínate Bella- me dijo con una mueca que me pareció muy graciosa. En ese instante llegó el mesero con nuestros platos y seguimos conversando de trivialidades hasta que Alice habló de él...
-Bella echo mucho de menos a Edward, quiero que vuelva pronto, lo extraño demasiado, supuestamente viene en 1 mes como ya sabes...- claro que lo sabía...¿era tan obvio? la respuesta era sí, lo quería demasiado como para disimularlo, no lo había visto desde que se casó Alice, sí porque aquí mi amiga se casó con 18 años, una locura suya que le salió GENIAL, como todo lo que hace, de eso hace ya 6 años, ahora ya sería un prestigioso médico como Carisle, su padre. Alice y Edward eran mellizos y estaban muy conectados por eso su partida nos afectó tanto a las 2...
Aún recordaba lo guapísimo que estaba con ese traje de chaqueta y no era para menos, pues los genes de la familia Cullen eran maravillosos, estaba perfectamente proporcionado, no había visto nunca una cosa igual. Era tan perfecto que dolía.
-Tierra llamando a Bella- me dijo Alice, pasando sus manos por mi cara y elevando una ceja. Estaba muy ensimismada con mis pensamientos...
-¿Qué decías Alice?. Estaba pensando.
-¿De verdad estabas pensando?, no me había dado cuenta- soltó con ironía en su voz-acaso pensabas en ¿Edward, Bella?- me dijo pícaramente, ella mejor que nadie sabía que sí.
-¡No! digo sí...pensaba en lo perfecto que es Alice, yo también lo echo de menos.
-Jajajaja, Bella, cariño, deberías plantearte reconquistarlo cuando vuelva.
-Ni hablar Alice, ¿estás loca?
-Oh venga ya Bella, sabes que los dos estáis echos el uno para el otro, los dos teminaréis juntos y lo sabes.- Muchas veces temía a la pequeña duendecillo, pues suponía cosas que luego pasaban...Alucinante, y la verdad sea dicha, me encantaría que tuviese razón.
-Sí Alice sigue soñando- no pude terminar de hablar, ví a mi amiga que cada vez se ponía más blanca que de costumbre, estaba totalmente pálida y se fue inclinando hacia la mesa sin ningún tipo de vida, fuí más rápida que ella, no sé cómo lo hice pero la pude sostener a tiempo, para que no se golpease la cabeza.
-¡Que alguien me ayude!- grité lo más fuerte que pude, estaba fuera de sí. Nuestro mesero nos vió y salió corriendo, poco después traía consigo un pañuelo blanco impregnado en alcohol. Se lo acerqué a la nariz y fue despertando lentamente. Me miró y me sonrió.
-¿Cómo te encuentras Alice?. Te llevaré al hospital y no acepto un no por respuesta.- sólo asintió, me vería la cara de máxima preocupación que tenía. Pagué la comida y salimos del restaurante, la sujetaba con una mano por la cintura y la otra por el vientre y ella me pasaba un brazo por los hombros. Quité mi mano de su vientre para coger las llaves del coche y abrirle la puerta, con un cuidado extremo para evitar una desgracia.
Llegamos al hospital y pregunté por el Doctor Cullen, menos mal que Carlisle era médico y tenía sus ventajas, por lo que nos iríamos lo más rápido posible. Entonces me dí cuenta que la secretaria me miraba con cara de superioridad y asco, ¿pero qué le pasaban a las secretarias de hoy en día? de locos...Tenía cara de marcar su propio territorio, creo que estaba demasiado preocupada y me afectaba todo y exploté...
-Mire señorita, aquí se encuentra su HIJA- recalqué con mal humor- y lo necesita y si no quiere problemas más le vale que le avise ahora mismo- miré a Alice de reojo y ví cómo aguantaba una carcajada, ahogándola con tos, la secretaría tenía los ojos como platos, no se lo esperaría seguro.
-¿Qué te hace tanta gracia?- murmuré para Alice sólamente para evitar que escuchase la secretaria.
-Nada Bella que aparte de cambiar tu vestimenta también te cambió el carácter...- me dijo riéndose.
-No, Alice, lo que pasa es que me molesta que las secretarias estas se crean las dueñas del lugar- Alice no pudo soportar más la carcajada y rió escandalosamente.
La maldita secretaria nos miró raro y nos dijo que esperásemos.
20 malditos minutos después nos dijo la secretaria que podíamos pasar. No creía lo que ví en esa consulta, la persona que menos esperaba ver, no podía ser posible, me quedé de piedra...
Era..era él, estaba más espectacular que nunca, con su bata blanca y su estetoscopio, mmmm para comérselo.

Edward pov.


Hacía tan sólo unas horas que me había incorporado al hospital y no había tenido ni un hueco libre en toda la mañana, por fin era las 3 de la tarde, pronto me iría a casa con mi mujer y mi... Dios qué difícil era decirlo todavía, no me podía creer que fuera a tener un hijo, a mi tan solo 24 años, pero es el destino el que se pone en nuestro camino y hace cosas que jamás nos pensaríamos que pasarían... Mi secretaría cortó el hilo de mis pensamientos.
-Doctor Cullen, una señorita pregunta por usted, quiere verle, dice que es su hermana, Alice Cullen- no pude evitar sonreír cuando mi secretaría me dijo que Alice Cullen estaba afuera.
-Claro Victoria, hágala pasar inmediatamente- ¿se habría enterado antes que nadie que estaba aquí ya? Porque se supone que volvería en una semana no ayer, sólo lo sabía papá, ¿se lo habría dicho? No me importaba era mi hermanita y quería verla con todas mis fuerzas.
-¿Edward?- hay estaba la pequeña diablillo llamándome con lágrimas en los ojos, y yo por supuesto no me quedé atrás, me da igual que me digan marica o nena, no podía evitar emocionarme por tantos años sin verla, exactamente 6 años, cuando se casó con Jasper, nos afectó mucho a los 2, pues éramos uña y carne, mellizos, aunque no nos parecíamos mucho, salvo por los ojos color verde, heredados por mamá. La abrazé como si el mundo dependiera de ello, la amaba con todo mi ser.
- Alice, te extrañé tanto...- era verdad, Emmet también era mi hermano y también lo quería con todo mi ser, pero con Alice era diferente, ella y yo estábamos conectados, me identificaba con ella en muchísimas cosas.
-Y yo a tí también Edward, como no te imaginas- me dijo besándome en las mejillas- ¿y por qué no has avisado de que vendrías antes?- uff aquí estaba la pequeña diablillo diabólico- EDWARD ANTHONY CULLEN será mejor que contestes en este mismo instante-me dijo apartándose de mí ¿Qué hacer aquí?Pues abrazarla lo más fuerte que pude.
- Perdóname Alice, pero quería daros una sorpresa y después papá me llamó para que cogiera la vacante que quedó libre tras jubilarse un doctor y no me quedó tiempo ni para llamar, he estado toda la mañana liado.
- Te perdono porque estás aquí conmigo hermanito- me dijo abrazándome otra vez y yo le sonreí.
Alguien carraspeó y hasta ese momento no me dí cuenta que había alguien más en la habitación, se había quedado en la puerta y era...era ella...mi verdadera mujer, porque la quería como tal, aunque el destino ahora mismo me impidiera estar con ella, era Bella...Estaba más bella que nunca, Alice no se quedó atrás cuando me lo decía por teléfono cuando hablaba con ella. Su pelo estaba recogido en un moño informal, donde le caían unos mechones por su cara perfecta en forma de corazón, tenía un maquillaje suave, sólo destacaba sus labios, que eran de un color frambuesa esquisito, esa blusa blanca le quedaba demasiado bien para su seguridad, y esa falda...realzaba sus curvas como una diosa, Dios esta mujer sería mi muerte por provocarme de esa manera...y lo que terminó por matarme fue esos preciosos tacones que se veían espectaculares en esos pies finos, estilizaban muchísimo sus piernas de diosa. Me llevé demasiado tiempo mirándola y ella bajó su mirada avergonzada. Un adorable rubor se extendió por sus mejillas. ¿Por qué tenía que ser inocente y a la vez sexy? Juro que me mataría...¡EDWARD, BASTA YA!, TIENES UNA MUJER ESPERÁNDOTE EN CASA CON UN HIJO EN CAMINO Y ELLA ES PRECIOSA, me gritaba mi conciencia.
-Bella- fue lo único que pude decir.
-Edward- sonaba mejor ahora mi nombre en sus labios que antiguamente, con esa forma de suspiro sexy, Dios...¡Edward para!
- Ven a darle un abrazo a tu viejo amigo- no lo pude evitar, deseaba tocarla con anhelo, aún recordaba las descargas eléctricas que producía el choque de nustras pieles desnudas...
Ella asintió y se fue acercándo a mí, con ese taconeo suave que llevaba...Me abrazó cogiéndome por la cintura como antiguamente lo hacía y lo adoraba...estaba sonriéndo de una forma tímida, mi columna vertebral sufrió una pequeña descarga, qué bien se sentía, ella también lo notó porque pegó un respingo.
-Yo también te extrañé demasiado- me murmuró y yo me quedé de piedra. ¿Ella echándome de menos? ¿ella aún me quería? ¿podía ser eso posible?. No podía ser posible pero a mí me encantó.
Nos sentamos los 3, ellas en las sillas de paciente y yo en mi sillón, pero algo era extraño, ¿qué hacían en el médico? ¿les habría pasado algo?.
-Me encanta haberos vuelto a ver, pero me estáis preocupando, ¿qué hacéis aquí? ¿os encontráis mal?- les dije preocupado.
-Pues aquí mi amiga Bella, la cabezota- la miré y estaba rodando los ojos, no pude evitar sonreir- me ha traído hasta aquí por un simple desmayo.
-¡ALICE CULLEN, SERÁ MEJOR QUE NO VUELVAS A DECIR DESMAYO DE NADA, PORQUE NO LO FUE, POR POCO TE ABRES LA CABEZA POR DIOS!- dijo una Bella bastante cabreada, estaba demasiado sexy cuando se enfadaba.
- Está bien Alice, ¿has notado síntomas raros últimamente? ¿has tenido más mareos?
-La verdad es que he notado muchísimo cansancio, algo inusual en mí- me dijo con una pícara sonrisa, yo sabía que la palabra cansancio mezclada con la palabra Alice no era compatible...
-Bueno, te haré unos análisis para quitarnos de problemas, podría ser anemia, estás muy delgada enana- le dije tomándole el pelo.
-Ehhhh, yo estoy bien- me dijo señalándome con el dedo y sonriéndo,
- Ahora te llevará una enfermera a laboratorio para hacerte los análisis, te acompañaré hasta allí. Bella, ¿vienes o te quedas?
- Yo me quedaré aquí, no creo que Alice le pase nada contigo- me dijo con una preciosa sonrisa.
- No, claro que no le pasará nada a mi hermanita pequeña, pues ahora vuelvo, no tardo nada- le dije con mi sonrisa torcida, esa que tanto sabía que le gustaba en el pasado y lo que obtuve fue un precioso rubor por su parte, eso era señal de...¿qué aún le gustaba mi sonrisa? No pude evitar ensanchar más mi sonrisa si eso fuera posible.
Acompañé a Alice hacia el laboratorio y le dije a la enfermera las pruebas que quería que le hiciesen y me encaminé a mi oficina. Cuando entré ví a Bella en el mismo lugar.
- Espero no haber tardado nada- le dije mientras me sentaba.
- No, para nada Edward.
La miré a esos orbes marrones que me gustaban tanto, transmitiéndome todos los sentimientos que le pasaban por su adorable cabeza, me miraba intensamente como yo a ella, estuvimos así mucho tiempo, no sé cuánto, pero no quería que se acabase nunca.



**********************************************************************************
CHICAS MI PRIMER FIC, ESPERO QUE OS GUSTE, FUE LO QUE MI IMAGINACIÓN PLASMÓ EN LETRAS DESPUÉS DE SIEMPRE SERÁS MÍO, ME GUSTARÍA QUE ME COMENTÁRAIS Y ME DIJÉSEIS SI LO ESTOY HACIENDO BIEN O SIMPLEMENTE TENDRÍA QUE CAMBIAR ALGO. ACEPTO "CRÍTICAS" POR SUPUESTO. UN BESO A TOD@S!!


4 comentarios:

  1. Chicas creo que lo de los comentarios tengo que estrenarlo yo para que podáis comentar, un beso nenas e inspirarme!!!

    ResponderEliminar
  2. Hola hermosura mía!!!Ah Dios espera con ansias tu publicacion que bueno que te ha quedado lleno de misteria hay varias cosas que me tienen intrigada, adoré este primer capi, sientete orgullosa porque esta divinoo, una historia genial super atrapante, sabes para que dia tendras el prox?? Ya quiero maaaas!!!!!
    Para mi Alice esta embarazada, me trae loca saber que paso entre Edward y Bella mmmm..... Quien será su esposa? Será verdaderamente su hijo? PORQUE SE CASÓ CON OTRA??
    Hayy bueno, basta, me controlo. Voy a tener que esperar :( jejejeje nos vemos amiga comiendome las uñas por ver lo que sigue....esto me huele a exito!!!
    Besitooos :)

    ResponderEliminar
  3. Chica este fic esta super interesante. ¿Que pasara cuando Bella se entere del casamiento de Edward y el bebe que espera? Estoy con Floppi, yo pense lo mismo de Alice. Deseo saber que paso entre Bella y Edward. Saludos!!!!

    ResponderEliminar
  4. Lumy me alegra de que te guste :D Gracias por comentar

    ResponderEliminar

*..Diosas del Crepúsculo..*